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9 de septiembre de 2022

David Cronenberg: Rabia (1977)

 

Tras Vinieron de dentro de... David Cronenberg realiza una película con ciertas similitudes: Rabia. En esta nueva película, también de infectados, los que portan la enfermedad no parecen tener apetito sexual, sólo ansias de comer y de matar. En cambio sí lo tiene la protagonista y “paciente cero” de toda la expansión de la enfermedad. El origen de todo es porque esta chica, llamada Rose e interpretada por Marilyn Chambers (ya por aquel entonces una actriz muy conocida en el mundo del porno), es operada de urgencia en una clínica de cirugía plástica tras un terrible accidente de moto. El doctor Keloid, dueño de la clínica, aprovecha para utilizar a Rose como conejillo de indias para probar unos injertos novedosos, que como efectos secundarios pueden resultar cancerígenos... En el caso de Rose no producen eso, sino que lo que le provocan es que una especie de aguijón fálico le surja de la axila, dispuesto a saciar su lujuria, su sed de sangre, de carne.

David Cronenberg: Vinieron de dentro de... (1975)

 

En 1975 David Cronenberg realiza la película por la que ya será conocido por todo el mundo. A diferencia de Stereo y Crimes of the future, en Vinieron de dentro de... tiene más dinero, más tiempo de rodaje (aunque tampoco demasiado: quince días) y un equipo de rodaje también más amplio. El resultado, aun habiendo en los dos trabajos anteriores ciertas ideas muy interesantes que supo llevar y utilizar bastante bien, es un salto cualitativo importante en la filmografía del canadiense. Ahora sí, aparece de verdad el “body horror”, el “horror parasitario”, el “horror venéreo”, el “horror biológico”... Términos cien por cien cronenbergianos, definitorios de la Nueva Carne, que marcarán y estarán presentes en toda la carrera del director.

25 de enero de 2020

Los Cazafantasmas (Ivan Reitman, 1984)


Recuerdo la primera vez que vi Los Cazafantasmas. Fue en casa de un amigo, de esos que tenía “aparato videograbador y reproductor de cintas”, vamos, el vídeo de toda la vida (we miss you!). Yo era un cagueta y aquella vez no hizo sino confirmarlo, una vez más (al igual que hicieron otras películas de la época tan significativas como Alien, El Octavo Pasajero –tuve un mes de pesadillas gracias a ella- o Gremlins). Aquel primer trozo de la película donde el fantasma de una bibliotecaria cambia su amable apariencia por la de un monstruo se me quedó grabada a fuego en la mente (otras escenas también, pero esa la que más). Y eso que la vi a medias, ya que me tapé los ojos con las manos, pero siempre queda el hueco entre los dedos para visualizar ese tipo de cosas… Estaba cagado de miedo, sí, pero esa sensación de querer ver más, que en principio pocas cosas como el cine producen, continuó y continuó y continuó…