Tras Vinieron de dentro de... David Cronenberg realiza una película con ciertas similitudes: Rabia. En esta nueva película, también de infectados, los que portan la enfermedad no parecen tener apetito sexual, sólo ansias de comer y de matar. En cambio sí lo tiene la protagonista y “paciente cero” de toda la expansión de la enfermedad. El origen de todo es porque esta chica, llamada Rose e interpretada por Marilyn Chambers (ya por aquel entonces una actriz muy conocida en el mundo del porno), es operada de urgencia en una clínica de cirugía plástica tras un terrible accidente de moto. El doctor Keloid, dueño de la clínica, aprovecha para utilizar a Rose como conejillo de indias para probar unos injertos novedosos, que como efectos secundarios pueden resultar cancerígenos... En el caso de Rose no producen eso, sino que lo que le provocan es que una especie de aguijón fálico le surja de la axila, dispuesto a saciar su lujuria, su sed de sangre, de carne.