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1 de octubre de 2013

Zinemaldia 2013: Balance

Se acabó el Zinemaldia 2013 y toca hacer balance, que es lo que hace todo el mundo. Yo, que me dejo llevar por la corriente muy fácilmente, no voy a ser menos. Creo que más o menos mis conclusiones ya las dejé ver en el post sobre el palmarés, pero nunca está de más revisar o comentar, quizá, cosas nuevas. Vaya usted a saber, oiga.


Además, en próximos posts comentaré las películas que he visto (un total de 39, algunas ya reseñadas en el blog), aunque de forma breve porque si no, esto sería interminable.

Toca hacer, pues...

BALANCE

El 61 Festival Internacional de Cine de Donostia-San Sebastián ha sido bueno, en todos los sentidos. A continuación, enumero cuatro simples puntos que dan fe de ello:

6 de octubre de 2012

Zinemaldia '12: Este ha sido mi Festival


Si alguien me preguntase qué tal ha ido mi Festival de Cine de San Sebastián, el Zinemaldia... Venga va, que espero a que alguien lo haga.

(...)

¿Nadie? Bueno, da igual, ya me respondo yo mismo.

Preguntándome a mí mismo qué tal ha ido mi Festival de Cine de San Sebastián, el Zinemaldia, creo que realmente no podría expresarlo con palabras. Es por ello que he colocado la imagen de arriba, ya que creo que lo representa a la perfección: un caos de aúpa, de padre y muy señor mío, con películas y famoseo a mansalva, prácticamente sin descanso, con muy pocas horas diarias de descanso.

18 de noviembre de 2009

Balance confuso

Leo aquí un bailoteo de números y porcentajes que parece, o al menos eso quieren hacernos ver con ello, desalentador al respecto de la pasada edición de la Semana de Cine Fantástico y de Terror de San Sebastián y el balance que sus responsables han realizado.

Dicen varias veces en la noticia (y si no lo dicen, cualquier lector que tenga una mínima noción de matemáticas podrá hacer la resta) y teniendo en cuenta la edición de 2008, que se perdieron espectadores. Varios miles. Un porcentaje alto.

Dicho así efectivamente suena fatal. Las cosas como son: no es una buena noticia para un pequeño festival que a duras penas ha ido sobreviviendo durante veinte años, que conoció tiempos mejores pero que sabe mantenerse gracias al tesón y cabezonería de unos pocos y también de muchos aficionados al género fantaterrorífico. Por otra parte, mucha gente bien de la San Sebastián de siempre (los que aún la llaman con orgullo La Bella Easo), esa rancia que muchos conocemos y tan poco dada a evolucionar se habrá alegrado de la noticia y, frotándose las manos y con una sonrisa maquiavélica entre los dientes, dirá y gritará a los cuatro vientos que por fin, poco a poco, van logrando su objetivo, si no lo han logrado ya.

Todo esto, querido lector, viene porque hay un rumor bastante extendido, y desde hace años, que cuenta que un ente diabólico quiere deshacerse de la Semana de Terror, pero que nunca lo consigue (me ha venido a la cabeza cómo el malvado jefe de la organización M.A.D. nunca conseguía destruir al inspector Gadget y al final de cada capítulo, mientras huía, siempre gritaba que algún día conseguiría su objetivo). Este rumor incluye que a dicho ser malvado le gustan más otros festivales de cine que se realizan en la ciudad, en otras fechas (digo yo que siendo en fechas diferentes y conviviendo como conviven todos estos festivales sin molestarse unos a otros... ¿por qué hay tanto problema y molestia?).

Todo es un rumor, así que vaya usted a saber. Que malas lenguas hay en todos lados, oiga.

Lo que no es un rumor es lo que me ha incitado a escribir esto. El balance ese. Vamos a ver si me explico: Que la Semana iba a tener menos espectadores era algo completamente evidente. Eso ya se sabía desde el mismo momento en el que se publicó la programación. ¿Las razones? Debido a la crisis económica, había menos proyecciones tanto en el Teatro Principal como en el Victoria Eugenia, se suprimió el teatro de calle, que siempre atraía a un buen número de gente, y además la clausura fue de nuevo en el Principal, como hace años, en lugar de ser en el Auditorio Kursaal (550 localidades frente a 1800, aproximadamente). El hecho de haber menos proyecciones en ambos teatros y que la clausura no fuera en el Kursaal supone la evidente reducción de espectadores y de venta de entradas.

No quisiera extenderme mucho más sobre este tema, pero me gustaría indicar que un balance adecuado sería aquel que mencionase datos económicos, es decir, algo así como "la Semana de Terror ha costado en su vigésima edición tanto dinero y se ha recaudado este otro tanto". Con ello, calculadora en mano, se podrían hacer cálculos y estudiar de mejor manera este tipo de noticias.

PD: El dossier realizado por Donostiakultura sobre la Semana de Terror lo puedes leer pinchando aquí.