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2 de junio de 2009

I want to believe 1ª parte: Ángeles y demonios

Ángeles y demonios es la nueva película del cinéfilamente polémico Ron Howard (director de Una mente maravillosa -2001-, Apollo 13 -1995-, Willow -1988-, Cocoon -1985-, 1, 2, 3, Splash -1984- ...). Le he definido como cinéfilamente polémico porque mucha gente le tacha de director comercial, que sólo hace peliculillas dirigidas a satisfacer a la gente de Hollywood, o cosas así. A mí personalmente me parece un buen director, que quizá sí que le salga alguna película que otra demasiado... correcta, pero de vez en cuando puede hacer cosas como El desafío: Frost contra Nixon, que creo que nadie podría esperar una película así de alguien como Howard (una película entretenida, con un ritmo estupendo, unos personajes geniales… todo ello con una trama que en principio no parecía dar demasiado juego para una película). Hace no muchas semanas leí que llamaban a Ron Howard "el José Luis Garci americano", en el sentido de que siempre que hace una película, la nominan a unos cuantos Oscars, al igual que a Garci le nominan para los Goya con una nueva película suya. La verdad es que esta definición me hizo mucha gracia, y no deja de ser algo cierta...

Póster de la película [Haz clic si quieres ampliarlo]

A lo que iba. Ángeles y demonios es la nueva película de Ron Howard y está basada, al igual que El código Da Vinci (2006), en la novela homónima de Dan Brown. En ella se cuenta una conspiración de los Illuminati (una secta secreta perseguida y vapuleada por la Iglesia desde hace cientos de años) para sabotear la elección de un nuevo Papa en pleno cónclave de cardenales. Cuatro de ellos, los preferiti (los favoritos para suceder al difunto Sumo Pontífice) son secuestrados y según un mensaje del secuestrador, los irá asesinando uno tras otro, cada hora. Con ello y con otros elementos científicos en juego, los encargados de la seguridad del Vaticano se verán obligados a contactar con Robert Langdon, experto en simbología y en sectas secretas, especialmente en los Illuminati, para intentar evitar en una cuenta atrás trepidante, las muertes de los preferiti.

Conclaveando, que es gerundio

Robert Langdon
es de nuevo encarnado por Tom Hanks, quien simplemente está correcto en su papel, ya que un personaje así no da para gran cosa más y no se aporta nada nuevo a lo que ya se vio de él en El código Da Vinci, salvo quizás, un plano en el que se ve claramente el reloj de Mickey Mouse que Langdon siempre lleva encima, algo que no se vio en la anterior entrega y que es uno de los toques característicos y peculiares del personaje. A Langdon lo acompaña la bella Victoria Vetra, nombre atrayente donde los haya, como también lo es la actriz que lo encarna, Ayelet Zurer (Munich, de Steven Spielberg), una científica que lamentablemente me dio la impresión de que no deja de ser una chica florero en la película, al no tener demasiados momentos clave, cuando prácticamente lo único que hace es acompañar a Langdon de un lado para otro.

El resto del estelar reparto lo completan Ewan McGregor (Star Wars Episodios I, II, III) como el camarlengo Patrick McKenna, Stellan Skarsgard (Rompiendo las olas, de Lars Von Trier, ¡Mamma mia! de Phyllida Lloyd) como el comandante Richter y Armin Mueller-Stahl (el inolvidable y tirano padre de Geoffrey Rush en Shine de Scott Hicks) en el papel del cardenal Strauss. Todos ellos están francamente bien y sus escenas, las de cada uno de ellos, son realmente buenas.

El título de este post, I want to believe (quiero creer) no tiene nada que ver con Expediente X, sino que en realidad me refiero a que viendo la película, uno se tiene que creer, o tiene que dejar que su mente crea lo que está viendo, al igual que cuando se lee la novela original. Como uno se ponga a sacar pegas al argumento o a decir que si tal o cual cosa es imposible, no disfrutará de la película en ningún momento, ni siquiera en los primeros minutos de su metraje. Hay que dejarse llevar, esa es la clave. Si eso se logra, como yo lo hice, se disfrutará de una película entretenida, con un ritmo casi frenético (salvo quizá en su parte final) y sin descanso, yendo de un lado a otro de Roma, con unos planos aéreos digitales del Vaticano (al equipo de rodaje se le prohibió rodar allí) espectaculares, de iglesia en iglesia e intentando descifrar cada uno de los enigmas que en ellas se esconden para poder desenmascarar a los Illuminati y salvar a los cardenales y a la ciudad del Vaticano. Por cierto, sin que sea esto un spoiler, comento que la famosa escena del helicóptero narrada en el libro, está ligeramente suavizada en la película, cosa que es de agradecer porque ese momento del libro fue, es y será una de las mayores tonterías que he leído en mi vida.

Lo dicho: hay que dejarse llevar a la hora de ver la película, que, aun habiendo leído la novela y conociendo la historia y su desenlace, resulta muy entretenida y eso ya es mucho. Cosa que, en mi opinión, no lograba su predecesora, El código Da Vinci, que a pesar de tener algún momento decente, era demasiado larga y tenía muchos trozos aburridos. En Ángeles y demonios han reducido la duración a poco más de dos horas, probablemente porque eran conscientes de que ese fue uno de los grandes fallos de la anterior.

[Enlaces a través de IMDB]

A continuación, el trailer de la película y unas cuantas imágenes:

TRAILER



IMÁGENES (haz clic sobre ellas si deseas ampliarlas)

El cardenalengo: El cardenal y el camarlengo

Cardenales y cía. viendo el Barça - Madrid

Cagontodo, y yo que soy del Madrid...

Robert Langdon investiga hacia un lado...

Robert Langdon investiga hacia abajo...

Robert Langdon investiga hacia arriba...

Y al final, Robert Langdon encuentra lo que busca

Pasarela Vaticana: Lo que se llevará la próxima temporada

Imágenes gracias a IGN Movies