Andrew Garfield destacó especialmente en La red social de David Fincher (y para quien esto escribe, lo hizo por encima de su protagonista, Jesse Eisenberg), donde parecía que se le iban a abrir unas cuantas puertas, pero algo ha pasado o algo pasa con sus contratos hollywoodienses ya que desde entonces sólo se le ha podido ver en un par de películas más, ambas de hace un par de años (al igual que la mencionada de Fincher) y ahora le vemos metido en un berenjenal de mucho cuidado: nada menos que la nueva película sobre Spiderman, un reboot, un rearranque, o como quiera llamarse, del superhéroe arácnido creado por Stan Lee y Steve Ditko para la factoría Marvel: The amazing Spider-man.
Cuando un servidor se enteró de que este actor sería el encargado de hacer olvidar al personal a Tobey Maguire (Spiderman en las tres películas dirigidas por Sam Raimi), lo primero que se preguntó fue cómo haría para que el habitual tupé, ese pelazo que siempre lleva Garfield, no se notara bajo la máscara de Spiderman.
Una vez vista la película, sigo preguntándomelo... Cosas del Cine, supongo.