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26 de diciembre de 2008

George Bailey y un final maravilloso

Han pasado ya la Nochebuena y el día de Navidad. Espero que todos lo hayais pasado muy bien, con vuestros seres queridos y allegados, en armonía y felicidad.

Siendo las fechas que son, es imposible no acordarse de la película que más veces se ha emitido en televisión (dicen), probablemente la gran mayoría en días como estos: ¡Qué bello es vivir! de Frank Capra (It's a wonderful life, 1946). Una película maravillosa y llena de momentos inolvidables con la que es imposible no emocionarse, desde el primer minuto hasta el último, con ese final mágico y maravilloso tantas veces copiado o parodiado.

Por si aún hay alguien que no ha visto o que no conoce esta película (me parecería extraño que así fuera), la película cuenta la historia de George Bailey (James Stewart), una persona que, literalmente, siempre ha vivido por y para los demás, truncándose de esta forma continuamente sus propios planes de futuro. En un momento dado todo se le empieza a torcer, con lo que George empieza a perder la confianza en todo y en todos, amargándose de tal forma que llega a pensar en el suicidio. En ese momento aparece Clarence (Henry Travers), un ángel que deberá ayudarle a ver la vida de otra forma para conseguir así sus alas. La forma en que lo intentará será haciendo ver a George qué habría sido de toda la gente del pueblo, y del propio pueblo, si él no hubiera existido en sus vidas... Se encuentra con todo un lugar diferente, lleno de casinos y de gente oscura y amargada, sin ganas de vivir ni de pensar en el prójimo... la chica que ama (Donna Reed) se ha convertido en una persona extremadamente tímida y asustadiza... En fin, todo un mundo diferente que hace ver a George que merece la pena seguir viviendo.


Su final, con el que sólo mencionarlo me emociono, lo pongo a continuación, en dos partes. En la primera parte se ve a George Bailey completamente desesperado porque no entiende cómo toda la gente a la que quiere se ha podido transformar en lo que ve, y el momento en el que vuelve a la realidad. Y la segunda parte es la gran parte mágica, donde vuelve a su casa y, entre otras cosas, se encuentra con que todos los del pueblo, todos, quieren devolverle tantos favores que él les ha hecho.



[Nota: En el vídeo anterior faltan unos segunditos, en los que se ve, entre otros saludos de felicidad de George a la gente del pueblo, cómo saluda y felicita las Pascuas también al villano de la película, el señor Potter (Lionel Barrymore), quien se las felicita también, de una forma muy desagradable, añadiendo que las pasará en la cárcel]



Mi admiración por esta película es tremenda, y no digamos ya por sus actores, sobre todo sus protagonistas: James Stewart y Donna Reed, entre los que se ve, yo diría que casi se palpa, que sabían que estaban haciendo algo antológico, algo especial. Todas las escenas entre ellos dos son memorables, me-mo-ra-bles. Si tuviera la difícil tarea de destacar una, diría que la escena del teléfono, que adjunto aquí. Atentos a cómo se miran, cómo se sienten... Es que no se puede decir más con tan poco, están simplemente inmensos.



Extras

Su trailer:



Más imágenes y posters [Haz clic para ampliarlas]: