SECCIÓN OFICIAL A CONCURSO
Hace cinco años el director Jonás Trueba quiso realizar un experimento, un proyecto que abarcara más de lo estrictamente cinematográfico. Se titulaba Quién lo impide y consistía en trabajar con unos cuantos adolescentes para ver, aprender y mostrar sus inquietudes de cara a su presente y por supuesto, al futuro. Tras aquel experimento, Trueba vuelve a la carga con estos chavales y presenta una de las películas más sorprendentes de esta edición del Zinemaldia. Una película de tres horas y cuarenta minutos de duración donde seguimos viendo a los mismos actores con sus historias, sus relaciones y sus amoríos, pero con un grado mayor de madurez (el que les han dado estos cinco años).