La tercera película (para cine) del
bilbaíno Koldo Serra es un thriller urbano en toda regla,
puro cine negro a la vieja usanza con muchos, si no todos, los
elementos del género: un banco, un atraco, la policía tras los
ladrones (porque el atraco, obviamente, no va a salir bien), y una
galería de personajes de todo tipo de pelaje, donde probablemente
ninguno se salva de tener secretos o ases en la manga (en no pocas
ocasiones del metraje queda esto bastante claro). Eso sí, quizá los
personajes más transparentes sean aquellos de los que uno menos lo
puede esperar: los atracadores. Son gente chunga, claro, pero van con
las cosas por delante. Queda pues algo clara la crítica que Serra y
los tres guionistas de la película (Javier Echániz, Juan Antonio
Gil Bengoa y Asier Gerricaechevarría) han querido contar hacia una
parte de la sociedad (entre otras cosas).