Póster de Troll Hunter [Clic para ampliar]
Había muchas ganas de ver esta película, por varias razones:
1) La película viene del norte, del frío (de Noruega, concretamente), y ya sabemos que por allí arriba, en esos países cuando se ponen a hacer películas es fácil que les salga algo si no bueno, cuando menos curioso. Recientes están los casos de la trilogía Millenium o de la traslación al largo de los cortos Rare exports, que ambos ejemplos gustarán más o menos, pero hay que reconocer que entusiasmo hay. O eso me gustaría pensar, vaya. El caso de Déjame entrar (Tomas Alfredson, 2008) es excepcional, porque ahí había algo más que entusiasmo: había respeto al género, ganas de contar una buena historia, y calidad indiscutible en su conjunto.
2) La originalidad del punto fuerte del argumento: cazadores de trolls.
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Repitamos: cazadores de trolls. En realidad esto ya es razón suficiente para interesarse por la película.
3) Habiendo visto el trailer parece estar hecha con cuatro perras (desconozco el presupuesto de la película pero sigo pensando ello), con lo cual le da cierto encanto, o gracia, llámese como se quiera.
El troll pequeño, precisamente, no es [Clic para ampliar]
Con todo ello, desde hace unos cuantos meses se hablaba bastante de la película. Tras verla, cierto desamparo recorrió mi cuerpo ya que no era lo que esperaba. No es una mala película, eso vaya por delante. Y la originalidad la tiene y la mantiene, pero hay un par de cosas que para mi gusto, juegan bastante en su contra.
1) Formato de cámara en mano grabando todo lo que ocurre alrededor. Ya estamos otra vez. Esto me hace pensar que efectivamente se ha hecho con poco presupuesto, ya que grabar una película así, debe de salir bastante barato. Al menos eso me dijo una vez vaya usted a saber quién. O quizá no me lo dijo a mí, sino que se lo oí. Yo qué sé. Esta es la película número un millón que se hace de esta forma, y ya está muy, muy, pero que muy visto. A mí ya me cansa, y bastante.
2) La película va como por capítulos. Primero se topan con un troll que hace de presentación de cómo se las gastan estos bichos, luego con otro más bestia, y luego con más... Es como si se estuviera jugando un videojuego y se pasara a la fase siguiente. Así hasta llegar a la fase final, que es donde culmina todo. Entre ataque y ataque de trolls, momentos de bajón en la historia. Charleta y más charleta que no hacen más que aburrir, y además se acaba haciendo repetitivo.. Vale que se dan, o se intenta dar, detalles sobre el enigmático cazador de trolls (Otto Jespersen, una especie de John Wayne nórdico, siendo lo mejor de la película junto con, cómo no, los trolls), pero no es suficiente.
El John Wayne nórdico [Clic para ampliar]
Lo bueno que tiene Troll hunter es que cada poquito tiempo se van diciendo pequeñas cosas que van desgranando la historia y que el motivo de porqué hay tanto troll suelto por allí tiene su gracia, pero por lo general se queda en una peliculilla curiosa y simpática (con algún buen punto de humor) que no llega a ser gran cosa. Olvidable.
Un 5.
¡¡TROOOOOLLLL!! [Clic para ampliar]