En esta categoría también hay dos actores por los que se apuesta más. Las cinco actuaciones son grandes actuaciones, pero de nuevo, la temporada de premios está haciendo que la balanza se vaya decantando hacia un lado, y los últimos Globos de Oro no dejan mucha duda sobre quiénes son los dos con más posibilidades de ser premiados dado que ambos obtuvieron el Globo en drama y en comedia. Por cierto, es curioso que cuatro de los actores interpretan a personajes reales. He de decir que mi apuesta personal iría con algún otro de los nominados (es decir, con algún "no favorito"), aunque si se lo lleva alguno de los favoritos, no me parecería mal tampoco. Lo comentaré al final del artículo.
Han pasado ya casi dos meses de este año 2012, y aún no había comentado por aquí qué personas o películas fueron mis favoritas del año pasado. Empiezo pues, la serie que lo indica, con una diferencia respecto a los posts similares de años anteriores: esta vez pondré diez elegidos en cada categoría, en lugar de cinco. Será por este orden: actores, actrices, directores, y películas.
Vamos pues, con ellos (sin orden de preferencia alguno).
MEJORES ACTORES DEL 2011
José Coronado por No habrá paz para los malvados
Recién ganado el Goya al mejor actor español de 2011, por fin ha llegado su momento. El momento de que se reconozca que José Coronado es un gran actor. Su personaje de Santos Trinidad en No habrá paz para los malvados es un prodigio dentro del cine español. Parece mentira que alguien tan ruin, tan desgraciado, tan hijo de puta, consiga meterse al personal en el bolsillo (algo parecido, si no idéntico, a lo que ocurrió con Luis Tosar y su Malamadre de Celda 211). Inolvidable personaje que queda en la memoria del espectador durante mucho tiempo.
Christian Bale por The fighter. Pocos actores de la actualidad son tan camaleónicos como Bale. Tendrá un carácter difícil, pero es innegable que se prepara sus papeles a conciencia, y la mayoría de las veces, sorprende muy gratamente. Este es el caso y aunque se pueda pensar que sobrecarga su personaje, a mí me dejó con la boca abierta.
Quién ganará
Christian Bale. La racha de premios que lleva hace casi seguro su estatuilla. Ahora bien, no obtuvo el BAFTA (premio de la acedemia de cine británica) y eso juega en su contra, pero todo indica que será el elegido.
Quién tiene más posibilidades
Geoffrey Rush por El discurso del rey. Este es quien puede agriar la noche de Christian Bale ya que casi tiene tantas papeletas para llevarse el Oscar como él. Es el otro gran favorito en esta categoría, con lo cual el duelo está garantizado. Obtuvo el BAFTA y eso le hace ganar puntos, pero en estas cosas nunca se sabe. Si por mí fuera, otorgaba el premio a los dos, ya que Rush también está soberbio (como siempre).
El resto de nominados:
Mark Ruffalo por Los chicos están bien. Aunque la película no deja de ser un tanto sosa, es cierto que los actores se ganan al público. En el caso de Mark Ruffalo, a quien no tenía en alta estima como actor, llegó a sorprenderme, y aunque personalmente no creo que haga un papel para el recuerdo de la historia del Cine, sí que está genial en esta pequeña tontería que es Los chicos están bien.
Jeremy Renner por The town (Ciudad de ladrones). Si el año pasado este actor estuvo entre los mejores actores protagonistas (por En tierra hostil - The hurt locker), este le toca entre los secundarios. Su papel en la película que dirigió Ben Affleck está entre lo más recordado de la misma, hecho que demuestra su nominación.
John Hawkes por Winter's bone. Gran descubrimiento el de este actor (como el resto de actores de la película, y como la película en sí, muy recomendable), algo así como una mezcla entre Robert De Niro y Christoph Waltz que impone y que se come la pantalla en cada una de sus apariciones. Lo dicho: un gran descubrimiento.
Enemigos públicos ya lleva varias semanas en cartel. Se trata de la nueva y esperada película de, en mi opinión, uno de los mejores directores americanos de los últimos años: Michael Mann. A pesar de algún altibajo en su filmografía, como puede haber sido la adaptación al cine de la gran serie de televisión de los años ochenta Corrupción en Miami (adaptación que reconozco no haber visto aún pero que no obtuvo demasiadas buenas críticas –Michael Mann precisamente fue uno de los productores de aquella serie y por ello la gente que ha visto la película esperaba algo mejor), es el director de buenas películas como El último mohicano (1992), Heat (1995), El dilema (1999) o Collateral (2004).
En Collateral, Mann ya apostaba por la imagen digital de alta definición, y en esta ocasión, con Enemigos públicos, lo ha vuelto a hacer. La apuesta le ha salido bien: la calidad de la imagen es espectacular y rodando así se abaratan muchos costes que provocan los rodajes con celuloide de la forma tradicional. Este rasgo probablemente sea el primer aviso al respecto de que no vamos a ver una película de gángsters al uso, es decir, una película al estilo clásico de Hollywood. Pues no. Michael Mann no quiere eso y desde la primera escena (una adrenalínica huida de una prisión), apreciamos la tónica general del resto de la película: unos primeros planos de los protagonistas muy cercanos, mucho movimiento de cámara (al estilo de eso que se llama cámara en mano), tiroteos que parecen estar planificados por el director de forma tal que los disparos y los golpes de las balas contra la superficie que sea resalten sobre todas las cosas… Desde el principio Mann ya nos muestra cómo ve él una película de gángsters rodada en el siglo XXI.
La trama de la película nos viene a contar las andanzas de John Dillinger, el enemigo público número uno de los Estados Unidos de América en los años treinta, en aquella época de la Gran Depresión. Sus amigos y enemigos, sus atracos, sus amoríos y su chulería, sus relaciones con otros gángsters, su final. Y en medio de todo ello, el FBI, implacable para intentar pararle los pies.
La película por lo general tiene un buen ritmo, a pesar de algunos momentos en los que inexplicablemente éste baja y se hace un poco más lento. Quizá, a la hora de realizar el montaje, los montadores y el propio director se dieron cuenta de ello e introdujeron una secuencia magistral aproximadamente en la mitad de la película: el asalto a una casa en el bosque por parte del FBI donde se encuentran ocultos Dillinger y sus compañeros. Toda la secuencia es apoteósica, comparable alfamoso y ya mítico tiroteo de Heat, donde, como he dicho al principio, parece que el sonido de los disparos son resaltados, pudiendo también apreciar con todo detalle cómo éstos van provocando poco a poco destrozos sobre la cabaña, reventando paredes y todo lo que se les pone en medio.
Respecto a los actores, el encargado de dar vida al socarrón y siempre seguro de sí mismo John Dillinger es Johnny Depp (¿pero es que este hombre no envejece nunca?), ofreciendo una muy correcta actuación ya que este tipo de personajes sabe interpretarlos muy bien (los detractores del actor pueden alegar que parece tener siempre la misma cara para cualquier tipo de papel que realice). En la otra cara de la moneda tenemos a Christian Bale como Melvin Purvis (no, como Batman no, eso es en la otra película), el agente del FBI que quiere dar caza a toda costa a Dillinger y a sus compinches (a Bale también le pueden reprochar sus detractores que parece poner siempre las mismas caras de Batman, haga lo que haga…). Por último, en el elenco estelar del filme, tenemos a Marion Cotillard, ganadora del Oscar como mejor actriz en 2007 por La vie en rose (Olivier Dahan), siendo la entregada amante de Dillinger en un papel que inicialmente parece ser una simple chica objeto pero que con posterioridad se ve que acaba siendo algo más que eso.
En el resto del reparto en papeles muy secundarios podemos ver a Stephen Dorff (el vampiro malo de Blade, 1997) como uno de los colegas de Dillinger, a Billy Crudup (el doctor Manhattan de Watchmen, 2009) como J. Edgar Hoover (fundador del FBI), o Lili Taylor (The addiction, 1995) como la responsable de una de las prisiones donde meten a Dillinger.
Una buena película de gángsters, rodada de una forma actualizada, que aunque en algún momento puede decaer de interés o incluso saturar con tanto primerísimo plano, posee momentos magistrales como por ejemplo el citado de la cabaña del bosque o la parte final. Si hablásemos de posibles nominaciones a los Oscar para el año que viene, considero que con este trabajo, Michael Mann debería estar como uno de los candidatos a la mejor dirección. No digo que lo gane, sino que con que esté ahí, suficiente.
SPOILER DE LOS GORDOS (si no has visto la película y no quieres que te fastidie una parte importante del final, no leas el siguiente párrafo)
Si Mann hubiera acabado la película con un plano fijo de Marion Cotillard llorando en la sala de la cárcel en vez de permitir que veamos al agente del FBI salir de la sala con la puerta cerrándose, para mi gusto habría sido mucho más emotivo y habría ganado muchos más puntos.
FIN DEL SPOILER
¿Mi nota? Un 8.
TRAILER
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