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17 de junio de 2010

¿Son los niños gilipollas?

Ayer por la tarde me acerqué al cine a ver las aventuras del príncipe de Persia. Antes de la proyección y como suele ser habitual, hay algún que otro trailer. Como la película que iba a ver es de Disney y para todos los públicos, con ánimos de hacer una serie al estilo de Piratas del Caribe (también de Disney), los trailers que hubo fueron de películas dirigidas al público más joven.

Una de esas películas de los trailers me hizo llevarme las manos a la cabeza y me dejó completamente boquiabierto y altamente sorprendido por la supina estupidez que acababa de ver, todo concentrado en tan sólo dos minutos. Se trata de una película titulada Marmaduke, de inminente estreno, basada en unas tiras cómicas creadas en 1954, donde se ven básicamente las andanzas de un perro y sus amigos animales, entre los que se encuentra su hermanastro, un gato llamado Carlos.

Vamos por partes: El trailer empieza de forma simpática, parece un perro de lo más majo, travieso y gamberrete... pero de repente aparece en escena el gato. Y su voz de doblaje. En serio, yo no sé qué narices piensan en las altas esferas del marketing cinematográfico cuando permiten semejantes doblajes. La última barrabasada que vi acerca de esto fue el doblaje de Mónica Cruz en G-Force (claro, como su hermana Penélope había doblado al personaje en su versión original, debieron de creer que sería un guiño supergenial y superdivertido que atraería a las masas para ver esa pequeña bobada). Por lo visto escuchar a un gato hablando de esa forma produce carcajadas sin fin. Será en los despachos donde decidieron aceptar esa voz, porque vamos...

Según transcurre el trailer se puede ver una sandez tras otra, donde se nos va presentando al resto de protagonistas. Que si perros con pedigrí, que si uno que no siente las piernas, más bromas entre el perro y el gato... y un William H. Macy echado a perder (esperemos verle en alguna de sus grandes interpretaciones en alguna otra película) que protagoniza otro momento bochornoso, que cuando idearon la película, también debieron de creer que algo como eso sería la monda, la repanocha, el descojono padre.

Y por último como no quiero extenderme más (parece mentira que esté hablando tanto de algo de tan sólo dos minutos, de un trailer), no voy a decir nada sobre el baile del final. Bueno sí, que para variar me pareció algo patético.

Con todo eso, la pregunta que me hago es ¿son los niños de hoy en día gilipollas? ¿Realmente se cree alguien que una película así puede hacer buena caja? Hay que decir que en Estados Unidos hemos visto muchos casos en los que sí se cumple ello (ahora mismo recuerdo otra con perros: Un chihuahua en Beverly Hills)... será que allí sí son un poco gilipollas los niños. No lo sé.

Os dejo con el trailer, a pesar de haberlo desgranado ya. Eso sí, no me hago responsable de los daños cerebrales que pueda causar a quien lo vea.



Atención también al póster. Yo pensaba que ya no se hacían cosas así. Creía que este tipo de carteles quedaron obsoletos en los videoclubs de los años 80...