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27 de octubre de 2011

Visto en Sitges'11 (III)

Tercera parte con nuevas películas a comentar sobre lo que vi en Sitges 2011.

A letter to Momo (Hiroyuki Okiura)

Siete años han tardado en realizar la película, ya que estaban empeñados en hacer todo al estilo tradicional: primero sobre el papel y luego trasladarlo al formato celuloide. Como cinta de animación es impecable, una joya. El problema es su historia. Más que su historia, su duración. En realidad tiene otro problema, pero que debe disiparse cuanto antes ya que es un mero prejuicio: la sombra del maestro Miyazaki es muy alargada, y cualquier película anime que se haga, incluyendo algún toque mágico en su argumento, hace recordar al genio nipón. El argumento trata de una niña muy testaruda llamada Momo, que ha perdido a su padre (durante la película explicarán cómo y porqué), que vive con su madre. Se mudan a una isla y allí Momo conocerá a tres extrañas criaturas, unos duendes que sólo puede ver ella. Ellos no pretenden nada malo, sólo vivir lo mejor que puedan y zampar todo lo que pillen, pero la niña no les dejará. Poco a poco irán limando asperezas hasta hacer que la niña, y el espectador con ella, participe de todo un espectáculo mágico que hará que cambie su forma de ver la vida y de comportarse. Como decía, es una gozada de anime, pero está muy centrado en el drama de la niña y hay poca fantasía (eso sí, el punto cumbre sobre este aspecto es una maravilla)... Por lo tanto uno piensa que sus dos horas de duración son demasiado. De todas formas, recomendable sin duda para los fans de la animación.

Exit Humanity (John Geddes)

Esta película fue el primer largometraje del maratón nocturno de la nit + zombi, tras diversas presentaciones y cortos. La película nos sitúa en la posguerra civil americana, donde el protagonista se ve inmerso en la más absoluta soledad cuando su mujer y su hijo son contagiados por unas extrañas criaturas que parecen revivir después de muertas... En su lucha por la supervivencia se encontrará con gente que le ayudará o que intentará acabar con él, por tanto deberá jugar bien todas sus cartas. Esta película empieza como una típica película de zombies: alguien es atacado de repente por criaturas que no comprende de dónde salen, y poco a poco nos va narrando qué características tienen esas criaturas, es decir que si no duermen nunca, que si tienen un olfato muy desarrollado, que si sólo mueren disparándoles en la cabeza... Algo muy típico y que todos ya sabemos, con lo cual no aporta nada nuevo. Llega un punto en la película en el que la temática zombie casi desaparece, convirtiéndose en un western puro y duro. De vez en cuando se mencionan los zombies, incluso se explica su origen, pero el western sigue ahí, con sus impresionantes paisajes y por su puesto sus duelos a muerte entre los principales personajes. Así que si uno quería ver una buena peli de zombis, es muy posible que quede decepcionado o lo que es peor, aburrido.

Deadheads (Brett Pierce & Drew T. Pierce)

Divertimento de los de caca-culo-pedo-pis hecho sin mayores pretensiones. O eso me gustaría pensar, claro... La historia va de que en un pueblo de Estados Unidos hay una epidemia zombie, pero total, como si no la hubiera, porque el protagonista y dos amigos suyos, aunque se han convertido en zombies y ellos lo saben (al principio no lo asumen pero poco les cuesta darse total cuenta de ello), hacen como que no es así. Y el resto de la población hace como que no pasa nada. Es algo que no llegué a entender de la película, que hubiera zombies, pero que todo fuera como que no los hay. Quizá esa sea la gracia que pretendían buscar los directores... a saber. El caso es que el protagonista se empeña en reencontrarse con su ex-novia para decirle que la ama, con lo cual la peli es una búsqueda. Tras los protagonistas, hay un grupo de caza-zombies muy malo y sin piedad así que tendrán que andarse con ojo si no quieren que les pillen. No es más que una comedia romántica con esos toques de zombis, pero si no los tuviera, daría lo mismo. Además, el contrapunto cómico del amigo gracioso desfasado acaba molestando más de la cuenta.

Zombi diaries 2 (Michael Battlet & Kevin Gates)

Es una secuela pero según nos informó su director, no hace falta haber visto la primera entrega para disfrutar de esta película. Lo de "disfrutar" es un decir porque de tan típico que es lo que nos cuenta, no tiene ninguna gracia. Se trata de un grupo de gente, militares incluidos, que deben sobrevivir a la amenaza zombie que está por todas partes y quieren llegar a un punto que se supone es seguro. No hay más. Y por si fuera poco, de tan original que es la película, es de esas de "cámara en mano grabando todo lo que ocurre". Que digo yo, que si uno está grabando cómo un zombie se zampa a tu compañero y a todos los militares que tienes alrededor, hay dos opciones más que evidentes: 1) O coges alguna de las armas que hay alrededor y empiezas a disparar a todo lo que se menea, o 2) Corres como alma que lleva el diablo huyendo de los zombies que te van a comer. ¡Pero no te quedes a grabar cómo se comen a la gente! En fin... Muy original. Originalísima.

The thing (Matthijs Van Heijningen Jr.)

Remake, perdón, precuela... Venga va, es un remake en toda regla, de la mítica La cosa de John Carpenter. Que no nos engañen. En principio se cuenta qué pasó a la expedición previa a la que sale en la de Carpenter, pero tiene escenas clavadas, y sabemos cuál es la tónica e incluso qué va a ocurrir porque la película del 82 está grabada en nuestras mentes de lo espeluznante y potente que es... ¡Incluso uno de los protagonistas masculinos guarda cierto parecido con Kurt Russell! Vale, hay ciertas diferencias, y la parte final es también nueva, pero todo, todo lo demás, es calcado a la de Carpenter. Evidentemente tiene cosas destacables, como por ejemplo la ambientación, y las transformaciones del bicho, que son unas cuantas y muy bien hechas por cierto. Con lo cual el espectador lo que puede esperar es una nueva transformación para ver por dónde, y cómo, sale la cosa esa. Algunas apariciones del bicharraco son de aplauso, la verdad sea dicha. Pero por lo demás... hay que seguir quedándose con la del gran John Carpenter, sin dudarlo.

Continuará...

7 de diciembre de 2010

Semana de Terror: Las películas (III)

Tercera entrega de las películas vistas en la Semana de Terror de Donosti.

Redline (Taksehi Koike)

Poco me dijo esta película. Con un buen comienzo y un desarrollo demasiado aburrido, lo único que cabe mientras se ve es esperar a la carrera final y ver si el protagonista se lleva el gato al agua y de paso a la chica, venciendo a todos sus temibles competidores. Con lo cual lo más destacable es su inicio y el final, aparte de las presentaciones de los personajes que correrán en la carrera, al más puro estilo televisivo y de videojuegos. Si tras ver la película te dan ganas de ir al negruzco (por lo quemado) Discóbolo -una antigua discoteca del lugar- es de entender ya que prácticamente desde el principio se asiste a un recital chumbeta sin descanso. Un tío superchulo, una chica neumática y una panda de coleguillas y villanos a cada cual más extravagante es lo que se encontrará el espectador en la peli. No apta para gente propensa a la epilepsia.

Un 5.

Monsters (Gareth Edwards)

La gran decepción de la Semana. Había muchas ganas de verla, por varias razones: una peli de monstruos gigantes que atacan las ciudades y los humanos tratando de sobrevivir, mucha publicidad, y cómo no, la alargada sombra de Distrito 9, con la que se la comparaba debido a su poco presupuesto y a su temática fantástica... Nada más lejos de la realidad: la película no se sostiene por ningún lado y es aburrida e insípida incluso en el momento en el que se supone que debería haber más tensión (el final). Se ha oído que, al igual que Distrito 9 era una alegoría sobre el Apartheid, esta lo era sobre el espinoso asunto de la inmigración ilegal en EEUU. Puede ser, pero la mierda de historia de amor que va contando hace que nos pasemos por el forro todo eso. Los dos actores protagonistas, aparte de no tener química alguna, se encontraban perdidísimos en la historia. Aun así, mucho se puede decir sobre la película, al respecto de que lo mejor quizá sea que titulándose Monsters, apenas se ve a los susodichos, pero no nos engañemos: queríamos verlos más, mucho más de lo que se ven. Y si no, que se hubieran esmerado más en la historia de amor. O en las historias, porque resulta que hay una más por ahí: nada menos que una bonita relación de amor entre pulpos gigantes. Sí, querido lector, has leído bien. Ridiculez supina. Eso sí, fue una de las grandes sesiones del Teatro Principal gracias, cómo no, al público. PD: Nominado a siete premios del cine independiente británico, ha obtenido tres, entre ellos nada menos que el de mejor director. Sin comentarios.

Un 2.

Boogie, el aceitoso (Gustavo Cova)

Basada en el cómic del historietista argentino Fontanarrosa, cuenta la historia de Boogie el aceitoso, el asesino más implacable, más macarra y más machote de la ciudad, quien se entera de que un mafioso ha contratado los servicios de otro matón en vez de contratarle a él, con lo cual saldrá a ajustar cuentas y a demostrar quién sigue siendo el mejor en lo suyo... Una animación que al principio me parecía un tanto mala al ser demasiado parecida (si no idéntica) a las típicas en flash, acabó por engancharme con la historia de este personaje, el típico antihéroe con el que acabas empatizando porque en el fondo todos queremos ser como él. Una historia de cine negro con toques bestias y sin piedad que lleva al espectador entre personajes clichés hasta el esperado desenlace. Fue la película ganadora en la Semana del pemio del público al mejor largometraje de animación.

Un 8/9.

Welcome to the Space Show (Koji Masunari)

Pochi es un perro. Pochi habla. Pochi es extraterrestre. Pochi es mítico en la Semana, aunque claro, no este Pochi, sino aquel que casi es una mascota para el público de la misma, el que aparecía en La felicidad de los Katakuri (otra joya de Takashi Miike). Este Pochi no es el mismo, qué va. Y es una pena, aunque también es muy simpático. Invita a unos niños a llevarlos a su planeta de visita, y gustosamente aceptan. Pero ocurre que por una serie de problemas, no podrán volver a casa. Así que tendrán que ingeniárselas para lograrlo. Esta película no es de los estudios Ghibli (que tantas maravillas suele ofrecer) pero se le asemeja. Peca de un metraje un tanto largo (ronda las dos horas y media) y aunque el apartado visual es verdaderamente espectacular, con muchas criaturas pululando por la pantalla continuamente y a la vez, el espectador casi se ve obligado a desconectar un poco de la película para no acabar exhausto. En algunos momentos es enternecedora y en otros apabullante, pero como digo, es muy larga. Si le quitasen varios cuartos de hora, sería una gozada completa. Destaco el momento en el que una de las niñas, mientras lucha con un monstruíto/extraterrestre, empieza a contarle su vida sin venir a cuento, a lo cual el contrincante le dice "¿pero qué me estás contando?", siendo este comentario muy aplaudido en la platea del Teatro Principal ya que todos estábamos pensando exactamente lo mismo, parece que el personaje nos había leído el pensamiento.

Un 7.

Secuestrados (Miguel Ángel Vivas)

Unos ladrones allanan la morada de una familia (vista dicha morada, a la familia se la ve de buena posición social) y mantienen de rehenes a cada uno de sus miembros. Si todo fuera como la seda en el robo de la casa, no habría película, evidentemente. Así que hay cosas que se empiezan a torcer. Y esas cosas las filma muy bien el debutante Miguel Ángel Vivas, con unos planos secuencia muy bien realizados, con divisiones de pantalla para mostrar diferentes situaciones a la vez. Con todo ello, el resultado es notable. Los actores protagonistas, los secuestrados, son Fernando Cayo y Ana Wagener (los padres) y la siempre guapa Manuela Vellés (la hija). Tanto Cayo como Wagener, dentro de lo que cabe, parecen interpretar con más tensión, más contenidos, todo lo que ocurre, mientras que Manuela Vellés grita demasiado, con lo que sería uuna candidata perfecta para eso que se da en llamar scream queen. En resumen, es un buen debut con cosas muy destacables que mantiene la tensión (y es que la película dura apenas ochenta minutos, con lo cual en este sentido se lleva muy bien, ya que no se alarga más de la cuenta tratando el tema que trata).

Un 7/8.

Continuará...