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26 de septiembre de 2017

Zinemaldia 2017: La imagen del día (IV)

Esta vez sí. Esta vez ha llegado el día de la que será, probablemente, la visita más recordada de esta edición número 65 del Zinemaldia (y eso que ha estado Alicia Vikander y están por venir, por ejemplo, James Franco, Jonathan Pryce, Glenn Close...)

Me estoy refiriendo, cómo no, a la gran actriz Bárbara Lennie, que presenta en Sección Oficial la película Una especie de familia (Diego Lerman). Ella está sensacional y es lo mejor de una película con un tema complicado (vientre de alquiler en Argentina y consecuencias o problemas para recibir el bebé) que no destaca en gran cosa, ni en dirección ni especialmente en guión. Pero Lennie, repito, está muy bien.


Vale, es broma. Tener a Bárbara Lennie en el Festival es un lujo indudable, pero no es la imagen que hoy buscaba...

Vale, la que buscaba era la del equipo de la siguiente película a concurso: Licht (Mademoiselle Paradis), de Barbara Albert (¡de Bárbaras va la cosa!). Película muy interesante con personajes fascinantes (como el doctor Mesmer, por ejemplo, o la propia Paradis) y con una interpretación de la actriz protagonista, María Dragus, de la que un servidor estaría muy contento que consiguiera la Concha de Plata (aunque aún falta bastante festival, pero es verdad que es una actuación fantástica). En la siguiente foto, María Drugas y Barbara Albert:


Pues tampoco es esa la imagen del día... ¡Vamos con ella!

21 de octubre de 2012

Visto en Sitges 2012 (I)

Tras una semana de descanso, y aún con sueño por recuperar tras las cuatro jornadas cinéfilo-maratonianas vividas en el Festival de Sitges, comienzo a reseñar las películas que allí vi. Como ya comenté aquí, son veintinueve películas, así que al igual que en años anteriores, será una serie de posts con varias películas comentadas en cada uno de ellos. Todo lo que cuente de cada peli será de memoria, con lo cual algunas reseñas serán mejores que otras, o quizá todas sean malas, o quizá todas seman mini-reseñas, o... bueno, al lío, que me lío.

¡A txiflar!

Warriors of the rainbow: Seediq Bale (Wei Teh-Sheng)

Intentando repetir la grandísima experiencia del año pasado que fue comenzar a ver películas  en Sitges con una película oriental que resultó ser una obra maestra del cine de acción y de mamporros (The raid: visión obligada), me decidí a ver esta película que rememora cómo el imperio japonés, a principios del siglo XX, tras recibir de manos de China la isla de Taiwán, se encuentra con que los aborígenes que allí viven no se lo van a poner demasiado fácil para ser conquistados... Los japoneses cuentan con muchísima artillería y fuerza militar, pero las diferentes tribus que habitan la isla (de las cuales una es la del título: los Seediq) cuentan con que se conocen cada recoveco del lugar como la palma de su mano, con lo cual pueden organizarse muy bien, para sorpresa y desgracia de los nipones. 

Finalmente este año resultó no salirme demasiado bien la jugada de la película oriental como primera película en Sitges. Aunque tiene algunas escenas potentísimas, otras muy bonitas y otras espectaculares con unas batallas muy buenas, es excesivamente larga (más de dos horas y media) y la parte mística del film termina por hacerse algo molesta, ya que la repiten en bastantes ocasiones. El dilema de atacar o dejarse conquistar sin protestar también es repetido hasta la saciedad, y no cuaja demasiado bien porque termina aburriendo. Aun así, como ya he dicho, tiene algunas escenas muy majas y además se termina sintiendo cierto afecto por el personaje principal, Mouna Rudo, antipático inicialmente, místico luego y finalmente héroe en toda regla. Producida por John Woo, esta película es algo así como una mezcla entre El último mohicano, Bailando con lobos, y Braveheart.

28 de octubre de 2011

Visto en Sitges'11 (IV)

Cuarta (y penúltima) parte de lo que vi en Sitges 2011...

Drive (Nicholas Winding Refn)

[Ya vi esta película en el Zinemaldi pero no la había comentado aún...] Las películas de Nicholas Winding Refn no son películas para todos los gustos ni mucho menos para todos los públicos. Su trilogía Pusher, a pesar de comenzar como algo muy tarantiniano, acaba derivando más hacia el mundo personal de cada protagonista; Valhalla rising es una película especialísima y pausadísima sobre vikingos y la Tierra Santa; Bronson es también una bizarrada visualmente muy potente con un Tom Hardy bestial... En fin, un cine muy personal que ha terminado llegando a Hollywood. Lo hace con Drive y con el guaperas Ryan Gosling en un genial papel que nadie esperaría de él. Una especie de Charles Bronson en sus películas setenteras (la película no deja de ser un homenaje a aquellas películas, también a los ochenta... vaya por Dios), un personaje sin nombre, experto en conducción que por ayudar a su vecina, a su hijo y a su marido, se ve metido en un embrollo de mucho cuidado, mafiosos peligrosos incluidos. Winding Refn lleva esta película de género negro actualizado (como le gusta decir a mucha gente) a su terreno, con escenas muy coloridas, también muy violentas, pero sin duda potentísimas y según en qué momentos, pausadas. Así es su forma de dirigir. Diferente, pero todo muy bien llevado y con unos personajes fantásticos. Sin duda alguna es una de las grandes sorpresas del año. La película obtuvo en  el Festival de Cannes el premio al mejor director.

Killer Joe (William Friedkin)

La película sorpresa de Sitges 2011 ha sido la última de William Friedkin, el director de French Connection o El exorcista, entre muchas otras. Ahora viene con una película de personajes, que casi podría ser toda en interiores, donde la violencia, y también el sexo, están continuamente presentes. El plantel de actores protagonistas está inmenso, destacando especialmente a Matthew McConaughey, a quien estamos acostumbrados a ver en personajes de abogado buenazo, o de tontorrón simpático, por lo general personajes un tanto insípidos. En Killer Joe él es la estrella de la función, y se nota que lo sabe. Hay escenas en las que él participa que se quedan grabadas a fuego en la mente del espectador, por las extravagancias contadas y por cómo lo interpreta el actor (o actores). Otra película que también podría decirse que cabe en el género negro, con un final desconcertante pero estupendo (repito que en buena parte gracias a sus actores). El resto de actores, que como digo también están fantásticos, son Emile Hirsch, Thomas Haden Church, Gina Gershon y Juno Temple.

Tormented 3D (Takashi Shimizu & Christopher Doyle)

La película más extraña del día, y quizá de todo lo que yo vi. Cuando decidí ir a verla, releí la sinopsis una y otra vez y enseguida me di cuenta de que iba a ser algo extraño... muy extraño. Pero había que ver algo así, y en tres dimensiones, claro, ahí estaba ¿la gracia? El creador de un clásico del nuevo cine de horror nipón como es Ju-on (La maldición) y su secuela, así como de sus respectivos remakes americanos, cuenta la historia de un niño que sigue a un conejo (suena, ¿verdad?)... de peluche, y acaba retenido en otra dimensión, en otro mundo paralelo al real. Entonces el niño lo que pretende es que la gente pase a ese otro mundo, pero la gente no quiere... Pues para eso está el conejo de peluche, que a veces era gigante, y a veces pequeño. En fin, que creo que se nota que no entendí demasiado la historia. Otra historia con niño (inolvidable aquel Toshio de Ju-on) y que no me ha terminado de convencer. Vamos, que no me convenció. Eso sí, algún efectillo tridimensional que otro sí que tenía bueno (por ejemplo el conejito de peluche flotando en el aire... eso sí que estaba logrado). Pero por lo demás... Como que no.

The day he arrives (Hong Sang-Hoo)

Al hojear el periódico del festival de Sitges y leer la reseña sobre esta película, ponía algo así como que ni era una película de género fantástico, ni de terror, sino que era una "comedia amable, elegante y sutil." Que no había más. Efectivamente, no había nada más, cosa que decepciona teniendo en cuenta que es el Festival de Sitges, es decir, de cine fantástico... Por si fuera poco el director es calificado como el Woody Allen asiático. Y sí, tenía un aire a película de Allen. Pero no tenía su gracia, lógicamente. Una sucesión de encuentros del protagonista que vuelve a la ciudad de su juventud con sus amigos, con su antigua amante/novia, con alumnos jóvenes, que se van repitiendo día tras día, y aunque no se hace molesto que las situaciones sean una y otra vez las mismas, uno está deseando que se llegue a algún tipo de conclusión, hasta que al final llega. Pues eso, una película amable, sin más.

Himizu (Sion Sono)

Esta película tampoco encajaba demasiado bien, a mi parecer, en la programación del Festival. ¿Por qué? pues porque si la anterior era una comedia amable, esta es un dramón en toda regla. Y además de dos horas y diez minutos de duración. En la película se cuenta cómo tras el terrible terremoto del pasado marzo en Japón, todo ha quedado totalmente destrozado y los padres del adolescente protagonista han muerto, quedándose el chico, como tantísima gente, en la calle sin nada, con lo que tendrá que buscarse la vida como pueda. La mala suerte que tiene hace que unos acreedores que su padre tenía vayan a buscarle y le amenacen para que les pague lo que su padre les debía, pero él no tiene nada así que la cosa pinta muy mal. Afortunadamente ahí estarán sus amigos y un variopinto grupo de personajes que aunque ya no les queda en la vida, siguen teniendo ganas de vivir y eso es lo más importante. Este tipo de cosas son las que transmite el film, que como drama funciona muy pero que muy bien, pero claro, para ver en un festival del estilo del Zinemaldia, por ejemplo. En honor a la verdad hay que decir que sí que hay alguna escena que provoca auténtico pavor. Se trata de las imágenes en las que se muestra la devastación del terremoto, cómo ha quedado todo aquello después del fatal evento... unas imágenes terribles que ciertamente ponen los pelos de punta.

Continuará...

15 de julio de 2011

Trailer de 'Hugo', de Martin Scorsese


Martin Scorsese y tres dimensiones, 3D. ¿Qué puede haber salido de esa combinación? El resultado es Hugo, que en EEUU se estrenará en noviembre (en fechas de Acción de Gracias, esas tan queridas por los estadounidenses de a pie y tan deseadas por los distribuidores y productores de Hollywood, debido a que esos días son días clave para sus bolsillos por la recaudación de filmes importantes o esperados) y en España probablemente por fechas navideñas.

Sorprenden de este proyecto varias cosas, que son las que desde que se conoció el proyecto están en boca de todos: Que Scorsese se lance a contar una historia infantil (a priori, personalmente desconozco el libro en el que se basa, The invention of Hugo Cabret de Brian Selznick) y sobre todo, que use el formato del 3D. ¿Se ha vendido Scorsese a la industria hollywoodiense? Hasta que no veamos la película no lo podremos saber, pero no debemos olvidar que hoy en día, aunque se diga que este formato está en decadencia (cosa de la que me alegraría, porque se ve cada cosa...), grandes directores hacen sus pinitos con ello. Aparte de Scorsese con el caso que nos ocupa, me viene también a la cabeza por ejemplo Wim Wenders (con su documental Pina). No, si al final Woody Allen también caerá...

En fin, a lo que vamos. 'Hugo' está protagonizada por Asa Butterfield, Chloe Moretz, Sacha Baron Cohen, Ben Kingsley, Jude Law y Christopher Lee, entre otros. Y su sinopsis viene a ser algo así: Cuando Hugo se encuentra con una máquina rota, una excéntrica niña y el frío y reservado hombre encargado de una juguetería, se ve envuelto en una aventura mágica y misteriosa que puede poner en riesgo todos sus secretos.

El trailer:



PD: Reconozco que si me fijo en los posibles efectos 3D que puede tener la película, viendo este trailer, no me llama verla en ese formato. Da la impresión de que es más de lo mismo: lanzar cosas hacia el espectador, extender la mano más allá de la pantalla... cosas así.

21 de diciembre de 2010

28 años después (Tron: Legacy)

El título del post no tiene nada que ver con una nueva película de zombies (aunque tiempo al tiempo, ya que parece que para 2013 quieren estrenar 28 meses después, secuela de 28 días después y de 28 semanas después... Más tarde llegarán los 28 años, y luego los 28 lustros, y al final una versión zombie futurista 28 siglos después, así que hay franquicia asegurada por mucho, mucho tiempo...).

Como decía, nada tiene que ver con los zombies, sino que el asunto es que casi tres décadas después de que la Disney sorprendiera al mundo (aunque con muy poco éxito taquillero) con la que se dice es la primera película con efectos infográficos, llega su secuela. Aquella era Tron, a secas (de 1982), y ahora toca Tron: Legacy, con unos efectos especiales y digitales completamente renovados, mucho más perfeccionados y por supuesto como no podía ser de otra manera, con el formato de moda: las tres dimensiones. La primera fue dirigida por Steven Lisberger y el responsable de la secuela se llama Joseph Kosinski (Lisberger también ejerce de productor).


La historia retoma el personaje de Kevin Flynn (Jeff Bridges), protagonista de la primera entrega, que misteriosamente desaparece en 1989 sin dejar rastro. Veinte años después (usando una elipsis que particularmente me gustó bastante) su hijo Sam (Garrett Hedlund) logra acceder al mundo informático que su padre creó y donde buscará alguna de las respuestas a las preguntas que se ha estado haciendo durante todo ese tiempo.

La película tiene virtudes y defectos. Uno de los defectos principales es el argumento de la película. Demasiado simple, con lagunas, no se acaba de entender del todo bien qué está ocurriendo o porqué (realmente esto también ocurría en la peli de 1982), quedan cosas en el aire, personajes sin definir... Imagino que habrá sido tema de tijeretazos en la sala de montaje. Quizá les quedó una película de más duración y decidieron acortarla para hacerla menos pesada para todos los públicos, dejándola así en unas dos horas y no hacer algo de tres horas como duraba, por ejemplo, Avatar (James Cameron). O quizá fue algo completamente premeditado y quisieron dejar puertas abiertas para una nueva secuela, asunto que seguro ya tienen pensado los mandamases de la Disney, siempre en base a la taquilla que realice la película (que parece no está siendo mala pero menos buena de lo esperado).

Por poner un par de ejemplos acerca de personajes poco definidos o de los que me quedé con ganas de más, mencionaré a Cillian Murphy como Edward Dillinger, hijo del villano de la primera parte, Ed Dillinger (interpretado por David Warner). Su aparición se queda en completamente anecdótica, un simple guiño, cuando mi impresión es que podía haber dado mucho más juego en la trama. Así como el misterioso ejecutor de las órdenes del malo de la película, un personaje siempre enfundado en su traje luminoso y un casco negro... No diré más por no crear spoilers pero también me quedé con ganas de saber más acerca de qué ha pasado y qué pasa con él.


Respecto al mundo de Tron, claramente mantiene, o al menos lo intenta, el espíritu de la original. Trajes luminosos, batallas de discos y cómo no, motos de luz (aunque añaden también unos cuantos más vehículos de luz). Faltaba la cesta punta tan curiosa que se veía en la primera... definitivamente eran otros tiempos.

Más arriba comentaba que Tron: Legacy también tenía virtudes. ¿Cuáles? Por supuesto todo el aspecto visual e infográfico, apabullante sin duda, dejando al espectador en muchas ocasiones con la boca abierta y seguro que emocionando a los fans de Tron. También la idea general de la historia, siendo casi de cómic: un héroe y su némesis, el plan maléfico de ésta y todos los elementos de los que los protagonistas se hacen valer para evitar dicho plan. Incluso llega un momento en el que parece que algunos personajes tienen superpoderes, ejem... Lo dicho: de cómic (y hablando de cómic, no debe olvidarse que gran parte del diseño de la película original fue realizado por Jean Giraud "Moebius", todo un genio de las historietas, del arte, cuyo nombre ni asoma en ningún momento en Tron: Legacy).

Algunos planos concretos del filme -no demasiados, la verdad sea dicha- también son admirables (por bien realizados), y algunos otros, por ejemplo aquellos que están llenos de multitudes, aunque recuerden demasiado a lo ya visto en la última trilogía de La guerra de las galaxias, también parecen impresionantes.


En cuanto a los actores, destacan positivamente Jeff Bridges (por cierto, su rejuvenecimiento digital es bestial, increíble... aunque parece no gustar en general, habiendo leído comentarios en otras webs) aportando veracidad a la historia aunque a veces recordando demasiado a Obi-Wan Kenobi o a Qui-Gon Jinn (de nuevo La guerra de las galaxias) y también la bella Olivia Wilde como Quorra, un programa al servicio de Kevin Flynn.

Destaco negativamente al joven protagonista, Garrett Hedlund, el típico nuevo joven guaperas de Hollywood, que solo pone caritas y dice frases de lo más... tronchantes (en un momento en el que el chico se pone a llorar, a mí personalmente me dio la risa de lo mal que lo hacía). También me pareció ridículo hasta el extremo el personaje interpretado por Michael Sheen (El desafío: Frost contra Nixon), me produjo vergüenza ajena y me hizo preguntarme qué puede hacer que un actor como él haga semejante cosa. Su personaje es histriónico, exagerado, absurdo, predecible... ridículo a fin de cuentas. Y su look, me acordé de aquellos gemelos que aparecían en Matrix reloaded... pues eso: ridículo.


La banda sonora me llamó gratamente la atención, compuesta por el dúo Daft Punk, que personalmente no conocía y que lo he hecho a raíz de toda la publicidad previa al estreno de la película. Aparecen unos instantes en el filme sin que yo comprendiera porqué la cámara enfocaba tan perfectamente a esos dos DJ's hasta que caí en la cuenta de que claro, eran ellos, y había que promocionarlos...

Acabo ya la reseña diciendo que, aunque quizá pueda parecer que no me ha gustado un pelo la película, reconozco que me mantuvo entretenido. Quería ver en qué partes habían renovado el añorado mundo de Tron y me quedé impresionado con los efectos visuales, que realmente es para lo que está concebida esta película ya que como he comentado, el argumento queda completamente en un segundo plano (incluso en un tercero). Está claro que no debería ser así, pero si la fórmula entretiene, con esos elementos tan de cómic, la cosa no ha ido mal.

¿Y el formato 3D? No está mal, el trailer prometía mucha más espectacularidad, pero creo que en este aspecto sigue reinando Avatar, que aunque la peli en su conjunto era flojilla, el 3D era una gozada. Tron: Legacy se puede ver sin problemas en 2D.

Un 7.

PD: Ya he mencionado varias veces a Star Wars... Pues hay más ¿guiños? a la saga: algún sable de luz, X-Wings, ciertas persecuciones aéreas y la forma de disparar, alguna frase mítica ligeramente cambiada... Queda como pasatiempo para el espectador encontrar estas cosillas en la película.

Trailer de Tron: Legacy:



Trailer de Tron (1982):




20 de octubre de 2010

Sitges 2010: Mis películas (III)

Tercera parte de mis andanzas, aventuras y desventuras en las salas de cine de Sitges, durantre su Festival de Cine Fantástico...

Hybrid 3D (Eric Valette)

Fue una de las películas sorpresa del Festival, junto con Amphibious (también en 3D) del mítico Brian Yuzna. Me refiero a sorpresa en el sentido de que la sesión estaba por confirmar, sin hacerse público el título en la programación. Antes de verla, la definieron como un cruce entre Christine de John Carpenter y los Transformers, o sea que la mezcla prometía, en apariencia, diversión. La película es de serie B total, con el aliciente de las gafitas para ver tridimensionalmente. El comienzo es bestial, un plano aéreo fantástico (imaginadlo en 3D, rozando las puntas de los rascacielos) siguiendo al coche protagonista, que enseguida descubriremos que es un brutal asesino que devora literalmente a sus víctimas. Poco después, el coche acaba en una carrocería donde tendrá carne fresca para deglutir... Como digo, es serie B en toda regla y teniendo eso en mente uno se puede divertir viéndola, con la pega de que es muy repetitiva y que siempre transcurre en la carrocería o en sus garajes, sin cambios de localización. Pero el desmadre de su argumento y de la lógica de porqué el coche se come a la gente, es alucinante. Da gusto ver bizarradas así por lo absurdas que son. Respecto a las tres dimensiones, salvo el principio y algún ligerísimo efecto que otro, no es que merezcan mucho la pena (y no sé cuántas pelis en 3D van ya de las que digo esto...)

Zebraman 2: Attack on Zebra City (Takashi Miike)

No todo en la vida tiene porqué ser blanco o negro. Esta es la genial premisa que tiene una de las nuevas películas de Takashi Miike, este director tan tarado cuando quiere pero con dos dedos de frente cuando se le presenta la ocasión. Capaz de lo mejor y de lo peor (muchas de sus películas son, y con razón, obras de culto como Fudoh, Dead or alive, Visitor Q, Audition, La felicidad de los Katakuri...) en esta ocasión Miike nos presenta a un superhéroe que ha permanecido quince años dormido y que ha perdido su parte negra, no acordándose de nada de lo sucedido años atrás. Esa parte negra la tiene la hija del gobernador de Zebra City (anteriormente Tokio) y utiliza su malignidad a su antojo para su propio bien. Zebraman deberá volver para poner orden en Zebra City. De estilo similar a la primera parte, volviendo al recurso de los alienígenas verdes y quizá sin tanto drama, me ha gustado más precisamente por eso. La he visto más como una película de superhéroes a la vieja usanza, entreteniéndome, aunque en algunos momentos haya algunos videoclips que directamente sobran, pero uno se deja llevar.

Norwegian ninja (Thomas Cappelen Malling)

Como ya dije aquí, al leer la sinopsis de la película a uno se le hace la boca agua, pensando que va a asistir a la tontería más simpática del siglo... Pero no es así. Tiene muchos momentos divertidos e ideas muy originales, un aire a películas antiguas muy especial y guiños a películas de James Bond y a los gadgets que utilizan en ellas, pero... la película es del género hubiera quedado mejor como corto, ya que todos esos momentos en los que uno va descubriendo a los peculiares personajes que pueblan la película, poco a poco van pareciendo cada vez más aburridos, ya que la película mantiene todo el rato los mismos recursos con lo cual la gracia de la novedad ha desaparecido por completo. Si hubiera sido un cortometraje, créeme querido lector, hubiera triunfado allá por donde pasara. O pasase.

Rubber (Quentin Dupieux)

Mucha expectación había por ver esta película: Un neumático se dedica a reventar las cabezas de la gente mediante poderes telekinéticos. Ahí queda eso. ¿Cómo no va a haber entonces expectación? De las reseñas que he leído creo que todas decían que la película se hacía larga, siempre mostrando lo mismo... Yo me lo pasé como un enano viendo las peripecias de la rueda, desde que despierta de su letargo (o desde que nace) y poco a poco va descubriendo los materiales y también sus poderes, hasta que... Bueno, vedla. Desde el principio un personaje, un sheriff, ya nos deja bien claro lo que vamos a ver: un homenaje al sinsentido. Grandes películas con muchísimo éxito (por ejemplo E.T.) están plagadas de sinsentidos, y nadie dice nada, con lo cual lo que se va a ver, es un sinsentido. La película es cine dentro del cine, es (atención) metacine (toma ya), y a pesar de la advertencia inicial, uno se va dando cuenta poco a poco de que, según mi parecer, lo que se está viendo es una analogía con la situación actual del cine, especialmente del llegado de Hollywood: la gente engulle cualquier tipo de película de mierda junto a un gran bote de palomitas y su refresco preferido, sin importarle absolutamente nada lo que tiene ante sus ojos, en la gran pantalla. Sólo mierda, puro veneno. Muy poca gente puede salvarse de este embrutecimiento anticinéfilo, pero sí, existen, hay personas que se salvan... Todo ello queda reflejado en los actos de la rueda y cómo no, de los espectadores que bajo su atenta mirada y ayudados por unos prismáticos, observan todo lo que acontece. El plano final de la película es bestial. Por cierto, incluye un pequeño guiño ¿involuntario? a la película El resplandor de Kubrick, homenajeada este año en Sitges. Queda para el lector/espectador averiguar cuál es cuando vea el filme (dificultad del pasatiempo: facilona).

Continuará...

20 de diciembre de 2009

Avatar: James Cameron, 3D

Póster (francés) de Avatar
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El rey del mundo llega a las carteleras, doce años después de Titanic, por todo lo alto con su nueva película, Avatar, donde se narra cómo los humanos han llegado, en mitad del siglo XXII, al planeta Pandora, para explotarlo todo cuanto puedan y así obtener gran cantidad (todo) de un mineral muy preciado y tremendamente caro. Este planeta está habitado por una extraña raza llamada Na’vi que se niega a aceptar la presencia humana en su planeta. Los humanos, mezclando la genética de estos seres y la suya propia, han logrado crear los avatares (copias de Na’vi pero con la mente de un humano que la controla desde una cápsula) y así poder interactuar con el entorno de Pandora sin los problemas que tienen los humanos (no pueden respirar el aire exterior de Pandora).

Esa es la premisa de la que parte esta película, que se supone que va a revolucionar el mundo del cine y su concepción respecto al entretenimiento. Muchos meses han sido los que llevábamos esperando el filme, mucha publicidad con cada vez más imágenes de la película, pósters, clips, entrevistas a James Cameron… Siempre diciendo eso de la revolución, del antes y el después. Ahora que ya está estrenada y vista, me río yo de esa revolución. Una vez más, todo se reduce a marketing hollywoodiense para vender más y más.

El gran protagonista es Sam Worthington (en su mejor momento tras haber participado en Terminator: Salvation, y que en pocos meses estará de nuevo en cartelera con el remake de Furia de titanes) a quien vemos tanto en imagen real como con su avatar. Junto a él destacan Zoe Saldana (vista en Star Trek de J. J. Abrams) como la Na’vi Neytiri y Sigourney Weaver, en un reencuentro mítico con Cameron ya que vuelve a trabajar con él tras veintitrés años con Aliens, el regreso en el papel -pequeño pero quizá de lo mejor de la película, efectos aparte- de una científica entusiasmada con la flora y fauna del planeta Pandora (reconozco que la primera vez que vi una imagen del avatar de la Weaver me pareció bastante malo, pero en la película yo diría que resulta ser el más logrado).

Avatar dura unas dos horas y cuarenta y cinco minutos y si atendemos a la historia, hay que decir que es floja y mil veces vista, previsible, con un guión a la más pura antigua usanza de Disney (sin ser una película de Disney), con muchos tópicos, incluyendo el malvado –el coronel Quaritch (Stephen Lang)- con una cicatriz en la cara, y es que siempre impresiona mucho poner a alguien con un pasado truculento. Se nota que se quiere llegar a todos los públicos y la ausencia casi total de violencia, incluso de sangre (apenas se ve un poco cayendo de un par de narices o en algún pómulo) lo evidencian. La historia aburre, especialmente durante la primera hora y media y aunque luego se anima un poco porque por fin llega la acción de verdad, no deja de ser tópica con momentos rancios (que me encantaría desglosar, pero no desearía meter ningún spoiler) con lo cual en este sentido es lo que ya se veía venir: decepcionante.

Neytiri y su flexibilidad Na'vi

Pero no nos engañemos: realmente uno no va al cine a ver Avatar esperando una buena historia (aunque es lo deseable). Uno ve esta película queriendo asistir a la famosa revolución esa que nos han vendido. Pues en mi humilde opinión, ni con esas. Quizá cambie la forma de hacer cine gracias a esta película, quizá a partir de ahora se utilicen las técnicas vistas en esta película, pero lo que no cambiará será la forma en la que los espectadores veamos o percibamos las películas. Eso seguirá siendo igual. Yo esperaba ver algo realmente espectacular en cuanto a 3D se refiere, que me impresionaran con realismo tridimensional dentro de una sala de cine… pero no ha sido así. Todas, y digo todas, las imágenes de la película son preciosas y espectaculares, con un colorismo brutal y unos seres nunca vistos. Los efectos especiales son sencillamente magníficos y se queda uno con la boca abierta con la perfección de cada elemento que se muestra, con cada uno de los movimientos de los Na’vi, que parecen reales en todo momento, no se distingue qué es real o qué no y en ese sentido, sí que es todo un logro y hay que rendir pleitesía al gran James Cameron, pero como digo, la impresión tridimensional que esperaba no me ha impactado, aunque sí que hay algunos buenos momentos en este sentido. Por lo demás, en general en lo que a FX se refiere, hay que reconocer que en ese aspecto, tantísimo dinero (la película más cara de la historia del Cine con quinientos -500- millones de dólares de presupuesto) y tantos años de trabajo le han salido bien. Una lástima lo del guión…

CONCLUSIÓN FINAL. ¿Hay que verla? Sí. No por las 3D (siendo conveniente verla en este formato), aunque sólo sea por disfrutar de los efectos visuales y de su realismo, del colorido y del sonido de Pandora y su entorno… por eso merecerá la pena. Por eso y por comprobar de lo que es capaz la maquinaria de Hollywood en estado puro buscando el entretenimiento a través del marketing y los efectos especiales para recaudar muchísimo dinero. James Cameron, a pesar de todo, es uno de los grandes.

¿Mi puntuación? Un 5.

PD: Como toda película de Disney que se precie (¡que no es de Disney! es de la 20th Century Fox) lleva canción incluida. Se trata de 'I see you' de Leona Lewis y puedes ver su vídeo aquí.

TRAILER



IMÁGENES [Haz clic sobre ellas si deseas verlas ampliadas]

Amor azul

Quaritch, sus cicatrices
y su pose chulesca

Cameron da instrucciones
al inválido Sam Worthington


El tito James

17 de diciembre de 2009

Pregunta en 3D

ATENCIÓN: Para leer este post debes tener unas gafas 3D puestas (da igual que sean de las de cartón).

Este fin de semana se estrena por fin la esperadísima Avatar, de James Cameron, con la que tendrá un taquillazo seguro debido a su revolucionario tratamiento de las 3 dimensiones. Cada vez se estrenan más películas en este formato, especialmente de animación (Up, Lluvia de albóndigas, Cuento de Navidad son algunos ejemplos) pero también se realizan otras para verlas con las famosas gafas puestas (como pueden ser Destino final 4 o la revisión de La noche de los muertos vivientes -vista en Sitges y en la Semana de Terror donostiarra).

Si uno va al cine a ver cualquiera de estas películas o las que están por venir, evidentemente debe adquirir a la entrada las gafas, lo cual hace que, con la excusa, el precio de la entrada en la gran mayoría de salas suba (unos dos o tres euros, depende del lugar). Claro, como eso de ir al cine estaba demasiado barato, debían encontrar algo que hiciera que los amables espectadores pagaran más, y esta parece haber sido la solución.

Ahora bien, y aquí es donde me surge la duda, donde realizo la pregunta que me ronda desde hace aproximadamente dos meses... Si yo ya tengo mis propias gafas 3D (de las actuales, no de las de cartón que uno se fabricaba en su propia casa), ¿me permitirá ello que pague el precio habitual de la entrada, sin el plus de las gafas?

Quizá investigue al respecto, haciendo alguna llamada.

Mis gafas 3D
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