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20 de octubre de 2010

Sitges 2010: Mis películas (III)

Tercera parte de mis andanzas, aventuras y desventuras en las salas de cine de Sitges, durantre su Festival de Cine Fantástico...

Hybrid 3D (Eric Valette)

Fue una de las películas sorpresa del Festival, junto con Amphibious (también en 3D) del mítico Brian Yuzna. Me refiero a sorpresa en el sentido de que la sesión estaba por confirmar, sin hacerse público el título en la programación. Antes de verla, la definieron como un cruce entre Christine de John Carpenter y los Transformers, o sea que la mezcla prometía, en apariencia, diversión. La película es de serie B total, con el aliciente de las gafitas para ver tridimensionalmente. El comienzo es bestial, un plano aéreo fantástico (imaginadlo en 3D, rozando las puntas de los rascacielos) siguiendo al coche protagonista, que enseguida descubriremos que es un brutal asesino que devora literalmente a sus víctimas. Poco después, el coche acaba en una carrocería donde tendrá carne fresca para deglutir... Como digo, es serie B en toda regla y teniendo eso en mente uno se puede divertir viéndola, con la pega de que es muy repetitiva y que siempre transcurre en la carrocería o en sus garajes, sin cambios de localización. Pero el desmadre de su argumento y de la lógica de porqué el coche se come a la gente, es alucinante. Da gusto ver bizarradas así por lo absurdas que son. Respecto a las tres dimensiones, salvo el principio y algún ligerísimo efecto que otro, no es que merezcan mucho la pena (y no sé cuántas pelis en 3D van ya de las que digo esto...)

Zebraman 2: Attack on Zebra City (Takashi Miike)

No todo en la vida tiene porqué ser blanco o negro. Esta es la genial premisa que tiene una de las nuevas películas de Takashi Miike, este director tan tarado cuando quiere pero con dos dedos de frente cuando se le presenta la ocasión. Capaz de lo mejor y de lo peor (muchas de sus películas son, y con razón, obras de culto como Fudoh, Dead or alive, Visitor Q, Audition, La felicidad de los Katakuri...) en esta ocasión Miike nos presenta a un superhéroe que ha permanecido quince años dormido y que ha perdido su parte negra, no acordándose de nada de lo sucedido años atrás. Esa parte negra la tiene la hija del gobernador de Zebra City (anteriormente Tokio) y utiliza su malignidad a su antojo para su propio bien. Zebraman deberá volver para poner orden en Zebra City. De estilo similar a la primera parte, volviendo al recurso de los alienígenas verdes y quizá sin tanto drama, me ha gustado más precisamente por eso. La he visto más como una película de superhéroes a la vieja usanza, entreteniéndome, aunque en algunos momentos haya algunos videoclips que directamente sobran, pero uno se deja llevar.

Norwegian ninja (Thomas Cappelen Malling)

Como ya dije aquí, al leer la sinopsis de la película a uno se le hace la boca agua, pensando que va a asistir a la tontería más simpática del siglo... Pero no es así. Tiene muchos momentos divertidos e ideas muy originales, un aire a películas antiguas muy especial y guiños a películas de James Bond y a los gadgets que utilizan en ellas, pero... la película es del género hubiera quedado mejor como corto, ya que todos esos momentos en los que uno va descubriendo a los peculiares personajes que pueblan la película, poco a poco van pareciendo cada vez más aburridos, ya que la película mantiene todo el rato los mismos recursos con lo cual la gracia de la novedad ha desaparecido por completo. Si hubiera sido un cortometraje, créeme querido lector, hubiera triunfado allá por donde pasara. O pasase.

Rubber (Quentin Dupieux)

Mucha expectación había por ver esta película: Un neumático se dedica a reventar las cabezas de la gente mediante poderes telekinéticos. Ahí queda eso. ¿Cómo no va a haber entonces expectación? De las reseñas que he leído creo que todas decían que la película se hacía larga, siempre mostrando lo mismo... Yo me lo pasé como un enano viendo las peripecias de la rueda, desde que despierta de su letargo (o desde que nace) y poco a poco va descubriendo los materiales y también sus poderes, hasta que... Bueno, vedla. Desde el principio un personaje, un sheriff, ya nos deja bien claro lo que vamos a ver: un homenaje al sinsentido. Grandes películas con muchísimo éxito (por ejemplo E.T.) están plagadas de sinsentidos, y nadie dice nada, con lo cual lo que se va a ver, es un sinsentido. La película es cine dentro del cine, es (atención) metacine (toma ya), y a pesar de la advertencia inicial, uno se va dando cuenta poco a poco de que, según mi parecer, lo que se está viendo es una analogía con la situación actual del cine, especialmente del llegado de Hollywood: la gente engulle cualquier tipo de película de mierda junto a un gran bote de palomitas y su refresco preferido, sin importarle absolutamente nada lo que tiene ante sus ojos, en la gran pantalla. Sólo mierda, puro veneno. Muy poca gente puede salvarse de este embrutecimiento anticinéfilo, pero sí, existen, hay personas que se salvan... Todo ello queda reflejado en los actos de la rueda y cómo no, de los espectadores que bajo su atenta mirada y ayudados por unos prismáticos, observan todo lo que acontece. El plano final de la película es bestial. Por cierto, incluye un pequeño guiño ¿involuntario? a la película El resplandor de Kubrick, homenajeada este año en Sitges. Queda para el lector/espectador averiguar cuál es cuando vea el filme (dificultad del pasatiempo: facilona).

Continuará...

13 de octubre de 2010

Sitges 2010: Fantástico

Como cada año desde el año pasado, me he acercado unos días al Festival Internacional de Cine Fantàstic de Catalunya, Sitges 2010. En cuanto ordene un poco mis ideas y me asiente bien en la cruda realidad, comentaré lo que he visto por allá (asesinos en serie, zombies, vampiros, inestabilidad sexual y sobre todo mental...). Mejor o peor todo eso, pero fantástico, como siempre.

La anterior es la imagen del Festival que este año homenajea la película El resplandor de Stanley Kubrick, todo un clásico del género que cumple treinta años.

En breve, lo dicho: Mis impresiones sobre las cosas de allá y si eso, también del más allá.

PD: Me lo he pasado como un verdadero enano.

3 de mayo de 2009

Tras la pista del Zorro (Vittorio De Sica, 1966)

Película también conocida por Caccia alla volpe (Caza al Zorro) o After the Fox.

Póster de la película [Clic para ampliar]

¿Pero qué demonios es esto? Aún no salgo de mi estupor tras haber visto esta película de Vittorio de Sica. Madre mía, no veo por dónde pillarla...

Una gran cantidad de lingotes de oro ha sido robada en El Cairo y debe ser introducida clandestinamente en Italia, pero nadie sabe cómo, con lo cual los autores del robo (capitaneados por Akim Tamiroff, aquel Sancho Panza inacabado de Orson Welles) se ponen en contacto con un astuto criminal lleno de recursos, apodado El Zorro (Peter Sellers) para que introduzca el oro en el país.

Ya desde la primera secuencia, donde se ve el robo del oro, uno se da cuenta de que no está ante algo serio (la misma sensación tuve hace años al ver por primera vez La vida de Brian o Top secret pero con esas me sigo riendo una y otra vez) sino más bien ante algo propio del peor Cine de barrio, y me duele decirlo porque considero a Vittorio de Sica como lo que es: un gran director con clásicos inolvidables como Ladrón de bicicletas, Estación Termini o Milagro en Milán (mi favorita entre ellas). Pero con esta película se lució.

Se trata de una coproducción entre Gran Bretaña e Italia que en muchos momentos parece querer aprovecharse del tirón que tuvieron tiempo atrás filmes como El mundo está loco, loco, loco (Stanley Kramer, 1963), aunque sin duda de lo que es evidente que más quiere aprovecharse es de su protagonista absoluto: Peter Sellers. Al extravagante actor le encantaba disfrazarse, como se comprueba en películas anteriores como por ejemplo La pantera rosa (Blake Edwards, 1963) o ¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú (Stanley Kubrick, 1964), así que imagino que unas vacaciones en Italia y la frase "será una película en la que no cesarás de disfrazarte, querido Peter" convencieron al actor para protagonizarla.

Al empezar a ver la película, salvo la primera impresión comentada más arriba, no dejaba de pensar que todavía podía tratarse de una película más o menos divertida de atracos y atracadores, grandes robos, etc., como otra anterior de Peter Sellers del año 1962 y dirigida por Cliff Owen (no confundir con Clive Owen), titulada El honrado gremio del robo y que, aunque también tiene sus toques ridículos, sí que me resulta entretenida y simpática.

¿Verdad que estoy guapo? Y mira mi blanquísima dentadura, mira...

Quizá lo que la película quiere ser es una crítica feroz al mundo del cine, en vez de una peli de ladrones. Sí, posiblemente así sea, porque si no, no me explico gran parte de su metraje (donde Sellers se hace pasar por un gran director de cine, con material robado al propio De Sica, quien aparece en la película). Además, tenemos a Victor Mature (lo mejor de la película junto con algún gesto que otro de Sellers), interpretando a Tony Powell, un actor envejecido excesivamente preocupado por su imagen que tanto gusta a las jovencitas, que se deja llevar y convencer únicamente por cuatro halagos mal dichos.

Una de las pocas escenas geniales de la película es aquella en la que Peter Sellers, caracterizado como el supuesto gran director Federico Fabrizi, acude a Tony Powell para convencerle de actuar en su película. Una escena tremendamente teatral y llena de tics y excesos, pero, la verdad sea dicha, divertida (en general la mayoría de las apariciones de Victor Mature es de lo más divertido del filme). Neil Simon es el guionista de la película, y quizá en escenas como esta es donde se comprueba que el teatro también era lo suyo, con unos cuantos éxitos en las tablas de Broadway.

Aun así, y a pesar de lo ridícula que me ha resultado casi toda la película, se puede apreciar algún acierto que otro, como por ejemplo un genial gag visual y sonoro que utiliza Vittorio De Sica: Peter Sellers se acerca a hablar con su contacto, que parece ser una guapa mujer en la mesa de un restaurante. Se sienta a su lado y tras un flirteo inicial y continuo por parte de él, ella empieza a hablar... con voz de hombre. Él se sorprende tanto como el espectador, pero enseguida se descubre que el contacto real con quien tiene que charlar está justo detrás de la mujer, siendo ella un mero instrumento para la charla clandestina. Estupendo chiste que desafortunadamente se repite un par de veces más durante la película con otros elementos, perdiendo así toda la gracia.

Soy Peter Sellers: un admirador, un amigo, un esclavo, un siervo

Si la película realmente trata de hacer una crítica al mundo del cine, me quedo con El crepúsculo de los dioses (Billy Wilder, 1950) o con Cautivos del mal (Vincente Minnelli, 1952), a pesar de no ser comedias precisamente. Y si quiero ver una comedia de atracos, elijo Rufufú - I soliti ignoti (Mario Monicelli, 1958) o Atraco a las tres (José María Forqué, 1962).

TRAILER



EXTRAS

Otro póster de la película [Clic para ampliar]

¡Vittorio, me he ligado a una jamelga que tenía unos melones así de grandes!
[Imagen del rodaje con Victor Mature, Peter Sellers y Vittorio De Sica. Julio de 1965. Haz clic si deseas ampliarla]