Segunda entrega indicando breves comentarios sobre las películas que vi en el Zinemaldia y que no he comentado con anterioridad...
¡A txiflar!
Vivir es fácil con los ojos cerrados (David Trueba)
Amable y simpática película española, que no hará daño a nadie que la vea. Más bien todo lo contrario: le hará sonreír, quizá sentir nostalgia (con aquello de que cualquier tiempo pasado fue mejor y esas cosas), o lanzar una mirada al futuro que nos espera no de forma amarga, sino con esperanza y con una sonrisa en la cara, con alegría y fuerza. Un retrato de lo que fuimos, lo que somos, y también de lo que seremos (o lo que podemos ser, siempre que haya intención). Por todo eso, David Trueba tiene un gran mérito.
Y también sus actores, claro... destacando Javier Cámara, en un buen registro, pero con la pega de que suena a ya visto (ahora bien, nadie como él para hacer lo que hace... está fantástico). El viaje de los protagonistas (de uno de ellos básicamente, el interpretado por Cámara) para conocer a John Lennon es la excusa para mostrar todo esto, y más. La pega que tiene la película es que este tipo de películas, aunque se agradecen un montón, ya están vistas. Pero la intención es buena, muy buena.
The young and prodigious T. S. Spivet (Jean-Pierre Jeunet)
Otra película contando un viaje de alguno de sus protagonistas... En este caso es el del joven del título, T. S. Spivet, un niño con mucho ingenio que acudirá a la gran ciudad desde su pueblecito en Montana (América profunda) para dar una conferencia, debido a un invento revolucionario de su propia cosecha. Realizada en 3D (en un buen 3D, todo hay que decirlo, aunque me dio la impresión de que si se ve en formato tradicional no pasará nada), la película también es muy amable, y tiene ciertos altibajos, pero su gran propuesta visual en muchos momentos (si algo caracteriza a las películas de Jeunet, es su visualidad) no hace más que dejar con la boca abierta al espectador, al estar narrado de una forma fantástica, con profundidad de campo, diferentes puntos de la pantalla donde suceden cosas, etc.
Hay que dejarse llevar, pero claro... para ello la historia debe ayudar y como ya he dicho, a veces hay bajoncillos. Pero se le puede perdonar, porque también, al igual que la película comentada anteriormente, uno puede terminar la película con una sonrisa en la cara, con la sensación de haber visto algo tremendamente inocuo pero que nos alegra parte de la vida, aunque sólo sea por dos horas. Y eso ya es algo grande.