Tras nueve días de cine, famosos y saraos a tutiplén, toca hacer el inevitable balance de la 70 edición del Festival Internacional de Cine de Donostia-San Sebastián. Da gusto volver a ver los cines llenos, a la gente sin mascarillas, nada de mantener distancias de seguridad ni de salir del cine "in an orderly fashion" (como nos decían en los consejos sanitarios antes de cada proyección los dos años anteriores)... Todo eso ha sido una gozada. Pero más gozada ha sido disfrutar de cuarenta y tres películas (¡43! y eso que iban a ser 45 pero he tenido que cancelar dos de las entradas previstas) entre las que ha habido de todo, claro, pero que ha habido cierta regularidad buena en cuanto al nivel de lo proyectado. Siempre me centro en la Sección Oficial a concurso, viendo todo lo que se proyecta en esta sección, pero doy fe de que en las demás sesiones también ha habido ese buen nivel.
No ha habido obras maestras, ni ovaciones en pie de tropecientos minutos tras una película, pero como digo, el nivel ha estado bastante bien. Y además, desde el principio. Con altibajos, sí, pero manteniendo la línea. No ha habido grandes nombres entre los "contendientes" en la Sección Oficial, ni en otras secciones... ¿O sí? Liam Neeson, Diane Kruger, los hermanos Dardenne, Iñárritu, Olivia Wilde (el premio a la nadería), Vicky Krieps, Noemie Merlant, y por supuesto los dos grandes Premios Donostia:
Juliette Binoche y
David Cronenberg. Cada día había cosas que ver, hacer, disfrutar. Prueba de ello, creo, es que me las he visto y me las he deseado para elegir cada día "la imagen del día" desde mi humilde perspectiva.
En fin, que me lío contando cosas de las que no va este artículo. Esto va de que, como siempre, voy a poner mi quiniela para el palmarés. La quiniela ¡A txiflar! Cuando se haga público el palmarés oficial, veremos si he acertado alguna... Los jurados del Zinemaldia ya se sabe cómo son, así que contemos con que van a premiar lo menos probable, lo que menos ha gustado en general a crítica y público... Y en el fondo, eso nos gusta. Nos gusta criticar esas decisiones y quejarnos. Pero el jurado es soberano, qué le vamos a hacer. Como soberano es el licor ese y mi propio palmarés, que va a continuación.
Como apunte, mi previsión sobre el fallo del jurado respecto a la Concha de Oro es que premiarán a la película norteamericana Runner, de Marian Mathias. Otras pelis que creo que serán premiadas por el jurado que preside el productor argentino Matías Mosteirin (sustituyendo a la actriz Glenn Close) son Forever, de Frelle Petersen (un auténtico horror telefilmesco) o Pornomelancolía, de Manuel Abramovich (peli que se queda sólo en interesante, pero que no es un ejercicio que destaque demasiado en su totalidad). O incluso Great Yarmouth, de Marco Martins (peli con buenas intenciones pero caótico en todo lo demás).
Y por supuesto, Hong Sansoo tendrá algún premio con su película Walk up. A este señor lo premian siempre en todos los festivales a los que va, como pasó también en el Zinemaldi... Esta vez seguro que no va a ser menos.
El pamarés ¡A txiflar! de la edición número 70 del Zinemaldia es...