26 de abril de 2010

Guernica

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21 de abril de 2010

Venga va, uno rapidito

O dos.

Furia de titanes

[Clash of the Titans, Louis Leterrier, 2010]


Palomitera peli que pretende ser más de lo que es, un simple y olvidable entretenimiento casi sin pies ni cabeza en cuyas escenas de acción el espectador apenas se entera de nada, con un largo y aburrido final en el que hay que meter de todo y a toda prisa. Algo para todos los públicos con un diseño de monstruos y de maquillaje pobres que lo que provocan es que el espectador eche de menos las mágicas creaciones de Ray Harryhausen para la película de 1981. Aun así, puede resultar entretenida en su conjunto. Un 5.

Otro rapidito de regalo...

El escritor
[The ghost writer, Roman Polanski, 2010]


Una joya de Polanski, quien demuestra que sigue estando en plena forma dirigiendo una película pero sobre todo dirigiendo a los actores. Ewan McGregor destaca especialmente sobre los demás, y eso que éstos no desmerecen en absoluto. Suspense, mucho misterio e intriga de la buena hasta el final, al estilo del mejor Alfred Hitchcock. Un 9.

17 de abril de 2010

La Alicia de Tim Burton

La hora del té [Clic para ampliar]

Que el estreno de la nueva película de un director sea todo un acontecimiento ya hace ver que esa persona tiene su hueco en la historia del Cine. Es lo que ha ocurrido con Tim Burton y Alicia en el País de las maravillas. Todo el mundo hablaba de ello, todo el mundo estaba expectante, todo el mundo quería ver el resultado final. Ya fuera en tres dimensiones o en versión convencional, pero todo el mundo estaba al tanto de la película.

Burton y gran cantidad de las cosas que crea son objetos de fetiche y culto y aunque mucha gente piensa que el hombre está en horas muy bajas y en caída libre, personalmente pienso que no es así. Tim Burton sigue siendo fiel a sí mismo y es capaz de mantener su creatividad y plasmar todo su imaginario, o mundos propios (o al menos parte de ellos, ya que hacerlo al completo tiene que ser una verdadera barbaridad, ¡cuántas cosas se le quedarán en el tintero, o incluso no le dejarán hacer!) tal y como se espera de él. Es cierto que, como todo grande del Cine, tiene algún bache que otro (El planeta de los simios, por ejemplo), pero no hay que negar que puede seguir haciendo obras fantásticas como La novia cadáver, Sleepy Hollow, Sweeney Todd, o esta Alicia en el país de las maravillas. Y por supuesto, no debemos olvidar que es un director que tiene en su haber obras maestras como Ed Wood, Eduardo Manostijeras, o Batman vuelve.

Centrándome en Alicia en el País de las maravillas, decir que está basada en las dos conocidísimas obras de Lewis Carroll (Las aventuras de Alicia en el País de las Maravillas y A través del espejo y lo que Alicia encontró allí) cuyo personaje central es Alicia (interpretada por la prácticamente desconocida Mia Wasikowska) y que narra la vuelta de la chica al País de las maravillas años después de su primera visita siendo niña, donde se encuentra con viejos conocidos (aunque ella no los recuerde) que le cuentan que ella deberá ser la encargada de acabar con el reinado de la temible Reina Roja (genial Helena Bonham Carter). La película es pues una sucesión de encuentros con personajes peculiares y extraños, entre los que se encuentran, por citar sólo algunos, la oruga Absolem (a quien pone voz en la versión original Alan Rickman), el gato de Cheshire (con voz original de Stephen Fry), la Liebre de Marzo (uno de los personajes más divertidos, destacando sobre todos los demás gracias a ello) o el famoso Sombrerero Loco (interpretado por Johnny Depp, también genial). Un viaje de aprendizaje para Alicia donde deberá empezar a tomar decisiones por sí misma y saber a qué se quiere enfrentar, y cómo.

Uno de los pósters promocionales
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No debemos olvidar que la película es de Disney, y por ello el guión no es que sea gran cosa ya que se nota que han querido hacer algo para todos los públicos de una forma bastante clara. Es cierto que existen algunos momentos con diálogos que no merecen la pena, pero hay que ser consciente de cuál es la historia (tan simple como la que he comentado en el párrafo anterior) y que poco a poco el espectador debe ir conociendo, al igual que Alicia, a cada personaje del País de las maravillas así que esos momentos, aunque absurdos, casi son necesarios. Evidentemente muchos de los significados que se pueden sacar de la obra original de Lewis Carroll ni asoman en la película, y muchas veces parece una adaptación libérrima, pero lo dicho: había que hacer algo para todos los públicos y eso lo limita bastante.

Con todo esto, existe una pega que puede ser interpretada como bastante gorda: al ser un guión simple, hace que uno casi no preste atención a lo que cuentan los personajes, sino que se quede maravillado con todo lo que les rodea. El apartado visual es realmente excepcional y aunque se echa de menos algo más de oscuridad o goticismo en algunos pasajes, ese toque que se podía esperar de alguien como Tim Burton (repito que no debemos olvidar que es una película de Disney), en este aspecto cumple con creces y en muchas ocasiones merece un aplauso (o varios) ya que los diseños son espectaculares.

Iracunda, la Reina Roja, y su séquito
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Tim Burton sigue al pie del cañón y se nota que ha disfrutado realmente teniendo entre manos ese “nuevo” juguete que son las 3D, se puede apreciar cómo se regodea con la cámara y cómo sabe en qué momentos llamar la atención, cuándo es necesario usarlo en todo su esplendor, y cuándo no… Con lo cual concluyo que el visionado en 3D de esta película me parece altamente recomendable, con el que se queda uno muy satisfecho. De acuerdo, a esta tecnología le falta algo de tiempo para llegar a ofrecer algo espectacular al 100%, pero en este caso ni me ha parecido que las 3D oscurecieran la película (estuve bastante pendiente de ello debido a que había leído que este apartado estaba mal realizado), ni me han molestado los efectos, ni nada parecido.

Por último, destaco el trabajo de Helena Bonham Carter (quinta colaboración con su marido), capaz de dar una razón de ser a su personaje, con toda su crueldad, a quien incluso se llega a comprender; y también Johnny Depp (es la séptima vez que trabaja con Tim Burton) que a pesar de todo su histrionismo (vamos a ver, es el Sombrerero Loco…), una vez más ofrece una interpretación a la altura del personaje sin ningún género de dudas. Quedamos impacientes por ver qué próxima colaboración tendrán ambos actores con el director. Por cierto, el toque que Anne Hathaway ha dado a la Reina Blanca me parece también muy bueno… su forma de andar y gesticular es tan curiosa que llama la atención.

Un 8.

PD: La banda sonora de Danny Elfman me pareció en muchos momentos convencional, sin alma, así que me decepcionó en parte. Aunque hay que reconocer que algunos cortes de la misma sí son buenos y el compositor intenta ofrecer lo mejor de sí mismo, pero no llega a la altura de otras joyas creadas para Burton.

SPOILER. El momento de la deliranza del Sombrerero Loco me pareció altamente ridículo. No por el baile en sí, sino especialmente por la música. Por un segundo llegué a pensar que iba a aparecer Avril Lavigne a cantar junto al Sombrerero. FIN SPOILER


Trailer



Una imagen y un póster (haz clic para ampliar):

La madriguera del conejo. ¿Dónde vas, Alicia?

Más personajes

13 de abril de 2010

En tierra hostil

En la pasada edición de los Oscar triunfó la película En tierra hostil de Kathryn Bigelow, quien pidió que todos los que se encontraban en Irak volvieran sanos y salvos a casa. Viendo el vídeo que coloco al final de esta entrada (a través de rtve.es), uno se da cuenta de que no es que tengan que volver sanos y salvos de allá, sino de que muchos, por no decir todos, nunca tenían que haber ido.

El vídeo (de casi dieciocho minutos en total) se ha hecho público hace pocos días y muestra las duras imágenes, que datan de julio de 2007, de cómo un helicóptero estadounidense "confunde" a un grupo de personas con terroristas, entre las cuales se encontraban periodistas portando cámaras (que como sabemos, son objetos altamente peligrosos y perfectamente comparables con armas de destrucción masiva), abriendo fuego indiscriminado contra ellos y asesinando a civiles.

No sólo eso, sino que además se jactan de su buena puntería y de sus logros. Uno de los que dispara ruega a su superior que le deje disparar, está deseándolo... y cómo no, le dan el visto bueno para hacerlo. Al poco rato acude una furgoneta a socorrer a uno de los heridos y también abren fuego sobre el vehículo, donde descubren posteriormente que en su interior había dos niños, que han quedado muy malheridos y a los que tratan de ayudar, yendo esta vez de salvadores, con lo cual sus corazones y conciencias quedarán profundamente tranquilos, pudiendo contar a sus nietos "yo llevé a dos niños iraquís al hospital más cercano y gracias a ello se salvaron... lástima que también tuviéramos que bombardearlo". Respecto a estos niños, se puede oír cómo comentan que es culpa de los terroristas llevar niños a una batalla.

A continuación, el vergonzoso vídeo, donde explican la situación y subtitulan las conversaciones:



PD: No me gusta ponerme serio en el blog, pero hay veces que...

3 de abril de 2010

Venus Medusa

-Aquel tipo merecía morir. –Se dijo a sí mismo, para intentar lavar su conciencia y desde la cárcel, Joselontxo el Grande, jefe del clan de los Joselontxos, el clan mafioso más peligroso de la Ciudad.

Aquel tipo merecía morir. Y fue ejecutado. Todo el mundo sabía quiénes eran los responsables de aquella muerte. Sí, no había duda: fueron los Joselontxos. ¿Por qué fueron contra aquel hombre? Eso solo lo sabían Joselontxo el Grande y sus adeptos más cercanos, el Gangas, y el Martillo.

El Gangas, llamado así no porque ofreciera cosas a buen precio, sino porque tenía una voz lo suficientemente nasal como para que no se le entendiera muy bien lo que decía, y le dijeran gangoso. Pero ese resultaba ser un apodo largo, así que sus compañeros de clan acabaron por llamarle “Gangas”. Por otra parte, el Martillo era tan impulsivo que cuando se trataba de discutir algo, se irritaba más de la cuenta, y siempre acababa dando golpes muy fuertes con la mano a lo que tuviera más cercano: mesas, sillas, paredes, personas, etc. Cierta vez dio un manotazo en una pared, incrustando un clavo que había allí, del que nadie se había percatado. Sus manos están intactas. Después de ese suceso, él era “Martillo”.

Volviendo al tema del asesinato de aquel hombre, la policía suponía que todo empezó con una visita, totalmente inusual, del Gangas y el Martillo a Joselontxo en Grande, a la cárcel. En los nueve años, cinco meses y un día que Joselontxo el Grande llevaba encarcelado, nadie, absolutamente nadie, le fue a visitar.

-Hay un tipo que te levanta a tu mujer –le dijo el Gangas a su jefe.
-¿Qué dices? –Joselontxo el Grande miró a Martillo para que le repitiera lo que el Gangas había dicho, ya que no le había entendido.
-Que hay un tipo que se tira a tu mujer. –dijo el Martillo.

Joselontxo el Grande hizo una pausa no muy larga. Lo suficientemente larga como para que se le notaran las venas en la frente y en el cuello, además del enrojecimiento de los ojos.

-¿Quién es él? –preguntó el presunto cornudo.
-Creemos que eso es lo de menos, jefe. Pero lo que sí sabemos es…
-¿Cómo que es lo de menos? –interrumpió Joselontxo el Grande, cada vez más furioso, sin entender nada.
-Escucha, jefe –intentó tranquilizar el Martillo –Sabemos dónde vive y a qué se dedica. Le hemos seguido durante varios días.
-¿Sabíais desde hace días que alguien se estaba follando a mi niña, y no habeis venido antes a decírmelo? –Joselontxo en Grande se levantó de su silla y se inclinó hacia los otros. En estos momentos es cuando se debe empezar a tener miedo de Joselontxo el Grande.
-Jefe –dijo Martillo, tembloroso. –Necesitábamos asegurarnos… compréndelo…
-Eso, jefe –apoyó Gangas.- Compréndelo.

Tras unos momentos de gran tensión, Joselontxo el Grande pareció comprender. Se sentó, y empezó a reflexionar. A los pocos instantes, habló: -Matadle.

Gangas y Martillo asintieron. Sabían perfectamente que la decisión de su jefe sería esa. Justo antes de disponerse a marcharse, Gangas miró a Martillo y éste miró al jefe. Antes de que Martillo abriera la boca, Joselontxo el Grande se le adelantó: -A ella la obligais a que me haga una visita.

-Okey, jefe. –dijeron los secuaces, casi al unísono, y se marcharon.

Ejecutar la orden de Joselontxo el Grande no fue nada difícil, pues, como ya se sabe, Gangas y Martillo sabían cómo y en qué empleaba aquel tipo su tiempo.

Entraron en su casa y esperaron a que volviese del trabajo. Cuando el hombre abrió su puerta, lo primero que recibió fue un fuerte manotazo de Martillo, dejándolo inconsciente. Gangas se enojó un poco porque pensaba que su compañero le había golpeado tan fuerte que lo había matado, cuando él también quería participar en la ejecución. El enojo no duró mucho, porque el agredido empezó a revolverse en el suelo donde estaba, con lo cual Gangas sonrió nerviosamente, y con ayuda de Martillo, lo ató y amordazó en una silla.

Cuando el hombre abrió los ojos y vio a aquellos dos, enseguida lo comprendió todo. No tenía solución, y se resignó a morir.

La tortura, la parte de este tipo de trabajos que más gustaba al Gangas, duró poco.

-Este tipejo no da ningún juego, Gangas. No grita, no patalea. Parece que quiera morir.

El hombre no es que quisiera morir, simplemente, como ya se ha dicho, estaba resignado a ello. Sabía que había hecho lo que no debía. Sabía de sobra con quién estaba teniendo relaciones. Sabía de sobra que se había enamorado de quien no debía.

El Gangas aceptó de mala gana que su víctima fuera tan sosa, así que, en una fracción de segundo, empuñó su pistola y mató a aquel hombre.

Limpiaron un poco el piso, y se marcharon de allí.

Exactamente un mes después de la visita de Gangas y Martillo a Joselontxo el Grande, la policía se sorprendió aún más de lo que se sorprendió con la visita de aquellos dos: Joselontxo el Grande tenía una nueva visita. Una mujer. Una mujer extremadamente guapa. Morena, no muy alta, pelo rizado, boca grande y hermosa, vestido largo pero informal, y con una aguda voz que encandila a quien la oye. Una mujer.

Joselontxo el Grande la estaba esperando sentado ante la única mesa que había en la sala de visitas.

La puerta de la sala se abrió, dejando entrar una luz natural que hacía mucho tiempo que Joselontxo el Grande no veía. La silueta de la mujer se dibujó al fondo, mientras que en la cara de Joselontxo el grande lo que se dibujó fue una sonrisa.

Ella entró en la sala con paso firme pero con una expresión en la cara que delataba miedo.

Mientras ella avanzaba, Joselontxo el Grande se levantó, muy lentamente y sin dejar de mirar aquella silueta acercándose. Por fin, la puerta de acceso se cerró y la mujer llegó hasta la mesa. Joselontxo el Grande ofreció a la mujer, con un gesto de la mano, que se sentara. Ella así lo hizo y en ningún momento separó su mirada de la de él.

Pasaron varios segundos, que parecieron horas, antes de que ninguno de los dos comenzara a hablar. Él fue quien empezó.

-¿Por qué lo has hecho?
-No sentía nada por ti –Aquella voz, le trajo a él tantos recuerdos…-Necesitaba darme cuenta de que seguía siendo una mujer normal, y no la mujer de un mafioso encarcelado. No siento nada por ti –repitió-. Nunca lo sentí.
-¿Y por ese insignificante personaje sí lo sentías?
-Por supuesto que sí.

Se notaba que él estaba conteniendo su rabia.

-Llevo nueve años y medio metido en este agujero… ¿Ha habido muchos más? –preguntó, nervioso.
-Sí. –dijo ella mirándole fijamente a los ojos.
-¡Zorra! –Él acabó explotando, se levantó, y debido a la brusquedad volcó la silla. -¿No te das cuenta de que por ti he llegado a hacer cosas impensables, de que por ti sería capaz de hacer barbaridades aún mayores? ¿No te das cuenta? –lloraba de rabia. Ella no decía nada. En cambio, bajó la mirada y la cabeza. -¡Di algo, por Dios! –la desesperación se apoderaba cada vez más de él.
-Lo único que puedo decir es –ella seguía con la mirada baja –que no escogiste a la mujer adecuada. Yo valgo la pena. Tengo aspiraciones, quiero ver mundo, viajar, ser libre…
-¿Libre? –se extrañó Joselontxo.
-Sí, libre. ¿Has olvidado ya lo que es eso? –la ironía era clara. Entonces ella se levantó con mucha frialdad. –Me voy. Adiós, Joselontxo. –y se dirigió hacia la puerta.
-¿Qué? –él seguía extrañado -¿dónde vas? Me queda menos de un año aquí. ¡Te prometo que cuando salga tendrás todo lo que quieras!
-No, Joselontxo. Por el momento, me conformo con lo que tengo –dijo sin girarse en ningún momento.
-¡No te vayas! ¡No sé qué voy a hacer sin ti!

Ella sonrió irónicamente, llamó a la puerta y enseguida le abrieron, volviendo a verse aquella luz natural.

-¿Qué voy a hacer sin ti? –gritó él, y en cuanto la puerta se cerró y se fue la luz, él lloró como nunca lo había hecho. Nunca nadie le había arrebatado el alma. Le habían arrebatado muchas cosas, y quien lo hizo pagó por ello, pero ahora era diferente… El alma, ¡el alma!

Unos días después, Joselontxo el Grande reflexionaba en la oscuridad de su celda, sobre lo ocurrido últimamente. Nunca llegaría a recuperarse de este duro golpe. Su corazón le había jugado una mala pasada. ¿Corazón? No tenía corazón. Estaba hecho trizas, y en solo unos días, y se consideraba afortunado por ello, esas trizas se habían convertido en hierro. Entonces se acordó del pobre infeliz que mandó asesinar por culpa de su última mujer. Un escalofrío recorrió su cuerpo. Sí, se dijo, aquel tipo merecía morir. Por enamorarse de aquella mujer. Por enamorarse.

FIN