Realizar un cartel para una película no tiene que ser algo fácil. Una persona debe tener una idea lo suficientemente creativa como para pensar que con sólo ver el cartel de la película, la gente decida gastarse unos dineritos en ella y entrar a la sala de cine a verla. Por lo tanto, como cualquier otro proceso creativo, tiene su punto de dificultad.
Lo jodido es cuando te encuentras frente a frente con carteles que directamente son una basura, una auténtica mierda, que no es que no atraigan al espectador, es que directamente le toman a éste por imbécil total. Muchos de ellos serán fruto de las prisas, o eso me gustaría pensar, quizá de una presión excesiva sobre quien esté al cargo del cartel, o quizá esa persona sabe que tiene sus días contados en la empresa para la que trabaja y decide hacer uso de la ley del mínimo esfuerzo... Quién sabe. Pero si hay una cosa clara, aparte de la poquísima o nula imaginación en esos casos, es que los responsables de estas cosas son merecedores de unas cuantas bofetadas, a mano abierta y dejando bien marcada la forma de los cinco dedos en su cara.
Aquí sólo pongo tres de estas aberraciones (el otro día las vi todas juntas y eso provocó en mí un espasmo mezcla de risa, miedo y mariposillas en el vientre... ah, es que igual es que me entraron ganas de ir al wc, con lo cual no he podido evitar dedicarles un post), pero sabemos de sobra que hay infinidad de ellas.