30 de diciembre de 2008

Zanablanca

Considero a Casablanca una película intocable (tarde o temprano los originales ejecutivos de Hollywood tendrán la genial idea de hacer un remake, como si lo viera... ¡que Dios nos coja confesados!), aunque tengo que reconocer que el vídeo que presento aquí tiene su gracia.

Se trata de Zanablanca (Carrotblanca), una parodia de Casablanca realizada en 1995 por Douglas McCarthy con los personajes de Looney Tunes, es decir con Bugs Bunny, Silvestre, Piolín, etc. El cartoon tiene todos los elementos de la película, pero muy resumidos y desmadrados, con los toques tan característicos de este tipo de personajes.


En Zanablanca vemos a Bugs Bunny como Rick (nunca he sido un gran fan de este conejo), a Piolín como Usmarte (parodia de Ugarte/Peter Lorre), Silvestre como Victor Laszlo, Pepe la mofeta como el prefecto de policía Louie, el pato Lucas como Sam, Penelope Pussycat como Ketty Kitty (parodia de Ilsa/Ingrid Bergman), y muchos personajes secundarios que circulan alrededor...

Bueno, lo mejor es que lo veais. No he podido encontrarlo en castellano, así que está en inglés sin subtitular. [Duración aprox.: 8 min]

Por cierto... ¿un conejo con una gata? Qué cosas se les ocurren...



Imagen del póster aquí

29 de diciembre de 2008

Definiciones en masculino y en femenino

Gracias a un comentario de mi gran amiga Ouiser Boudreaux, me acordé de lo que indico a continuación:

El lenguaje castellano es muy rico, según dicen... Quizá sea para definir cosas o personas del género masculino, porque lo que es del femenino... He aquí la prueba de que a la hora de definir ciertas palabras en femenino, tan rico tan rico, no parece.

Nota: Por favor, que nadie se me enfade. Es sólo un texto jocoso, un chiste. No es mi intención ofender a nadie con ello. Si es así, pido disculpas aunque diré en mi defensa que es un texto que no es mío y que ya tiene su tiempo.

ZORRO: Espadachín Justiciero.
ZORRA: Puta.

PERRO: Mejor amigo del hombre.
PERRA: Puta.

AVENTURERO: Osado, valiente, arriesgado, hombre de mundo.
AVENTURERA: Puta.

AMBICIOSO: Visionario, enérgico, con metas.
AMBICIOSA: Puta

CUALQUIER: Fulanito, Mengano, Zutano.
CUALQUIERA: Puta

REGALADO: Adjetivo; participio del verbo regalar.
REGALADA: Puta

BICHO: Insecto; animal.
BICHA: Puta.

CALLEJERO: De la calle, urbano.
CALLEJERA: Puta

HOMBREZUELO: Hombrecillo, varón mínimo, pequeñito.
MUJERZUELA: Puta

HOMBRE PÚBLICO: Personaje prominente.
MUJER PÚBLICA: Puta

GOLFO: Masa de agua marina parcialmente rodeada de tierra
GOLFA: Puta

LOBO: Mamífero predador rapaz y feroz. Hombre experimentado y agresivo.
LOBA: Puta

LIGERO: Hombre débil y/o sencillo
LIGERA: Puta

ADÚLTERO: Infiel
ADÚLTERA: Puta

PUTO: Cabrón
PUTA: Zorra, o sea, Puta

26 de diciembre de 2008

George Bailey y un final maravilloso

Han pasado ya la Nochebuena y el día de Navidad. Espero que todos lo hayais pasado muy bien, con vuestros seres queridos y allegados, en armonía y felicidad.

Siendo las fechas que son, es imposible no acordarse de la película que más veces se ha emitido en televisión (dicen), probablemente la gran mayoría en días como estos: ¡Qué bello es vivir! de Frank Capra (It's a wonderful life, 1946). Una película maravillosa y llena de momentos inolvidables con la que es imposible no emocionarse, desde el primer minuto hasta el último, con ese final mágico y maravilloso tantas veces copiado o parodiado.

Por si aún hay alguien que no ha visto o que no conoce esta película (me parecería extraño que así fuera), la película cuenta la historia de George Bailey (James Stewart), una persona que, literalmente, siempre ha vivido por y para los demás, truncándose de esta forma continuamente sus propios planes de futuro. En un momento dado todo se le empieza a torcer, con lo que George empieza a perder la confianza en todo y en todos, amargándose de tal forma que llega a pensar en el suicidio. En ese momento aparece Clarence (Henry Travers), un ángel que deberá ayudarle a ver la vida de otra forma para conseguir así sus alas. La forma en que lo intentará será haciendo ver a George qué habría sido de toda la gente del pueblo, y del propio pueblo, si él no hubiera existido en sus vidas... Se encuentra con todo un lugar diferente, lleno de casinos y de gente oscura y amargada, sin ganas de vivir ni de pensar en el prójimo... la chica que ama (Donna Reed) se ha convertido en una persona extremadamente tímida y asustadiza... En fin, todo un mundo diferente que hace ver a George que merece la pena seguir viviendo.


Su final, con el que sólo mencionarlo me emociono, lo pongo a continuación, en dos partes. En la primera parte se ve a George Bailey completamente desesperado porque no entiende cómo toda la gente a la que quiere se ha podido transformar en lo que ve, y el momento en el que vuelve a la realidad. Y la segunda parte es la gran parte mágica, donde vuelve a su casa y, entre otras cosas, se encuentra con que todos los del pueblo, todos, quieren devolverle tantos favores que él les ha hecho.



[Nota: En el vídeo anterior faltan unos segunditos, en los que se ve, entre otros saludos de felicidad de George a la gente del pueblo, cómo saluda y felicita las Pascuas también al villano de la película, el señor Potter (Lionel Barrymore), quien se las felicita también, de una forma muy desagradable, añadiendo que las pasará en la cárcel]



Mi admiración por esta película es tremenda, y no digamos ya por sus actores, sobre todo sus protagonistas: James Stewart y Donna Reed, entre los que se ve, yo diría que casi se palpa, que sabían que estaban haciendo algo antológico, algo especial. Todas las escenas entre ellos dos son memorables, me-mo-ra-bles. Si tuviera la difícil tarea de destacar una, diría que la escena del teléfono, que adjunto aquí. Atentos a cómo se miran, cómo se sienten... Es que no se puede decir más con tan poco, están simplemente inmensos.



Extras

Su trailer:



Más imágenes y posters [Haz clic para ampliarlas]:



22 de diciembre de 2008

¡Qué guarra es!

Pincha en el siguiente enlace y aparecerá una guarra en plena acción...

Haz clic en las imágenes si deseas verla en todo su esplendor


Doña Korkona. 315 kilos. La reina de la feria de Santo Tomás de Donostia-San Sebastián. 21 de diciembre de 2008. ¡Menuda guarra! Igual esperabais otra cosa... ;-p


19 de diciembre de 2008

El muchacho de la triste mirada

Post dedicado a quien confié mis historias para nada. Ni fueron leídas.

El muchacho de la triste mirada

Una vez más, fracasé. No sé porqué me dedico a este trabajo, si siempre acabo fracasando. Estrepitosamente. Incluso cuando parece que las cosas me van a la perfección, acabo cagándola. Mala estrella, supongo. Y eso que aquella noche, noche de luna llena, cielo totalmente despejado, había muchas estrellas para elegir. Pues bien, elegí la mala. Y, muy a mi pesar, ya que en el fondo me gusta tener mala suerte, eso se iba a acabar pronto. Por fin lograría algo positivo. ¿Mi oficio? Detective privado.

Al volver a mi despacho a dar parte, o a rellenar informes, o a lo que fuera, con tal de alejarme siquiera un rato de la depresión que me azotaba desde hacía ya tiempo, me encontré con un nuevo caso encima de mi mesa. ¿Acaso aún queda algún estúpido, o estúpida, que no sepa que yo soy el peor investigador privado de la ciudad? Eso parecía.

Yo no tenía secretaria, así que me surgieron algunas preguntas: ¿quién había entrado en mi despacho? ¿Por qué? ¿Hombre o mujer? Sin duda, mujer, ya que había un buen olor a buen perfume por todo el despacho. Y lo más extraño: ¿cómo entró? Pronto estas preguntas y algunas otras que también me hice se disiparon gracias a mi depresión. Si algo tengo que agradecer a esa enfermedad es que me permite cambiar de pensamientos rápidamente, es decir, si ahora tenía mi mente ocupada en formularme preguntas (no en buscar respuestas: probablemente esta sea una de las razones de todos mis fracasos), la depre aparecía, me hundía en el dolor y la miseria, y cuando volvía en mí (nunca me duraban más de quince minutos estos ataques), empezaba a pensar en otra cosa. Ahora, esa otra cosa era el nuevo caso, que venía, a modo de carta en un sobre multicolor, rodeado por un lazo verde (hay que joderse, lo hortera que puede ser la gente).

La carta venía a decir que debía encontrar a una persona (qué novedad) que hacía mucho tiempo, quizá demasiado, que no sonreía, a la cual se le podía identificar perfectamente mirándole a los ojos, que delataban su tristeza, su grande tristesse, como dirían los franceses. No debía preocuparme por los gastos. Semanalmente aparecería bajo el umbral de la puerta de mi despacho una cantidad importante de dinero. A pesar de mi depresión, y de todos mis fracasos, esto del dinero me animó y enseguida me puse a trabajar en el caso que llamé "El muchacho de la triste mirada".

Lo primero que se me ocurrió hacer fue buscar a la mujer que me encargó el caso. Para ello, empecé por interrogar a Miguelito “el sonámbulo”, un confidente apodado así porque nunca paraba quieto, incluso durmiendo buscaba y rebuscaba cosas de aquí para allá. Miguelito era escurridizo, bajito, feo y jorobado (a pesar de esto, el muy cabrón tenía un éxito increíble con las mujeres). Yo sabía dónde encontrarle, y le encontré. “El sonámbulo” conocía mis fracasos, y no paraba de reírse de mí cada vez que me veía. Aquella vez yo no iba a aguantarle sus tonterías. Cuando hizo el primer amago de mofa, agarré un candelabro de plomo, muy pesado, que había en la basura (nuestro punto de reunión era junto a unos contenedores de basura, al inicio de un callejón mugriento) y le golpeé en la cabeza con tal fuerza que el candelabro se rompió en dos. Quizá le he dado muy fuerte, pensé. Pero Miguelito se incorporó rápidamente, y entre insulto e insulto, le expliqué mi situación. Al igual que sucedió conmigo, en cuanto le mencioné todo el dinero que había de por medio, aceptó ayudarme a encontrar a esa mujer.

Miguelito poseía un olfato extraordinario, así que le llevé a mi despacho para que oliera aquel perfume que tanto se resistía a irse. Olisqueó todo durante veinte minutos, paró, se giró hacia mí, me olisqueó de arriba a abajo (lo cual me molestaba muchísimo) y, tras cinco minutos más, habló: Sé quién es la chica. Tal como él conocía mi fracasada carrera, yo conocía sus logros, de modo que confié en él. Llévame ante ella, le pedí, y el muy bastardo me pidió más dinero. Acepté a duras penas, ya que tenía muchas ganas de conocer a aquella mujer.

Miguelito “el sonámbulo” me condujo donde ella vivía. No me lo podía creer: era el piso de una novia que tuve hace algunos años. Sandra. Aquella chica fue una de las mejores cosas que me han pasado nunca. Era increíble. Lo pasábamos bien, joder. Era una chica de la que me enamoré. Era una chica de la que, a pesar del tiempo, seguía enamorado.

Una chica sin igual: Hermosa como ninguna; pagué a Miguelito una cantidad importante, le eché, entré en el piso (no había nadie y forcé la puerta), y al ver tantos recuerdos, me arrodillé, y, una vez más, lloré. Lloré como nunca lo hice. ¿Por qué rompí mi relación con Sandra? ¿Por qué no he llegado a ser lo que quería llegar a ser? ¿Qué pintaba ella en todo esto? ¿Qué pintaba yo? Lloraba y lloraba, recordando lo felices que fuimos, imaginando lo felices que hubiéramos sido.

Sin ti, las emociones de hoy sólo serían la piel marchita de las de ayer

Era ésa una cita que había oído o leído hacía poco en algún sitio. Le encontré todo el sentido en aquellos momentos, y rompí a llorar aún más.

El dolor de hoy es parte de la felicidad de entonces


Y a la inversa:

La felicidad de hoy es parte del dolor de entonces

También recordé esas citas (de la película “Tierras de penumbra”, con Anthony Hopkins y Debra Winger) y, cómo no, seguí llorando. Fue en aquel momento cuando ante mi riada de recuerdos, escuché abrirse la puerta del piso. Me levanté, sequé mis ojos, y me puse frente a Sandra, que llegaba.

Seguía tan bella como siempre. Solamente un ligero cambio, en su aspecto: su pelo ahora era algo rizado, y yo siempre la vi con el pelo liso. Fue lo primero que se me ocurrió decirle: El pelo rizado te hace aún más guapa. Gracias, me dijo. Y sonrió. Una sonrisa que me derritió. Ante la gran belleza de Sandra había olvidado el porqué de mi estancia allí, pero enseguida me recuperé y lo recordé. Yo estaba allí por algo. ¿Por qué?, le pregunté. Porque eres una de las mejores personas que conozco, y no soporto verte humillado, ni ante ti mismo ni ante nadie. Confío en ti, y sé que este caso lo solucionarás con éxito.

También le pregunté cuándo fue la última vez que vio al "muchacho de la triste mirada", y me dijo que hacía algunos años. Me dijo que era muy parecido a mí, y luego me fue dando una serie de datos más, algo abstractos. Me habló de él de tal manera que mi interés por el caso fue disminuyendo hasta el punto de decirle que abandonaba. Ya no quería buscar ni encontrar a nadie. Además, el hecho de que fuera Sandra, mi Sandra, la que fue mi Sandra, era una razón potente para desistir. Y así se lo dije. Te has acostumbrado al fracaso, me dijo Sandra entre sollozos.

Bastante tenía yo con mis lloriqueos continuos y repentinos, como para que alguien como Sandra venga también llorando. Me despedí muy enfadado (no sabía porqué, pero empecé a decir barbaridades y a insultarla), cerrando la puerta muy bruscamente.

No sé cuánto tiempo estuve vagando por la ciudad. Me emborraché. Intentaba olvidar. Además, me imaginaba a Sandra durante estos años en brazos de otros hombres y eso me hundía aún más. ¿Por qué no era yo uno de esos imbéciles? Todo era por mi culpa. Iba tan borracho que acabé tirado junto a un contenedor de basuras, sin poder levantarme. Sin alcohol. Sin amor. Sin nada. Solo.

Me despertó el terrible ruido que hacía la máquina limpiadora. Malamente conseguí incorporarme, recogí la última botella, la que fue mi “compañera de cama” esa noche, y justo antes de tirarla me di cuenta de que jamás sería capaz de volver a sonreir, de que jamás volvería a ser el mismo. Fracaso tras fracaso, depresiones, Sandra,… De repente, una inquietud enrome invadió mi cuerpo: debía ir a mi despacho cuanto antes. Para ello, debía atravesar media ciudad y encontrar las malditas llaves del despacho (nunca sé dónde las guardo, y con la resaca de aquel día, me costaría aún más).

Empecé a correr y no paré hasta por fin llegar al despacho. ¡Increíble! Por una vez la llave estaba en mi bolsillo derecho. Los nervios me impedían abrir la puerta pero finalmente lo logré. Me dirigí al cuarto de baño, limpié con la manga de mi chaqueta el espejo, y allí estaba, no podía ser otro. ¡Era yo! ¡El muchacho de la triste mirada era yo!

¿Cómo no me había dado cuenta antes? Le daba demasiadas vueltas a la cabeza, ese era el motivo.

Efectivamente, por fin logré un éxito en mi carrera. El único. Y el último. No diré en qué trabajo ahora, pero ya no soy detective.

Sigo solo, pero ahora estoy convencido de que eso se acabará. Algún día.

FIN

Citas

"Yo no soy mala... es que me han dibujado así."

Jessica Rabbit a Eddie Valiant en ¿Quién engañó a Roger Rabbit? (Who framed Roger Rabbit?) [Robert Zemeckis, 1988]

17 de diciembre de 2008

Un mundo de papel

Hoy va de cortos. Si en el post anterior presentaba el corto The black hole, en esta ocasión traigo uno que considero un clásico: Flatworld (Daniel Greaves, 1997).

En este cortometraje viajamos a una ciudad de papel. Las vías públicas se arreglan a base de grapas, tijeras y cinta aislante donde el protagonista se dedica precisamente a eso, a arreglar desperfectos en las calles. Tiene un pez y un gato fofo como mascotas y... bueno, ¡no me voy a poner a contar ahora todo el corto! Mejor lo veis y lo disfrutais. Espero que os guste como a mí. [Duración: 29 min aprox.]

Watch more Veoh videos on AOL Video



Como extra, añado otro trabajo de Daniel Greaves, que le hizo ganar el Oscar al mejor corto de animación en el año 1991: Manipulation. [Duración: 6:21 min aprox.]



Imagino que habrá quien vea en él una alegoría sobre el pueblo manejado por políticos o incluso por líderes religiosos, en fin... Yo lo veo como lo que es: un divertimento muy original, y punto.

Los Oscar en... ¡A txiflar!


The black hole

Mi gran amiga Ouiser Boudreaux (a todas luces colaboradora del blog, al menos así la considero yo) me envía un cortometraje: The black hole.

Al corto podría añadírsele el subtítulo "¿Qué harías si tuvieras una especie de agujero negro portátil?".

Yo no tengo ni idea, improvisaría sobre la marcha, como el protagonista del corto. Quizá me dedicara a tocar los culos de las chicas :-p ¡A saber!



La avaricia rompe el saco... o en este caso, más bien, te deja dentro de él.

El corto forma parte de la propuesta Future Shorts, autodenominada como "la red de cortometrajes más grande del mundo", que apuesta por la exhibición y distribución mundial de este formato. Según comentan, están ya presentes en 25 países (incluido España) en los cuales organizan fiestas y proyecciones de los cortometrajes que presentan.

Personalmente me parece una idea magnífica en la que se puede ver y conocer la creatividad de muchos cineastas y artistas, apoyado indiscutiblemente por este gran medio que es Internet. Habrá que estar al tanto de los cortos que vayan subiéndose a la Red.

Página de Future Shorts

15 de diciembre de 2008

Podría ser peor

... podría llover

Genial frase de la que nunca nos acordamos cuando estamos de capa caída y pensamos que nada nos puede ir peor en esos momentos. Pues sí, sí nos puede ir peor, siempre puede ser peor.

Debemos ser conscientes de ello, necesitamos ser más optimistas en los momentos duros. Me consta que hay gente que lo logra (gente a la que envidio), y yo aquí lo digo muy fácilmente pero reconozco que no, que cuando llega algún momento malo, no se recurre a esta fantástica frase de buenas a primeras.

Supongo que eso quería hacer ver Mel Brooks a los espectadores que vean su divertidísima joya El jovencito Frankenstein (1974), comedia que parodia el cine de terror clásico, especialmente Frankenstein (James Whale, 1931), con Gene Wilder en estado de gracia y el inolvidable Marty Feldman como Igor (cómo no, pronúnciese Aigor)


Qué grandes momentos me hace pasar siempre esta película...

No lo olvideis... ¡podría llover!

Venga esa sonrisa, un poco de alegría, caramba :)

12 de diciembre de 2008

Magret de pato con salsa de roquefort


Ingredientes:

- Magret de pato
- 1 brik de nata líquida para cocinar
- Queso roquefort
- Sal

Elaboración:

La elaboración de este plato es extremadamente sencilla. Inicialmente se cocinará el magret. Para ello, se realizarán unos cortes en la parte con grasa de la carne. Dichos cortes serán a lo largo y a lo ancho, y sin rozar la carne, sólo es para abrir la grasa para que la carne "respire" a la hora de cocinarse.

Se coloca el magret en una sartén amplia (preferiblemente sobre una plancha) sobre la parte de la grasa y sin añadir nada de aceite, de forma que según se vaya calentando, vaya soltando todo el aceite grasiento. Con calma. Cuando ya esté dorado, se le da la vuelta y se espera un buen rato a que se haga esa parte de la carne. De forma sucesiva se irá dando vuelta y vuelta a la carne hasta que quede al gusto (más sangrante, más hecha...). Entre unos 10 y 15 minutos, pero lo dicho, según el gusto.

Se aparta de la sartén o plancha y se procede a trocear la carne: Queda muy elegante trocearlo a lo ancho, en pequeños trozos, colocándolos después en una fuente y sazonando (la sal gorda les viene bien), preparados para ser rociados por la salsa de roquefort.

Salsa de roquefort: Mientras poco a poco va cogiendo color el magret, se puede comenzar a preparar la salsa de acompañamiento (sin perder de vista la carne). En lugar de roquefort, se puede usar queso azul, que es menos fuerte que el roquefort y también más barato.

Se vierte el brik pequeño de nata líquida sobre una sartén y se deja que se caliente. Cuando se observe que ya está caliente y sin que espese (en aproximadamente un par de minutos) se procede a echar sobre la nata trozos de roquefort, moviendo la mezcla para que éste se vaya fundiendo poco a poco. Una vez el queso está fundido al gusto (con tropezones o completamente fundido), finalmente se vierte la salsa sobre el magret, sin dejar que cubra todo por completo para que el contraste entre el blanco de la salsa y el rojo de la carne sea más visible. Si se desea, se puede espolvorear con un poco de perejil, un poco de verde también le da cierta alegría.

Servir. Gozar. Ser feliz.

Bebida para acompañar: Un buen vino tinto.
Tiempo de elaboración: Unos 15 minutos.
Dificultad: La única dificultad posible es que no se haga la carne más de la cuenta.

Precio: 10 € aprox.

- Magret: 6 € aprox.
- Queso: 2-4 € (dependiendo de si es azul o roquefort)
- Nata líquida: 0'50 € aprox. (brik pequeño corriente)

On egin!
¡Que aproveche!


Estilazo

En los Juegos Olímpicos de Sydney 2000 pudimos conocer al nadador Eric Moussambani, de Guinea Ecuatorial, que logró el récord de su país en la modalidad de los 100 metros.

Ahora bien, ¿logró algo más? Pues aparte de la fama mundial con esta proeza, de un apodo ("Eric la anguila") y de llenarse los bolsillos yendo de programa en programa de televisión tras protagonizar lo que muestro en el siguiente vídeo... me parece que no. Aunque claro, eso no está nada mal.



Actualmente no sé si el COI continúa haciéndolo, pero en aquellas olimpiadas permitía participar sin clasificaciones previas a países en vías de desarrollo y que en principio no disponían de los medios suficientes para participar en el evento. En Sydney 2000 y en este caso que nos ocupa participaban Guinea Ecuatorial, y (por lo que entiendo en el vídeo, me puedo equivocar) Kirzygistán y Nigeria.

Como se ve en el vídeo, estando ya preparados para saltar, dos de los nadadores saltan antes de tiempo, por tanto son descalificados automáticamente, quedándose solo el gran Eric Moussambani... ¡Comienza la prueba! Empieza bien, a buen ritmo, un estilo ¿digno?, nadando y nadando llega al otro extremo de la piscina... pero cada vez reduce más el ritmo, y más, y más... ¡Que se ahoga! ¡Qué mal lo está pasando! El récord mundial de la prueba queda lejísimos... ¡Lo importante es sobrevivir! El público lo sabe, el público vibra, el público anima, el público puesto en pie... ¡ánimo Eric, ánimo! ¡tú puedes, estamos contigo!

El choteo de los comentaristas es evidente pero no pueden más que rendirse a sus pies y reconocer la gran proeza realizada por este hombre, de hecho y como ya he comentado, llegó a superar el récord de su país, con un tiempo de 1:52:72 (nota: el ganador de aquella prueba logró la plusmarca mundial con 47:84).

Posteriormente Moussambani explicó que en su país se había entrenado durante pocos meses para asistir a Sydney 2000, y que además entrenaba en una piscina de 22 metros de largo, así que cuando le plantaron delante la piscina olímpica, pues como que se sorprendió un poquito ("los últimos 15 metros han sido muy difíciles", declaró). El caso es que sobrevivió, logró un récord para su país, se forró, y oye, ¡no lo hizo tan mal!

El "pobre" quiso participar en los JJOO de Atenas 2004 pero al parecer tuvo problemas con el visado y no pudo ser. Una pena, porque debía de haber mejorado su marca en unos 60 segundos.

Cuando yo estoy en la piscina me suelo acordar de él y de que ya me gustaría hacer el tiempo que hizo él en los 100 metros, ya me gustaría...

10 de diciembre de 2008

Música de regalo

Manolo García - A San Fernando, un ratito a pie y otro caminando



Mike Oldfield & Bonnie Tyler - Islands

9 de diciembre de 2008

Dalí en un concurso

El indiscutible genio Salvador Dalí acude como invitado a un programa de televisión americano en 1950. El programa se llama What's my line? y consiste en que los concursantes adivinen, con los ojos vendados y a base de preguntas a las que el invitado sólo puede responder "sí" o "no", quién es éste.

Supongo que Dalí tenía a la televisión como lo que es: un circo. Y por ello, también supongo que asistió al programa con ganas de pasárselo bien... Con eso, a (casi) todas las preguntas que le hacían los ciegos concursantes, respondía "sí", desesperándoles totalmente. ¿Dalí atleta? ¿Dalí escritor? ¿Dalí con un animal gracioso? El vídeo es divertidísimo y provoca que mi admiración por este gran artista aumente de forma considerable.



Podría hablar sobre Dalí, podría poner a grandes rasgos su biografía o lo que sé de él, o las sensaciones que tengo cuando observo alguno de sus cuadros... pero no, la verdad es que creo que sobre él ya hay mucho escrito y no quisiera extenderme demasiado. Por tanto, simpemente voy a incluir aquí algunas de mis obras de Dalí favoritas.

[Haz clic en las imágenes para ampliarlas]


A modo de extra, incluyo un vídeo con imágenes del fantástico montaje Daaalí (1999), del grupo teatral Els joglars, compañía que siempre me ha parecido magnífica (al margen de mejores o peores iniciativas políticas), especialmente por su mala leche. En el vídeo se puede ver a Joan Miró, por quien Dalí sentía predilección, caracterizado como una niña, también se ve la interpretación del asesinato de García Lorca, la relación con su mujer, dictadores repartiéndose trozos de Europa... Un montaje teatral imprescindible para aquellos que gusten de Dalí, con la imaginería y creatividad de esta compañía teatral.


Puta



No es la canción que más me gusta de Extremoduro, pero la fuerza de su título me ha inclinado a su elección.

5 de diciembre de 2008

Friends y La extraña pareja

Para mí, este es uno de los mejores comienzos de todos los capítulos que se hicieron de la serie Friends, uno de los que recuerdo con más cariño. Supongo que, si no recuerdo mal, porque fue uno de los primeros que vi, siendo entonces cuando me dije "¿y estos? qué bien se lo pasan, ¿no?".



Así que posiblemente este comienzo sea una de las razones que hicieron que me enganchara (y de qué manera) a esta serie, la cual es ya todo un clásico de la televisión.

El grupo de amigos tararea la cancioncilla de La extraña pareja (Gene Saks, 1968), película protagonizada por unos inolvidables Jack Lemmon y Walther Matthau. La película tuvo tanto éxito que en 1970 la transformaron en serie de TV, con Tony Randall como Felix Unger (papel de Jack Lemmon) y Jack Klugman como Oscar Madison (papel de Walter Matthau). [Actualizado: La película, a su vez, estaba basada en la obra teatral de 1965 escrita por Neil Simon]

En 1998 los grandes Lemmon y Matthau se volvieron a reunir bajo las órdenes de Howard Deutch para hacer La extraña pareja 2. La verdad es que creo que era innecesaria esta segunda parte pero en Hollywood ya se sabe... Son incapaces de dejar las cosas como están.

Antes de esa secuela de 1998, podría decirse que en 1993 ya habían hecho otra especie de remake: Dos viejos gruñones (Grumpy old men, Donald Petrie). Y cómo no, dos años después, en 1995, otra secuela: Discordias a la carta (Grumpier old men, Howard Deutch). Esta segunda parte no llegaba a ser tan divertida como la primera y, aunque la primera dejaba algunas cosas que desear, el hecho de ver juntos después de tantos años a estos dos actores, ya merecía la pena.

¡¡Pero si yo quería hablar de Friends!!

2 de diciembre de 2008

Quiero ser Christopher Walken

Imagina que eres un ejecutivo amargado, agobiado por tanto trabajo, sin ganas de hacer nada, y de repente, por fin, te dejan en paz. Tienes un momento ocioso, puedes aislarte del estrés y del trabajo… Te sientas y al poco rato ahí está… Es la musiquilla que siempre quisiste seguir escuchando y que, en algún momento de tu vida (probablemente cuando decidiste dedicarte a lo que te dedicas dejando de lado los sueños de juventud), sin darte cuenta, se esfumó.

Poco a poco la música va cogiendo fuerza en tu cabeza y empiezas a notar cómo algunas partes de tu cuerpo empiezan a seguir ese ritmillo, incontrolable ya, y decides desmelenarte, qué carajo, ¡un día es un día! ¡Dejadme disfrutar! Y comienzas a bailar, a saltar, a volar… Todo te da igual, te sientes libre.

Toda esa sensación tan placentera, como todas las sensaciones similares, dura apenas unos pocos minutos, de forma que acabas dándote cuenta de que debes volver. Tu momento de descanso se está acabando, va llegando la hora de la realidad… Localizas tu asiento, la musiquilla poco a poco se desvanece… te acercas… te sientas… ¡Plof! Caes. Por unos pocos momentos has vuelto a ser feliz. Quizás haya merecido la pena.

Algo así viene a ser el vídeo que aquí presento: Weapon of choice de Fatboy Slim -tema incluido en su disco Half way between the gutter and the stars-, interpretando magníficamente por Christopher Walken y dirigido por Spike Jonze.


Spike Jonze es el director de dos de las películas más sorprendentes (y recomendables) de los últimos años: Cómo ser John Malkovich (1999) y Adaptation (el ladrón de orquídeas) (2002). Ambas con guión de Charlie Kaufman y aunque son dos películas estupendas y originales, creo que mi favorita de este guionista es ¡Olvídate de mí! de Michel Gondry, con unos buenos Kate Winslet y Jim Carrey, donde la originalidad de la historia hizo que le otorgaran el Oscar al mejor guión original en 2005 (con las otras dos estuvo nominado al premio). Por cierto que el título original de esta última es exactamente igual al español: Eternal sunshine of the spotless mind. Igual igual.

Haz clic en las imágenes para ampliarlas






Por otro lado está el gran Christopher Walken. ¿Cuándo le darán un merecido Premio Donosti en el Festival de Cine de San Sebastián? Este gran actor, que llena la pantalla con su sola presencia, aunque sea de unos pocos minutos (por ejemplo en Pulp Fiction de Quentin Tarantino o también en Amor a quemarropa de Tony Scott) ha ganado el Oscar como mejor actor secundario por su papel en El cazador (Michael Cimino, 1978) y estuvo nominado a los mismos premios en 2003 por Atrápame si puedes (Steven Spielberg). Algunos de sus trabajos los ha realizado con Abel Ferrara, en varias ocasiones (El funeral, El rey de Nueva York, The addiction), con Tim Burton (Batman vuelve, Sleepy Hollow), David Cronenberg (La zona muerta) o los ya citados Quentin Tarantino, Tony Scott y Steven Spielberg.

Contar con Christopher Walken en una película es valor seguro a la hora de ver una buena interpretación. Sólo él, con su rostro espectral, mira de esa forma y puede permitirse hacer las pausas que hace, aportando su toque personal como grande que es. Si yo mismo pudiera bailar como él lo hace en Weapon of choice... Sería el rey de las pistas de baile y de paso me llevaría a todas las chicas de calle. No quiero ser como Christopher Walken... Yo quiero ser Christopher Walken.

Señoras y señores, con ustedes Christopher Walken:

Como siempre, haz clic en las imágenes si deseas ampliarlas