Diez razones (10) para NO haber visto los Goya 2012

... y como muchas de las cosas que no me gustaron posiblemente vuelvan a suceder el próximo año, pueden ser razones para no ver esta gala una vez más.

Los premios Goya fueron hace ya tres semanas, pero tengo apuntadas qué cosas me llamaron la atención. Si uno fuera adivino, antes de ver la gala de "nuestro cine", podría haber visionado estas cosillas que apunto a continuación, y evitarse así tres horas frente al televisor o el ordenador, y emplearlas para hacer otras cosas más interesantes. Pero... uno no es adivino y al fin y al cabo, siempre hace gracia ver estas cosas, por lo tanto, luego pasa lo que pasa.

Vamos con diez temas que no me gustaron de la gala de los Goya 2012:

1.- Copian el modelo americano una y otra vez. Hay muy poca originalidad (musical inicial, algunos de los nominados cantando, y la forma de presentar a los nominados más importantes de la noche. Algunos incluso desafinaban).

2.- Monólogo de Eva Hache. Podía haber sido más mordaz. Fue un humor demasiado blanco. Aquel día hubo movilizaciones sindicales en todo el país y la única alusión que la presentadora de la noche hizo a ello, fue muy, muy de tapadillo.

3.- La cara del ministro de Cultura. Una mezcla entre Fétido Adams y Nosferatu.

4.- Discursos larguísimos. Esto parece ser algo irremediable en este país. El primero de la noche fue Lluis Homar y, como era el primero, se quedó muy a gusto... Mención especial para Kike Maíllo (mejor director novel), que no debió darse cuenta de lo avanzada que estaba la noche y se explayó también mucho más de la cuenta. Para una cosa que sí tienen que copiar de los americanos (cuando ven que alguien premiado se está alargando, empieza la música o le quitan el micrófono), no lo hacen.

5.- Cayetana Guillén Cuervo. Una mujer que no hace ninguna película desde hace bastante tiempo, y cuyas dotes interpretativas pueden llegar a ser bastante cuestionables, no sé qué pintaba en la gala. Nunca lo sabré.

6.- Cambios de vestuario. ¿Por qué siempre tiene que cambiarse tantas veces de vestido o de traje quienes presentan la gala?

7.- Discurso presidencial. ¿No quieres caldo? ¡Pues toma tres tazas! A falta de un discurso, tres, ya que el presi de la Academia salió acompañado de las dos vicepresidentas. Por si fuera poco, fue un discurso sin interés por ningún lado y bastante conservador ("internet no es la solución", dijo). Mal asunto.

8.- El rap con el Langui. Empieza bien, con el Langui cantando, pero desde el momento en el que empieza a estar acompañado (Javier Gutiérrez, Juan Diego, Antonio Resines), la cosa no hay por dónde cogerla. Apenas se entiende qué dicen y aquello que podía haber sido una muestra de canción protesta frente a muchos asuntos (al empezar el rap el Langui hizo pensar que sería algo así), se quedó en una floja tontería.

9.- Los presentadores no se saben los nombres de los nominados. Belén Rueda dijo "Michael" (pronunciado de forma anglosajona) y no "Michel" (sí, como el jurgolista), por Michel Gaztambide, ganador junto a Enrique Urbizu del mejor guión original. Además la presentadora que anunció el premio a la mejor película europea no supo pronunciar el apellido de Michel Hazanavicius (director de The artist), que no es tan complicado, creo yo.

10.- Jan Cornet y Helena Miquell. Uno gana un Goya siendo un mal actor y la otra ni siquiera está nominada siendo una revelación. Injusticias de estos premios.

¡Extra, extra!

E1.- Para el premio al mejor director aparecen tres directores en escena y sólo hablan dos de ellos. ¿Por qué tres, entonces?

E2.- Imposible no cerrar los ojos en algún momento de la gala, ya sea por aburrimiento, o porque acaba haciéndose algo interminable.

E3.- El mundo del cine vive en el país de la piruleta, ya que aunque no está mal que esa la noche sea "la noche del Cine", siempre puede venir bien algo de crítica o reivindicación social, cosa que no ocurrió, con lo cual el mundo del Cine Español dio la espalda a problemas sociales importantes que se viven hoy en día. Solamente Isabel Coixet fue quien hizo algo al respecto, pero por lo demás, lo dicho: el mundo de la piruleta donde todo es de color (y no marrón, según parece) y muy sabrosote.