Me hacen gracia algunas cosas (puede tener spoilers, ojo, que no lo sé):
- Todo lo que tarda en “empezar” la peli. No miré el reloj pero cuando por fin supe cuál era la supuesta intriga de la peli, debía de haber pasado una hora. Hasta ese momento, vemos a los actores Sigourney Weaver y Cillian Murphy (un valor en alza, sin duda) haciendo cosas raras y tontunas.
- Cuando parece que se va a poner interesante, con clímax y tal, no lo hay ya que Cortés corta y pasa a otra cosa cuando parece haber más chicha o donde el espectador podría tener más interés (la parte del test científico a DeNiro, por ejemplo).
- La presentación del personaje de Robert DeNiro, en el avión. ¡Ahhh que es ciego, clarooo! Se quita las gafas, y se las pone. En una secuencia que dura apenas un minuto y que no aporta nada. Por cierto, DeNiro actúa en esta película así: “Heyyy soy Robert DeNiro, ¿qué tal?”, y la cámara se vuelca completamente a continuación sobre él. Parece que Cortés le dio como indicación: “Sé tú mismo”.
Hola, soy Robert De Niro, y usted... no lo es
- “Uy qué bonito me queda este contrapicado de DeNiro”, “uy qué bonitas estas cortinas a lo David Lynch”, “uy qué efectitos con los focos explotando”...
- El final puede tener su aquel, algo de interés, porque deja un poco con la mosca al espectador… con la duda de las cosas que ha contado, y eso puede tener algo de sentido, pero el desencanto es tal a esas alturas, que ya no merece la pena.
Sigourney Weaver intentando recordar la lista de la compra
Con todo esto, y sin haber visto Concursante (su primera película), le daré a Cortés alguna oportunidad más, pero que no siga escribiendo guiones, por favor… (Emergo, vista en Sitges 2011, también tenía un guión suyo). Cada vez más creo que lo que pasó con Buried fue una carambola de txiripa. Pero estaría bien equivocarme. Ojalá, ya que haber escrito estas cosillas sobre esta peli no es que me haya hecho mucha gracia, las cosas como son.
Mi puntuación... un 3, es decir un txiflante y medio.
Mi puntuación... un 3, es decir un txiflante y medio.
- ¿¿¿Un 3??? ¿Un mísero 3? ¡Pero cómo!
- Venga va, que le daré otra oportunidad. En serio.
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