23 de septiembre de 2022

Zinemaldia 2022 - Los reyes del mundo (Laura Mora)

 SECCIÓN OFICIAL

Cinco años después de haber recibido una mención especial en la sección New Directors con su primera película, Matar a Jesús, Laura Mora vuelve al Zinemaldi para presentar en la Sección Oficial Los reyes del mundo, una película que vuelve a explorar y a mostrar una Colombia que ella sin duda parece conocer bien.

En Los reyes del mundo seguimos a cinco amigos de la calle, de Medellín, donde uno de ellos recibe en herencia de su abuela una tierra que le fue expropiada. Con esto, los cinco amigos emprenden un viaje para llegar a esa casa, a esa tierra prometida, a ese sueño que ansían tanto desde sus calles y vidas de mala muerte. Porque estando donde están y viviendo donde viven, lo más frecuentado es la muerte.


Estamos ante una road movie amazónica (lo de "road" -carretera- es un decir, ya que poco asfalto se ve en la película, pues todo transcurre entre selvas, ríos, montañas) donde los chavales irán descubriendo cosas y lugares, todo lleno de peligros pues el camino a seguir no está exento de mala gente y sitios a evitar. Siguiendo el esquema clásico de este tipo de películas, los protagonistas irán haciendo paradas en determinados puntos, donde conoceremos más a cada uno de ellos y a los personajes que habitan esas zonas, todo ello para llegar a un punto final, que está por ver si es el que buscan o no. El ansiado sueño.

Laura Mora realiza un excelente trabajo de dirección, cosa que ya apuntaba en Matar a Jesús, moviéndose muy bien entre esas selvas comentadas y permitiendo con su cámara que nos acerquemos a los personajes cuando hace falta hacerlo. Además, toda la película tiene un aire de misterio, magia, fantasía (sobre todo esto último) que hacen a la película muy especial. También tiene cierto deje postapocalíptico, como bien demuestran las imágenes iniciales de la película con ese Medellín tan solitario en un principio que cuando menos te das cuenta, aparece el bullicio, el peligro, las bandas, la droga y la delincuencia. Todo realizado con unos travellings muy buenos. Respecto a las imágenes del final, vuelve a repetirse el tono, haciendo que uno se acuerde de películas como Mad Max (esa gente perteneciente a las mafias buscadoras de oro, apareciendo sobre una pequeña colina, de uno en uno en un plano increíble que le deja a uno sin habla… porque además se atisba cómo va a acabar todo).

Respecto a la magia, la fantasía y el misterio, es imprescindible comentar lo que probablemente sea el mejor momento de la película: los chavales llegan a una casa en medio de la nada, donde les reciben una pareja de amables abuelillos, que les advierten del peligro de la zona a la que se quieren dirigir, cuando acto seguido la cámara procede a introducirse en la casa donde vive la pareja… Y vemos que no hay nada, que son ruinas, que no hay vida. Claramente, son unos fantasmas que avisan a los chavales de lo que les espera. Todo eso realizado en un silencioso plano secuencia (sólo se escucha la selva) que te deja sin habla.


Y siguiendo con la fantasía, en varios momentos de la película se ve un caballo blanco, en el que al inicio y al final vemos montado a Rá, el chico que ha heredado las tierras. Con este animal tan simbólico se nos está diciendo que quizá, a veces, lograr los sueños tan deseados puede que no acabe como uno quiere.

Pero además de todo lo comentado, la película es muy cruda, y muestra una realidad terrible de Colombia, con un claro discurso político y social, con una apelación a reclamar lo que le pertenece a uno por derecho propio, a luchar por ello siempre, aunque eso no tenga otra solución que la muerte. Esto es algo que ya se veía también en Matar a Jesús, pero aquí se refleja de manera mucho más clara, habiendo incluso algunas secuencias (aparte del final) donde se ve a alguno de los personajes levantando el puño en alto frente a una barricada ardiendo, antes de que la gente se lance a por él, simbolizando la represión vivida por todo un pueblo de una forma que no deja lugar a dudas.

En definitiva, puede que Los reyes del mundo no sea una película redonda, y puede también que se haga larga en algunos momentos (cosa que sucede con muchas road movies), pero la dirección de Laura Mora es fantástica, desenvolviéndose muy bien y mostrando unos personajes con los que se empatiza, con los que se comparte discurso, y a los que se quiere ver llegar a su sueño final, cueste lo que cueste.

Para mí, clara candidata a obtener la Concha de Oro a la mejor dirección.

PD: Los reyes del mundo hace un díptico perfecto con otra película colombiana presentada en Horizontes Latinos: La jauría, de Andrés Ramírez Pulido. Otra película donde se muestra una Colombia que no es precisamente un paraíso.

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