PERLAK
Puede parecer una película más sobre la vida sentimental de una persona emblemática. Lo es.
Puede parecer una película más sobre una mujer adelantada a su tiempo. Lo es.
Puede parecer una película más sobre el feminismo y la lucha de las mujeres. Lo es.
...
Pero entonces, si es o parece ser "una película más", ¿qué interés puede tener esta película? Obviamente, si a uno le gustan las películas que tienen todo lo anterior, no hay más que hablar, pues entrará en ella sin problemas. Si no, deberá buscar en las formas que la directora Susanna Nicchiarelli utiliza para contar la historia de Eleanor Marx, Tussy, la hija de Karl Marx, así como sus andanzas y amoríos en los años posteriores a la muerte de su padre, en 1883.
¿Y cuáles son esas formas que menciono? En principio, la más llamativa es la de meter música punk-rock en una película de época. Probablemente esto se haya hecho en otras ocasiones con otras películas de época, pero eso no quita que las canciones que suenan, siendo prácticamente todas de la banda Downtown boys, llamen la atención cuando suenan de forma bastante potente en momentos clave de la película, esto es, en los más reivindicativos, ya sea a nivel social o a nivel feminista, pues el personaje principal da, qué duda cabe, para ambas capas.
En los trozos donde la película toma un tono más discursivo, con mítines o planteamientos socialistas revolucionarios, es donde a mí personalmente menos me ha interesado, pues ya sabemos que Eleanor Marx era una gran activista y qué tipo de cosas reivindicaba. Por tanto, aunque está bien que te lo muestren para concretar mejor su forma de vida, a mí hay ciertas partes que me sobran. Una de las cosas que no me han gustado, por ejemplo, ha sido un momento dado en el que el personaje rompe la cuarta pared para soltar un discurso, siendo esto algo que no vuelve a suceder durante toda la película (hasta únicamente el plano final), cosa que quizá, ya que se hace, bajo mi punto de vista habría estado bien mantener. Al más puro estilo Fleabag (estupenda serie que recomiendo mucho).
En cambio, lo que más me ha interesado ha sido conocer la parte más íntima del personaje. Me suele pasar con este tipo de películas: prefiero el romance. Qué le voy a hacer, será que uno también tiene su corazoncito... Bien, pues la relación entre Tussy y el doctor Edward Aveling, irregular y según en qué momentos incluso tóxica, esta bien mostrada, apoyada con una buena ambientación (especialmente los decorados), los diálogos entre ambos personajes, que sin tener momentos explícitos, siempre dejan lugar a la duda en cuanto al comportamiento de él, y cómo reacciona ella, con el amor que siente por él y reflejando (al menos así lo veo yo), el dilema de ella acerca de a qué dar prioridad: a su amor por Aveling, al que siente por lo que hace, o quizá hacia sí misma. Respecto a esto último es muy bonito (de hecho quizá sea lo mejor de la película) el final, pues se deja en cierta manera abierto a que el espectador sea quien saque sus propias conclusiones sobre el desenlace.
Todo lo anterior, además, está muy bien apoyado por los actores principales, con Patrick Kennedy como Aveling, pero especialmente Romola Garai encarnando a Eleanor, aportando buenos detalles en miradas y tonos de voz.
Como curiosidad, está bien comentar algo que indican en los títulos de crédito finales: todas las referencias a textos, manuscritos, discursos que se escuchan o incluso pinturas que aparecen en la película, son reproducciones exactas de lo existente en cuanto a documentación de la época y de los personajes de la película.
Por último, la reflexión que lanza la película, no sólo a través de la banda sonora actualizada, sino con la mirada de una niña, de una mujer, que aunque físicamente dejó de existir hace más de cien años, esa mirada y esa forma de pensar debe seguir plantando cara y enfrentándose a todo, y a todos. Muy punk.
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