NEW DIRECTORS
Con su primera película, el director polaco Piotr Domalewski ganó muchos premios en su país, abriéndole lógicamente muchas puertas. Una de esas puertas es la del Zinemaldia y su sección New Directors, donde presenta esta, su segunda película, con un resultado que no está nada mal.
En la película conocemos a Ola (una estupenda -y totalmente desconocida- Zofia Stafiej), una adolescente polaca que está intentando sacarse el carnet de conducir, que vive con su madre y su hermano discapacitado. Económicamente las cosas no les van demasiado bien y más o menos viven como pueden, por eso es tan importante para Ola el tema del carnet de conducir, ya que barato precisamente no es, y así poder tener más independencia (cosa tan deseada por los adolescentes). Enseguida se entera de que su padre ha fallecido en un accidente laboral en Irlanda, con lo que debe desplazarse hasta allí para gestionar el traslado del cadáver a Polonia y para el funeral. Todo eso no será nada barato y su familia confía en que el dinero que con el padre tenía ahorrado puedan pagar los gastos que implica la gestión, pero ella lo que en realidad quiere es el dinero que su padre le estaba guardando para ella, para que pudiera comprarse un coche...
Viendo la película, no paraba de acordarme de un estilo de cine independiente americano, de ese que si esta película se hubiera hecho en Estados Unidos, pasaría por el festival de Sundance, teniendo también nominaciones a los Oscar y siendo la película de la que todo el mundo hablaría... pero claro, esta peli es polaca, así que eso no ocurrirá. Aun así, como digo, el estilo es sencillo, al igual que su historia, con una dirección bastante correcta donde Domalewski parece tener claro dónde poner la cámara (me gustan mucho los planos de interiores, cómo están iluminados) y huyendo del otro tipo de seguimiendo de personajes, muy tratado ya (excesivamente tratado), que es el de "cámara en la nuca", tan identificativo de cineastas como por ejemplo los hermanos Dardenne. Eso habría sido quizá lo más fácil en estos casos.
Pero la película tampoco quiere tener un tono social (y si lo pretende, no hace especial hincapié en ello), que es donde generalmente se enmarcan las películas que tienen ese estilo, sino que es más ligera, incluso metiendo algún que otro toque cómico con un par de personajes. Lo que vemos es el viaje (nunca mejor dicho) de la joven protagonista, que tiene una idea preconcebida de su padre, y que inevitable y previsiblemente irá cambiando durante la película. Esta es quizá una de las peores cosas de la película: la previsibilidad. De hecho, dado el título que tiene (I never cry, "yo nunca lloro"), uno ya sabe con total seguridad cómo va a acabar. Es más, se sabrá incluso cuál será su último plano.
Otra pega de la película está relacionada con ciertos momentos de su guion, ya que a Ola todo lo que hace le sale bien. Nunca nadie le pone trabas que le compliquen realmente la vida, pero bueno, esto es algo que me gustaría pensar que es simplemente para no lastrar demasiado el tono general de la película haciéndola así, como decía, más ligera.
Lo anterior no quita que Jak Najdalej Stąd (I never cry) sea una película que se ve fácilmente y que como espectador, de la mano de la protagonista, se recorra ese camino a la madurez, con aventuras y osadías con las que ir aprendiendo para formarse una idea de lo que es la vida, en esos años tan complicados que son, en general, los de la adolescencia. Como dicen aquellas personas que gustan de usar anglicismos, esto es un coming of age. Pero mejor llamarlo "madurar".
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