SECCIÓN OFICIAL
El director argentino Pablo Agüero participó ya en 2015 en la Sección Oficial del Zinemaldia con su película Eva no duerme, que recuerdo que a mí no me gustó nada. Cinco años después vuelve a la competición por la Concha de Oro, con la película Akelarre.
Con este título no hay mucho lugar a dudas sobre de qué va la historia de la película: la caza de brujas en Euskal Herria a principios del siglo XVI por parte de un implacable juez (Alex Brendemühl) y sus acólitos, que intentarán hacer cumplir la ley de Dios y erradicar cualquier atisbo de lo que califican como brujería sobre la faz de la Tierra. Con esta misión encerrarán, interrogarán y torturarán a seis chicas para saber qué relaciones han tenido con Satanás en los akelarres que supuestamente han realizado.
Lo primero que sorprende de la película es que sea un director argentino quien se acerque a una historia ambientada en Euskal Herria, pero como bien se intuye en la película y el propio director ha comentado, es que lo que cuenta la historia es algo universal, incluso atemporal, pues hoy en día las mujeres aún se ven acosadas y maltratadas en una sociedad claramente heteropatriarcal. Este es el mejor y más explicito mensaje que extraigo de la película. Relacionado con esto, la joven actriz Amaia Aberasturi también ha indicado que su deseo es que todas las mujeres de hoy y de siempre puedan ser "brujas", siempre que eso signifique que pueden hacerlo que quieren, cuando quieren y como quieren, con libertad y sin verse sometidas a un "qué dirán" que las limita y anula, haciéndolo extensivo a los hombres, apelando a que ojalá pudiesen ser también "brujos" en este sentido.
Bajo mi punto de vista, me ha costado entrar en la historia de las chicas protagonistas, no tengo claro si era por cómo estaba hecha la película, o por las interpretaciones de cada una de ellas. Afortunadamente cuando llega el momento del cara a cara entre el juez y Ana, la cosa mejora y llega a una parte final que sin duda es lo mejor de la película, donde se da rienda suelta al folklore y a ciertas preguntas cuyas respuestas se plantearon en muchas de las versiones del guion que hubo y que no desvelaré aquí si finalmente están en la película o no. Ese cara a cara que comento es donde Brendemühl y Aberasturi empiezan a dar rienda suelta a lo jugoso de sus personajes. Él, como el temible juez, llegando a caricaturizarlo hasta el punto de hacerlo bastante cómico en ciertos momentos, y ella, jugando a ser una bruja y mostrando buena química con su compañero.
Técnicamente no está mal, aunque teniendo los parajes donde se rodó todo (repartidos entre Bizkaia, Gipuzkoa, Iparralde... en fin, diferentes puntos de la geografía vasca) diría que no se le saca el partido que podría habérsele sacado. De todas formas no está mal, y es que el director de fotografía es nada menos que Javier Aguirre, todo un grande en este campo. En algunos momentos la película parece haber querido plantear planos con un estilo pictórico muy concreto (bodegones, planos en los que hay varias figuras casi inmóviles de izquierda a derecha...), pero Agüero comenta que no era esa su idea, sino que él plantea la escena en base a lo que pone el guion y su relación con los personajes, y a partir de ahí ya compone el plano según lo que le pida, es decir, no busca "que quede bonito" o que parezca un cuadro.
En definitiva, aunque Akelarre es mejor que la anterior película que vi de Pablo Agüero (la mencionada Eva no duerme), quizá aún no termina de encandilarme lo que realiza, a pesar de que esta película sobre las jóvenes brujas vascas tiene buenos momentos, pero no llega a redondear el conjunto.
¡Extra, extra!
Un vídeo de la presentación de la película en rueda de prensa y alguna foto:
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