Hoy en el Zinemaldia ha sido un día grande. Y lo ha sido por el protagonista de la imagen del día de hoy. Sí, hablo de Johnny Depp. Un actor al que perfectamente se le habría podido dar un Premio Donostia, pero que supongo no lo han hecho porque la peli que produce está en competición, y cuando se gestionó la presencia de Depp en el festival, ya estaba todo apalabrado con la peli, así que no puede ser. Bueno, para otro año. ¡Rebor, toma nota!
Bueno, pues voy con la imagen del día y con la foto que he podido sacarle mientras se encontraba por Donosti...
¡Anda, si además ha venido con Tobey Maguire! Ahí estaba, detrás de Depp... Claro, todo el mundo pendiente del productor de Crock of gold, y el pobre Tobey ahí, falto de cariño...
Bueno, pues como habreis podido deducir, ni eso es una foto que haya sacado yo (es de Miedo y asco en Las Vegas, la alucinógena peli del gran Terry Gilliam), ni he podido lograr una mísera foto de Depp. ¿Por qué? Pues porque ha aparecido en la rueda de prensa con cuarenta (¡cuarenta!) minutos de retraso, y claro, algunos teníamos películas por ver. Una verdadera pena, pues realmente luego sí que ha debido de estar bastante atento y solícito, respondiendo muy bien a todas las preguntas que le hacían. Pero claro, esos retrasos... Quién me iba a decir a mí que en un Zinemaldi iba a dar proridad a una peli antes que a ver en persona, y quién sabe si poder preguntarle algo, al mismísimo Johnny Depp... ¡Vaya si está siendo una edición rara este año!
Así que la imagen del día es otra, y se trata de...
JAPONESES-VIETNAMITAS EN DONOSTIA
Esta foto será quizá de las pocas que pueda sacar de este estilo este año en el Zinemaldi. Se trata, de izquierda a derecha, del director, productor y VP de la película japonesa-vietnamita Umibe no kanojotachi (Along the sea). El nombre del director es Akio Fujimoto y la película es una peli muy pequeñita, muy sencilla, pero con cierto estilo europeo, dramático, como queriendo parecerse a eso tan reconocible que hacen los hermanos Dardenne, contando la historia de tres chicas que salen de Vietnam clandestinamente para llegar a Japón y tratar de ganarse la vida como pueden, apenas sin recursos. El drama se acrecienta cuando una de ellas queda embarazada. Además de empatizar con las chicas, especialmente con la protagonista, en la película vemos un Japón frío y desolador, muy diferente del que casi siempre vemos en las películas o en las fotografías, siendo esta una de sus grandes virtudes. La verdad es que ha sido una pequeña sorpresa descubrir este film. Por tanto, sus creadores merecían una foto, y además ya sólo por el mérito de haberse acercado al festival para presentarla y ser siempre tan majetes (los japoneses que acuden al festival siempre suelen serlo), era más razón todavía.
¡A txiflar!
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