PERLAK - PREMIO FIPRESCI
Esa frase se dice en la canción de Olavi Virta que suena en la nueva película del genio Aki Kaurismäki, Kuolleet Lehdet (Fallen leaves), que obtuvo en Cannes el gran premio del jurado y en el Zinemaldia se ha presentado en la sección Perlak, ganando además el Premio Fipresci (premio que otorga la prensa internacional). Y es que a alguien como Kaurismäki hay que darle siempre todos los premios habidos y por haber, dicho sea de paso.
Esa canción y concretamente esa frase es el leit motiv de toda la película. Un canto al amor y al optimismo, repleto de cinefilia, rocanrol, mambo y música tradicional finesa. Una mezcla que sólo a Kaurismäki le sale bien. Es de esos directores que tiene un estilo marcadísimo, habiendo quien ose decir lo mismo que se dice de Woody Allen, “siempre hace la misma película”... Cosa que no puede estar más alejada de la realidad. El prisma con el que Kaurismäki mira a sus personajes, la forma en la que nos los ofrece a los espectadores, es única siempre. Cada personaje en todas sus películas lo son.
El cariño que se coge a ambos personajes no puede ser mayor, al igual que a los secundarios más cercanos a ellos: gente solidaria, gente que sabe lo que es la amistad, que ayuda en lo que puede, que da consejos válidos... Y es que además aportan momentos divertidísimos a toda la película. Cada personaje tiene lo suyo para que en no pocas ocasiones soltemos una buena carcajada. Basta un diálogo de dos personajes con una frase cada uno para que ya nos estemos riendo. Pero es que Kaurismäki es tan genial que un instante después consigue emocionarnos con alguna otra escena romántica o relacionada con el amor entre los dos protagonistas.
Y es que Kaurismäki sabe jugar bien todas sus cartas, sin dejar de renunciar a su estética tan reconocibe: Enfoques iluminados en el centro y oscurecidos arriba y abajo, planos con colores muy peculiares, habitaciones llenas de verde y de rojo (cómo no: esperanza y pasión). Todo ello funciona como un tiro en esta nueva maravilla del director finlandés, por el que toca brindar una vez más, a ser posible en un karaoke de mala muerte rodeado de personajes inmóviles con un montón de bebidas y licores sobre la mesa.
Terveyttä!
PD: Si quieres escuchar la increíble canción de Olavi Varta que mencionaba al inicio, la tienes a continuación:
No hay comentarios:
Publicar un comentario