SECCIÓN OFICIAL
La segunda película del director
griego Christos Nikou, Fingernails (Esto va a doler), ha gustado
mucho en los pases del Zinemaldia. La gente se ríe con los chistes
de los personajes, se emociona con sus movidas amorosas, y rechaza
cualquier cosa relacionada con las uñas, las verdaderas
protagonistas de la película, junto al corazón que todos tenemos
dentro (bueno, los políticos no).
Lamentablemente, a mí no me ha gustado
demasiado y no he disfrutado tanto como me habría gustado en una
película de estas características: Tiene buenos actores y tiene una
temática de ciencia ficción muy interesante. Pero creo que se queda
en eso, y poco más.
Los actores protagonistas son Jesse
Buckley y Riz Ahmed. Ella es una actriz que no para de meterse en
proyectos con directores muy reconocidos, aunque luego a mí
personalmente no me terminen de gustar.. .por ejemplo por citar sólo
dos diré Men, de Alex Garland, o Estoy pensando en dejarlo, de Spike
Jonze; Él también es un actor tremendo que consiguió una
nominación al Oscar por Sound of metal y que, como dice el director
de Fingernails, vemos ahora en un registro que no había abordado
hasta ahora: el cómico (aunque tiene mucho de drama también).
También están en la película, ya en personajes secundarios, Jeremy
Allen (muy popular últimamente por la serie The bear) o Luke Wilson
(sí, el hermano de Owen).
El probema es que aunque los actores
tengan muchísimo carisma y den todo a sus personajes, la historia,
el guion, no deja de estar llena de clichés. Se ríe de ellos, sin
duda, pero se ríe tanto que acaba convirtiéndose en uno de ellos. O
en todos a la vez. Y es que la historia, que como decía antes tiene
toques de ciencia ficción, cuenta que existe una forma de saber si
la pareja con la que se está es la pareja ideal, y esto se sabe
arrancándo una uña tuya y de tu pareja (de ahí el título en
inglés, que significa “uñas”) y metiéndolas en una maquinita
que obtendrá un porcentaje. Si es el 0%, no tienes nada que hacer
con esa persona; si te da el 100%, es tu pareja ideal; si te da el
50%... pues tendrás que pensar qué hacer...
Eso da juego a una reflexión continua
acerca de qué es el amor, cómo y cuándo puede surgir ese
sentimiento, cuándo se va... Y lo hace a través de un instituto, el
“instituto del amor” que hace pruebas a los participantes de los
test relacionadas con muchos tópicos (los clichés que decía antes)
del amor y las actividades en pareja: Reconocer olores, lanzarse en
paracaídas juntos, cantar canciones en francés (“el francés es
el idioma más erótico”, dicen), ver películals de Hugh Grant (el
director ha reconocido que si hay alguien que lo sabe todo sobre el
amor, ese es Hugh Grant). Esos clichés son los toques más cómicos
de la película, y prácticamente todos los protagonizan los
personajes secundarios, que son el director del instituto y las
parejas participantes, a cada cual más rara (para intentar hacer más
gracia, supongo...), dejando en unas pocas ocasiones (pocas)
acertadas frases a los dos protagonistas. Y es que es tan tópico
todo que cuando la chica tiene un momento dramático, o cuando vemos
que está planteando qué hacer con su vida y su relación... en la
película se mete continuamente una lenta música de piano que acaba
desesperando. Por pesadez, más que nada (lo hace muchas veces a lo
largo de toda la película).
Uno de los pocos aciertos que le veo a
la película es ese toque ci-fi de muy bajo presupuesto, que recuerda
(como bien se ha mencionado en la rueda de prensa de la película) a
otras películas como pueden ser Moon (Duncan Jones), las de Spike
Jonze o Michel Gondry, así como también El show de Truman, de Peter
Weir (referencia clara para el director, así como ¡Olvídate de mí!
De Gondry) y que no sitúa la historia en una época concreta (el
diseño de la máquina que da los resultados es muy añejo), dando a
entender que lo que cuentan es algo atemporal. Y es que cualquier
cosa relacionada con el amor lo es.
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