16 de septiembre de 2022

David Cronenberg: La mosca (1986)

Tras La zona muerta, David Cronenberg ya estaba metido en la industria de Hollywood, de tal forma que se mete en el “fregao” de preparar la película Desafío total con Dino de Laurentiis de nuevo como productor. La cosa no llegó a buen puerto (lo haría años después con Paul Verhoeven a los mandos) y le ofrecieron tomar las riendas de La mosca, un remake de la película de 1958 (o mejor dicho una nueva versión del relato de George Langelaan) que ya estaba en marcha, pero que su primer director, Robert Bierman (quien haría un par de años después Besos de vampiro, prácticamente su única película recordada) tuvo que dejar por problemas personales y familiares. Con Mel Brooks como productor, Cronenberg aceptó rodar esta nueva versión, con un guion que coescribiría junto a Charles Edward Pogue, quien no ha vuelto a tener una historia a la altura de esta.

13 de septiembre de 2022

David Cronenberg: La zona muerta (1983)


En 1983 el gran productor Dino de Laurentiis (en realidad su hija Rafaella) se interesó por la obra de David Cronenberg. De Laurentiis venía de trabajar con otro nombre imprescindible del cine, David Lynch, haciendo Dune (que resultó un fiasco total), pero el nombre ya reconocido de Cronenberg y las ganas que tenían de trabajar con cineastas autores hizo que se fijaran en él para realizar La zona muerta. Con esto, y con las palabras del propio director diciendo que estaba un poco cansado al haber hecho todo cuanto quería con Videodrome, se centró en un guion ajeno basado en la obra de un escritor del que estaban venga a hacerse adaptaciones (y aún se siguen haciendo), nada menos que Stephen King. El guion lo adaptó Jeffrey Boam, guionista que tras esta película escribió películas tan relevantes como las tres primeras entregas de Arma letal (Richard Donner), El chip prodigioso (Joe Dante), o Indiana Jones y la última cruzada, entre otras. Ahí es nada. Eso sí, el guion no es precisamente lo mejor de la película. Afortunadamente ahí está el saber hacer de Cronenberg junto a su director de fotografía habitual, Mark Irwin, para realizar una película fantástica. Por cierto, los admiradores más acérrimos acusaron a Cronenberg de venderse haciendo esta película... En fin.

12 de septiembre de 2022

David Cronenberg: Videodrome (1983)

 

En 1983 llega la película que supone un antes y un después en la filmografía de David Cronenberg: Videodrome. Es su cima, es donde alcanza el summum de su carrera, pues no ha hecho nada que se le parezca. Es su obra maestra (de todas las que tiene, ya que tiene varias, pero esta es probablemente la que más alto se encuentra), y además es también la película en la que el propio director opina que ya ha realizado todo cuanto quería realizar, siendo esta una de las razones que le llevan a justificar que en su siguiente película (La zona muerta) no la haga con un guion escrito por él mismo, sino que sea con material ajeno. Por si fuera poco, es nada menos que alguien tan potente como Universal quien le produce la película... lo cual quedó claro que no era algo conveniente, porque según palabras de Cronenberg, no entendieron la película debido a lo conservadores que eran, y solamente la tuvieron en exhibición una semana. Con eso, obviamente, la película no tuvo éxito.

10 de septiembre de 2022

David Cronenberg: Scanners (1981)

 

La unión de mentes es algo aterrador, fascinante

Kim Obrist -Jenniver O'Neill- en Scanners

Ya tras el estreno de la película que nos ocupa, Scanners (al que en el título en castellano se le añade eso de “su sólo pensamiento puede matar”), David Cronenberg alegaba que esta película era menos personal, menos íntima. Quizá porque ya tenía un buen presupuesto, o quizá porque resultó ser muy popular y exitosa, cosa que sí ponía contento a Cronenberg ya que fue la película que le hizo conocido y reconocido para muchos críticos de Estados Unidos (además, ese éxito género varias secuelas, en las que Cronenberg ya no tuvo nada que ver), o quizá también porque en según qué términos, tampoco narraba temas relacionados con la Nueva Carne, aunque como veremos luego, en cierta manera sí los sigue tratando... De todas maneras, a pesar de lo que el propio director dijera, le quedó una estupenda película, con muchos más puntos a favor que en contra, y con uno de los momentos más recordados e icónicos dentro del cine fantástico de toda la historia. Hablo, cómo no, de esa cabeza estallando.

David Cronenberg: Cromosoma 3 (1979)

En el instituto Somafree, el doctor Raglan realiza con sus pacientes lo que denomina “terapia psicoplásmica”, un tratamiento que pretende analizar los problemas mentales en base a cómo se encuentre el cuerpo. Cuando Frank Carvert, con su mujer ingresada en el instituto debido a su demencia, encuentra que su hija tiene indicios de haber sido maltratada o golpeada, empiezan a aparecer unos extraños niños malformados que, muy violentamente, matan a algunas personas.

De nuevo en una película de David Cronenberg tenemos un centro y un doctor regentándolo, siendo los desencadenantes de la historia. Ahora sí, a un nivel indudable y totalmente reconocible, llega al cine de David Cronenberg la Nueva Carne, y lo hace para quedarse. Esos estudios psicoplásmicos de Raglan lo que provocan es que la ira acabe haciendo aparecer a esos pequeños asesinos, descubriendo su verdadero origen al final de la película, de una forma espeluznante en un momento en el que las malformaciones en el cuerpo hacen aparición, así como líquido amniótico, mucha sangre, y con una actriz Samantha Eggar espectacular e inolvidable. Icónica.

9 de septiembre de 2022

David Cronenberg: Fast Company / Tensión en el circuito (1979)

 

El drag racing es un formato de carreras de coches donde compiten dos pilotos por ver quién hace en el menor tiempo posible un recorrido muy corto en línea recta. Todo eso con unos coches muy extravagantes (“funny cars”) que hacen mucho ruido y tienen explosiones de combustible y sacan fuego por los tubos de escape, o por donde quiera que salga el fuego en esos mecanismos.

Sobre esto va la película más extraña dentro de la filmografía de David Cronenberg, a quien siempre le ha gustado muchísimo lo relacionado con el automovilismo y las carreras. Y digo que es extraña básicamente porque no casa con el tipo de cine y con los elementos a los que ya se había habituado tras cuatro trabajos, y con los que seguirá trabajando durante casi todo el resto de su filmografía. Hasta hace unos años era además su película más desconocida, aparte de por lo comentado, también porque tuvo muy mala distribución. En esta ocasión Cronenberg sólo dirige y coescribe el guion junto a otras dos personas.

David Cronenberg: Rabia (1977)

 

Tras Vinieron de dentro de... David Cronenberg realiza una película con ciertas similitudes: Rabia. En esta nueva película, también de infectados, los que portan la enfermedad no parecen tener apetito sexual, sólo ansias de comer y de matar. En cambio sí lo tiene la protagonista y “paciente cero” de toda la expansión de la enfermedad. El origen de todo es porque esta chica, llamada Rose e interpretada por Marilyn Chambers (ya por aquel entonces una actriz muy conocida en el mundo del porno), es operada de urgencia en una clínica de cirugía plástica tras un terrible accidente de moto. El doctor Keloid, dueño de la clínica, aprovecha para utilizar a Rose como conejillo de indias para probar unos injertos novedosos, que como efectos secundarios pueden resultar cancerígenos... En el caso de Rose no producen eso, sino que lo que le provocan es que una especie de aguijón fálico le surja de la axila, dispuesto a saciar su lujuria, su sed de sangre, de carne.

David Cronenberg: Vinieron de dentro de... (1975)

 

En 1975 David Cronenberg realiza la película por la que ya será conocido por todo el mundo. A diferencia de Stereo y Crimes of the future, en Vinieron de dentro de... tiene más dinero, más tiempo de rodaje (aunque tampoco demasiado: quince días) y un equipo de rodaje también más amplio. El resultado, aun habiendo en los dos trabajos anteriores ciertas ideas muy interesantes que supo llevar y utilizar bastante bien, es un salto cualitativo importante en la filmografía del canadiense. Ahora sí, aparece de verdad el “body horror”, el “horror parasitario”, el “horror venéreo”, el “horror biológico”... Términos cien por cien cronenbergianos, definitorios de la Nueva Carne, que marcarán y estarán presentes en toda la carrera del director.

8 de septiembre de 2022

David Cronenberg: Crimes of the Future (1970)

 

Un año después de su primer largometraje, Cronenberg vuelve a lo experimental, continuando en el formato de los 35 mm pero esta vez en color, y manteniendo una duración parecida. Crimes of the future es una obra de nuevo extraña, con el director canadiense continuando con la exploración de ciertos caminos por los que será recordado y alabado.

Al igual que en Stereo, en esta película escuchamos una voz en off que nos va contando cómo debido al abuso de ciertos productos cosméticos, todas las mujeres empiezan a verse afectadas de forma trágica. Con esto, el narrador va contándonos una historia donde hay científicos locos, sectas, pedófilos... Una cosa muy loca que, aparte de la voz en off y de unos silencios muy largos, contiene ciertos sonidos (muchos de ellos recogidos del fondo marino, y otros generados electrónicamente) con los que Cronenberg juega, desincronizándolos y creando una atmósfera malsana que conforma una experiencia bastante turbadora. En el caso de Crimes of the future, la mezcla resultante en varios momentos parece estar mostrando al espectador una película casera de Super 8, o, yendo más lejos, una película muda. ¿Será casual, o quizá deliberado, el parecido del abrigo que lleva el protagonista de la película con el que llevaba el vampiro del Nosferatu de Murnau? Y respecto a las vestimentas, en un momento dado se ve a una especie de cirujano vistiendo una bata roja, del mismo estilo de lo que se vería años más tarde en Inseparables (1988).

David Cronenberg: Stereo (1969)


Seis personajes son reunidos en un instituto de parapsicología canadiense para ser cobayas en un experimento que intentará analizar la relación entre la telepatía y el erotismo o el deseo sexual. Todo ello unido a drogas y a alguna explosión de violencia hará que el doctor encargado de esto, Stringfellow (un personaje al que nunca se ve y del que poco se sabe... es decir, un científico loco en toda regla) sea capaz de sacar sus propias conclusiones. El espectador asistirá a la narración (con voz en off continua) de los hechos que en aquel estudio sucedieron.

Si bien la película cuenta un experimento muy peculiar, la película también es tal. David Cronenberg en su primera película abraza el cine experimental, pero dejando ver, en principio algo por encima (pues ya tendrá años para profundizar en ello) esos temas que tanto nos gustan a los aficionados a su cine: Organismos, sexo, temas de la mente. Biología, ciencia, carne, anatomía, fisicidad...