Con Session 9 (2001) y El maquinista (2004), el director Brad Anderson se convirtió en una persona muy a tener en cuenta dentro del cine de género. El tema es que producciones posteriores como Transsiberian (2008), Vanishing on 7th Street (2010) o La última llamada (2013) ya hicieron torcer el morro a muchos de sus fans, y con ello Anderson fue quedando en un discreto segundo plano... Lo bueno es que de una u otra forma, este director ha seguido realizando sus producciones, pequeñas por lo general, ya sean de género o cercanas al thriller, y es por ello por lo que Sitges, aprovechando el estreno de su película Blood de Bran Anderson, ha decidido entregarle uno de sus premios: La Màquina del temps.
Me da la impresión de que Anderson es consciente de eso que he dicho en el párrafo anterior, y un premio como este o cualquiera que se le pueda entregar, cómo no, lo agradece sobremanera. Además, me pareció un tipo simpático, correcto y atento. Punto a favor, sin duda.
A continuación, el vídeo de homenaje que el festival de Sitges preparó sobre la carrera del director:
Otra cosa es su película... Blood de Brad Anderson es una película vampírica que deja bastante que desear y que no aporta nada nuevo a este tipo de historias. Deja frío y no está contada con demasiado pulso, casi podría decirse que va a piñón fijo, y eso hace que la película deje de interesar y se olvide fácilmente.
A pesar de todo, al menos por estos lares, seguiremos teniendo en cuenta las películas de Brad Anderson.
Aquí el vídeo de Brad Anderson recogiendo el premio:
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