Silba. Y sé feliz. [Cine, literatura, humor, arte, cultura...]
24 de septiembre de 2021
Zinemaldia 2021 - Quién lo impide (Jonás Trueba)
SECCIÓN OFICIAL A CONCURSO
Hace cinco años el director Jonás Trueba quiso realizar un experimento, un proyecto que abarcara más de lo estrictamente cinematográfico. Se titulaba Quién lo impide y consistía en trabajar con unos cuantos adolescentes para ver, aprender y mostrar sus inquietudes de cara a su presente y por supuesto, al futuro. Tras aquel experimento, Trueba vuelve a la carga con estos chavales y presenta una de las películas más sorprendentes de esta edición del Zinemaldia. Una película de tres horas y cuarenta minutos de duración donde seguimos viendo a los mismos actores con sus historias, sus relaciones y sus amoríos, pero con un grado mayor de madurez (el que les han dado estos cinco años).
Lo primero que llama la atención, claro, es la duración. De hecho incluso en la propia película, al inicio, hay coñas entre los chicos acerca de la misma y cómo se lo cuenta Jonás Trueba. Los espectadores nos hacemos cómplices de ellos al compartir sus mismas reacciones, sabiendo cuánto dura todo esto. Pero no importa, Jonás Trueba también aclara al inicio que habrá dos intermedios de cinco minutos en determinados momentos, para aligerarlo todo. Ciertamente, eso es lo que sucede. En cada intermedio uno puede ir al baño, charlar con quién esté al lado, estirar las piernas, refugiarse en su propia butaca... Es una idea fantástica que hace todo más llevadero y convirtiéndolo en una experiencia podría decirse que inmersiva. De hecho, en la rueda de prensa que se ha dado de la película, alguien comentó al director que esos intermedios casi parecen una especie de happening, cosa que le ha divertido conocer, pues aunque quizá no había pensado en eso, es algo que le viene fantásticamente bien a la peli. A pesar de su duración, no logra aburrir porque está todo muy bien medido.
Contracorriente. Cambio. Complicada. Expresiva. Reinventar. Milagro. Novedoso. Pifostio. Así definen los jóvenes protagonistas a su propia generación. Y todo eso es lo que se ve en la peli, porque les vemos pasar por todo tipo de sentimientos y reflexiones, debates, alegrías, penas... Siempre mezclando esa realidad y esa ficción en la que nos ha querido meter Jonás Trueba con ellos. Una mezcla que se les hacía difícil separar a los actores, pues aun siendo conscientes de que ciertos trozos muy evidentes son ficcionados (quizá esta sea la gran pega de la peli, que se notan esos trozos en los que están actuando), ellos mismos logran dar con el punto justo para que en realidad sea a ellos mismos a quienes veamos. El juego que se consigue es fantástico.
El cine de Jonás Trueba es muy característico y reconocible. Y esta película no iba a ser menos, pues tiene ciertos pasajes donde vemos a alguna de las parejas que se forman entre los jóvenes pasear por Madrid, o por un pueblo, mientras van hablando sobre lo que son ellos y sobre su relación, escuchando sus pensamientos. Es sin duda un cine muy autoral, interesante e inteligente, que se mantiene fiel a sí mismo y a una forma de expresar este arte que, como digo, se reconoce a la primera. Y además en esta ocasión, se puede añadir el adjetivo de "arriesgado", porque la propuesta lo es, y mucho. Este tipo de cine lo hace también gente de la misma generación que Trueba, como el que hacen por ejemplo cineastas como Javier Rebollo, Meritxell Colell, Félix Viscarret, Carla Simón... Cineastas que aunque quizá algunos no tengan puntos en común con lo que hace Trueba, él los siente cerca y sabe que hacen un cine muy personal, al igual que él. Un amor al cine lejos de los estándares que siempre es de agradecer.
Quién lo impide es una "película río" con muchos méritos, encabezándolos sin duda ese que logra que no se haga pesado lo que se ve, declarándose en palabras del director como una película impulsiva o "bruta", al ir a lo loco en algunos momentos (a pesar de tener repeticiones de tomas, claro, es una película), pero teniendo todo muy bien pensado y definido. Es un canto al futuro de esta generación, teniendo en cuenta su presente, el de esta juventud a la que muchas veces no se tiene en cuenta y que no desea más que ser escuchada, gritando cuando toca y forjando las bases para intentar cambiar todo aquello que les viene predefinido socialmente. ¿Quién lo impide? Nadie lo impide.
Una de las mejores películas vistas este año en la Sección Oficial (y en el Festival).
PD: Jonás Trueba ya presentó en 2016 una película a concurso en el Festival. Se trata de La reconquista, donde además ya participaron algunos de los actores que aquí vemos (Candela Recio y Pablo Hoyos, por ejemplo) y puedes leer lo que escribí sobre ella aquí: Zinemaldia 2016: 'La reconquista', de Jonás Trueba
¡Extra, extra!
Unas cuantas imágenes y un par de vídeos de la rueda de prensa y de la alfombra roja de la película, con Jonás Trueba y los jóvenes protagonistas:
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