La sección Perlak del Zinemaldia estaba hasta hace unos años integrada en la de Zabaltegi, hasta que cogió suficiente entidad como para independizarse. Esta sección empezó llamándose Perlas de otros festivales, para luego ser Perlas, y finalmente con su denominación en euskera, Perlak. Aquí se pueden ver películas que han pasado por otros festivales y que han sido premiadas, o simplemente aclamadas por la crítica o con un cierto interés. Con esto, llegan películas de Cannes, Berlín, Venecia, Sundance, Rotterdam... en definitiva, festivales muy importantes a nivel mundial.
Este año he podido ver ocho "perlículas", así que, al igual que hice con la Sección Oficial, voy a comentar brevemente cada una de ellas, y si de alguna ya he hablado en artículos anteriores, pondré simplemente el enlace correspondiente.
Nuevo orden (Michel Franco). Película mexicana que empieza con un suspense máximo. Asistimos a una boda de gente de clase alta y sabemos que más allá de sus muros, en las calles, está pasando algo. No se sabe qué, pero es algo gordo. Poco a poco una serie de sucesos nos enseñará qué es, y no pintará nada bien para esa gente de la boda. Lucha de clases y el poder más rastrero (tener poder te hace rastrero) en primer plano que aunque pierde un poco de fuelle en su segunda mitad, todo su inicio es una pasada, terminando por dejarte helado en la butaca.
The father (Florian Zeller). Película sobre el alzheimer, tratado de una forma muy curiosa: lo hace desde el punto de vista de la cabeza de quien sufre esta terrible enfermedad. Con un plantel de actores británicos inmejorable, encabezados por Anthony Hopkins y Olivia Colman, puede parecer que a veces roza ese límite tan temido que la calificaría despectivamente como "telefilme". Pero salva los muebles gracias a sus actores y a un guión que te hace sentirte como se siente el protagonista, con un trozo final muy bueno que, casi seguro, te llegará al corazón.
ADN (Maïwenn). Película que cuenta cómo una mujer quiere conocer sus orígenes genéticos y genealógicos, a raíz de la muerte de su abuelo argelino. Mientras busca esos orígenes, vemos su relación con el resto de su familia, comprobando que no es demasiado buena o fluida. Se trata de una película donde los personajes hablan mucho, para llegar a un punto al que se podía haber llegado bastante antes y que no termina de interesar demasiado. Rodada anodinamente, como queriendo dar único interés a lo que se cuenta de "encontrarse a sí misma" o "siempre tenemos que mirar atrás para saber hacia dónde queremos ir"... Película poco o nada interesante.
Wife of a spy (Kiyoshi Kurosawa). Una de las películas más clásicas, en el sentido más cinematográfico de la palabra, del Festival. No sólo por la historia (espionaje y romance en el Japón inmediatamente previo a su entrada en la Segunda Guerra Mundial), sino por la forma de narrar todo. Kurosawa, más asociado quizá al cine de terror, mueve elegantemente la cámara, ayudada por una fotografía que claramente es digital, pero que plasma muy bien todo en cuanto a decorados, vestuarios, etcétera. Lo dicho: pura elegancia... hasta que llega su epílogo. Una pena porque se rompe ese clasicismo que tan bien le quedaba y hace que eso lastre un poquito el gran conjunto de la película.
Herself (Phyllida Lloyd). Ver esto anima mucho al público. Es una película de buen rollo, de esas de "si te caes al suelo siete veces, te levantas ocho". Y si eres mujer, con más razón: Te levantarás las veces que hagan falta, pues nadie te va a arruinar la vida, por mucho que se empeñe. Siempre habrá gente buena por ahí que te ayudará en todo momento. La gran pega es precisamente la gente buena de la película: muchos personajes aparecen porque sí, se prestan a todo para ayudar a la protagonista porque sí, y todo pasa porque sí, porque esto es una peli de buen rollo. Estupenda actuación de la protagonista Clare Dunne (también guionista) y dirección normalita de la responsable de Mamma Mia (2008) y La dama de hierro (2011).
Miss Marx (Susanna Nicchiarelli).
Ver reseña de la película.
Nam-mae wui yeo-reum-bam / Moving on (Yoon Dan-Bi). Estupenda película, también de esas de buen rollo, pero contada de una forma que parece que no pasa nada. Pero sí pasa, vaya que sí. La historia de un padre y sus dos hijos (uno de unos siete años y una adolescente) que van un verano a casa del abuelo a vivir. Ahí iremos viendo la relación entre todos ellos, y de la hermana del padre (que se une a la familia), de una forma muy tierna y sensible, muy pausadamente pero de forma agradable. Te emocionas y te ríes con los protagonistas (sobre todo con los bailes locos del niño), te llega al corazón. Pasan cosas, sí pasan. Pasa la vida. Una de las sorpresas del Festival.
Never Rarely Sometimes Always (Eliza Hittman). Una joven de diecisiete años se queda embarazada y ante los temores iniciales decide que quiere abortar. Se nos contará la historia de la chica buscando la forma de hacerlo lo más discretamente posible. Lo mejor es ver qué tipo de sitios hay en Estados Unidos encargándose de estas cosas, y qué gestiones se necesitan dependiendo de dónde vivas o dónde acudas. Aunque no termina de engancharme la búsqueda que realiza la protagonista (no lo hace mal la actriz Sydney Flanigan), la película tiene un halo triste, precisamente como la mirada de la protagonista (recalcada en el cartel), sí que tiene determinados momentos interesantes y quizá hasta sobrecogedores.
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