Come, reza, ama (Ryan Murphy)
Autoayuda y postales. Así es como yo veo esta película, protagonizada por Julia Roberts (flamante Premio Donostia 2010), Javier Bardem y Richard Jenkins.
Una mujer con los cuarenta ya bien cumplidos y en principio casada felizmente se da cuenta de que no sabe qué es lo que quiere exactamente en la vida, ni siquiera sabe qué tiene. Y decide que quiere descubrirlo, descubrirse a sí misma, ya sea dejando atrás su actual situación y teniendo nuevas relaciones, o viajando, algo que siempre quiso hacer.
Si una cosa no funciona, pues a por otra. El personaje de Julia Roberts, basado en Elizabeth Gilbert, autora del libro homónimo, viaja primero a Italia, y allí, además de aprender el idioma y encontrar buenos amigos, descubre la comida italiana, la forma de comportarse de los italianos (o de no comportarse, con el famoso dolce far niente), algo totalmente diferente a lo que ella conocía hasta ese momento. Un mundo aparentemente nuevo. Sí, hay vida más allá de Estados Unidos. ¡Y menuda vida! Algo así piensa Liz, el personaje principal.
Pero también viaja a Indonesia, para rezar y meditar, para intentar descubrir el sentido de la vida, que quizá lo encuentre, o quizá no… pero por lo pronto conocerá a nuevos personajes como por ejemplo Richard Jenkins (quien realiza probablemente uno de los mejores momentos, si no el mejor, de toda la película. Jenkins tenía que ser) o Javier Bardem.
Bardem hizo de latin lover en Vicky, Cristina, Barcelona, y aquí compone un personaje parecido, aunque sin ser tan estereotípico como aquel. Esperemos que no se le encasille en este tipo de papeles porque sabemos que el actor puede con cualquier cosa que le echen, sin duda.
Toda la película es como un libro de autoayuda. Consiste en averiguar qué hay que hacer para ser feliz y estar en paz con uno mismo y con el mundo. Puedes buscar esa paz comiendo, rezando, amando, o juntando todos esos elementos, pero hay que ser feliz y tomar decisiones en la vida, sin miedo a las consecuencias.
Además, como la protagonista viaja mucho, evidentemente aparecen las zonas más turísticas y típicas de los lugares que visita, con lo cual es una sucesión de postales que a veces se hace interminable, acompañada de música autóctona.
Ryan Murphy, el director, nos muestra un drama muy irregular, con algún toque que otro de comedia pero sin lograr que el espectador empatice con todo lo que está viendo. Al menos el espectador masculino, ya que da la impresión de que es una película “para mujeres”. En ciertos aspectos podría recordar a las películas de George Cukor y a sus actrices, o incluso en la parte italiana, a la magnífica Locuras de verano de David Lean. Pero no nos engañemos. Aunque durante una buena parte se asista a una película correcta, sin demasiados malabarismos ni artificios (salvo algunos planos aéreos que se permite hacer el realizador, sin venir a cuento), llega un momento en el que empieza la cuesta abajo, y sin frenos. A partir de ahí la película aburre y se hace tremendamente larga (duración: dos horas y veinte minutos), haciendo desear que el personaje principal actúe de una forma o de otra, pero que actúe.
Respecto al guión, me ha parecido bastante malo, y citaré una de las razones que me hacen tener esa opinión: Si un personaje cuenta el porqué de su situación, o parte de su pasado, lo que no se quiere es que en la siguiente secuencia, en un escenario diferente, se repita lo que se acaba de contar. Se hace todo muy redundante. Y el tema es que eso lo hacen, como mínimo, un par de veces en todo el filme.
Si tuviera que mencionar las cosas salvables de la película, serían los bellos parajes que salen durante toda la película, la moraleja final de la historia (no olvidemos que es una película que se podría decir de autoayuda), algunos momentos de Julia Roberts en los que no lo hace nada mal (a pesar de estar en muchos momentos un poco histriónica) y por supuesto Richard Jenkins y su momento estrella que tiene que ya mencioné unos párrafos más arriba.
Un 3 (rondando el 2).
Una mujer con los cuarenta ya bien cumplidos y en principio casada felizmente se da cuenta de que no sabe qué es lo que quiere exactamente en la vida, ni siquiera sabe qué tiene. Y decide que quiere descubrirlo, descubrirse a sí misma, ya sea dejando atrás su actual situación y teniendo nuevas relaciones, o viajando, algo que siempre quiso hacer.
Si una cosa no funciona, pues a por otra. El personaje de Julia Roberts, basado en Elizabeth Gilbert, autora del libro homónimo, viaja primero a Italia, y allí, además de aprender el idioma y encontrar buenos amigos, descubre la comida italiana, la forma de comportarse de los italianos (o de no comportarse, con el famoso dolce far niente), algo totalmente diferente a lo que ella conocía hasta ese momento. Un mundo aparentemente nuevo. Sí, hay vida más allá de Estados Unidos. ¡Y menuda vida! Algo así piensa Liz, el personaje principal.
Pero también viaja a Indonesia, para rezar y meditar, para intentar descubrir el sentido de la vida, que quizá lo encuentre, o quizá no… pero por lo pronto conocerá a nuevos personajes como por ejemplo Richard Jenkins (quien realiza probablemente uno de los mejores momentos, si no el mejor, de toda la película. Jenkins tenía que ser) o Javier Bardem.
Bardem hizo de latin lover en Vicky, Cristina, Barcelona, y aquí compone un personaje parecido, aunque sin ser tan estereotípico como aquel. Esperemos que no se le encasille en este tipo de papeles porque sabemos que el actor puede con cualquier cosa que le echen, sin duda.
Toda la película es como un libro de autoayuda. Consiste en averiguar qué hay que hacer para ser feliz y estar en paz con uno mismo y con el mundo. Puedes buscar esa paz comiendo, rezando, amando, o juntando todos esos elementos, pero hay que ser feliz y tomar decisiones en la vida, sin miedo a las consecuencias.
Además, como la protagonista viaja mucho, evidentemente aparecen las zonas más turísticas y típicas de los lugares que visita, con lo cual es una sucesión de postales que a veces se hace interminable, acompañada de música autóctona.
Ryan Murphy, el director, nos muestra un drama muy irregular, con algún toque que otro de comedia pero sin lograr que el espectador empatice con todo lo que está viendo. Al menos el espectador masculino, ya que da la impresión de que es una película “para mujeres”. En ciertos aspectos podría recordar a las películas de George Cukor y a sus actrices, o incluso en la parte italiana, a la magnífica Locuras de verano de David Lean. Pero no nos engañemos. Aunque durante una buena parte se asista a una película correcta, sin demasiados malabarismos ni artificios (salvo algunos planos aéreos que se permite hacer el realizador, sin venir a cuento), llega un momento en el que empieza la cuesta abajo, y sin frenos. A partir de ahí la película aburre y se hace tremendamente larga (duración: dos horas y veinte minutos), haciendo desear que el personaje principal actúe de una forma o de otra, pero que actúe.
Respecto al guión, me ha parecido bastante malo, y citaré una de las razones que me hacen tener esa opinión: Si un personaje cuenta el porqué de su situación, o parte de su pasado, lo que no se quiere es que en la siguiente secuencia, en un escenario diferente, se repita lo que se acaba de contar. Se hace todo muy redundante. Y el tema es que eso lo hacen, como mínimo, un par de veces en todo el filme.
Si tuviera que mencionar las cosas salvables de la película, serían los bellos parajes que salen durante toda la película, la moraleja final de la historia (no olvidemos que es una película que se podría decir de autoayuda), algunos momentos de Julia Roberts en los que no lo hace nada mal (a pesar de estar en muchos momentos un poco histriónica) y por supuesto Richard Jenkins y su momento estrella que tiene que ya mencioné unos párrafos más arriba.
Un 3 (rondando el 2).
me aburrio tu critica... es muy largaaaaaaa
ResponderEliminarGracias por leerla de todas formas, Anónimo, seas quien seas. Qué se le va a hacer. Unas veces me quedo corto, otras me paso...
ResponderEliminarPuede que estés en lo cierto, no lo sé, pero lo que sí sé seguro es que la película de "Come, reza, ama" sí que es largaaaaaaa.
Un saludo.