Sección oficial a concurso
Senderos de gloria de Kubrick y Salvar al soldado Ryan de Spielberg. Los primeros minutos de la película china City of life and death recuerdan a estos dos grandes referentes del cine bélico. Lu Chuan dirige una película antibelicista brutal, en la que no da tregua al espectador en ningún momento, especialmente en su primera hora. Se muestra la guerra como lo que es: una completa barbaridad y un sinsentido. Pasada esa primera hora el ritmo se ralentiza ligeramente pero manteniendo la misma capacidad de estremecer al espectador con las atrocidades que está contemplando.
El filme cuenta la invasión de las tropas japonesas a la ciudad de Nanjing a finales de los años treinta durante la guerra chino-japonesa (entre 1937 y 1945). Relata unos hechos que, por lo visto y a día de hoy, muchos japoneses niegan que hayan ocurrido, lo cual hace más estremecedor todo lo que se cuenta. En sólo aquella batalla por la ciudad hubo 300.000 muertos, a quienes está dedicada la película.
Antes he comentado que a partir de la segunda hora el ritmo se ralentiza (una de las pegas que le pongo es que me resultó un tanto larga, sin serlo excesivamente, ya que son 130 minutos aproximadamente), donde podremos ver con más detalle a los personajes en los que se centra: un niño de unos ocho años del bando de los chinos y un soldado japonés del que se aprecian en algunos momentos ciertos toques de humanidad, dando así a entender el director que dentro de la propia barbarie, de quienes la cometen, puede existir algo de compasión, aportando a las víctimas algo de esperanza, aunque sea mínima. Por cierto que la película está rodada en blanco y negro por decisión del director para respetar la memoria de las víctimas de la batalla, no quería que se viera la sangre por esa razón.
City of life and death ha obtenido muchas críticas en su país de origen debido a que muestra que algunos soldados japoneses no eran tan bestias como se podía imaginar, le han criticado duramente al director por haberles humanizado. Aunque por lo general, la película ha sido aceptada mayoritariamente.
Una película altamente recomendable que para mi gusto se encuentra entre mis favoritas del Zinemaldi, especialmente en sus opciones a mejor director, o quizá algún premio especial del jurado, precisamente por el gran discurso en contra de la guerra que realiza. Son muchas imágenes duras las que se ven, de estas que a uno le hacen llevarse las manos a la cabeza y pensar que como es posible que haya personas que cometan semejantes actos tan brutales contra otras personas. Matar por matar, la locura de la guerra. Un tipo de películas necesario, más allá del entretenimiento.
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Senderos de gloria de Kubrick y Salvar al soldado Ryan de Spielberg. Los primeros minutos de la película china City of life and death recuerdan a estos dos grandes referentes del cine bélico. Lu Chuan dirige una película antibelicista brutal, en la que no da tregua al espectador en ningún momento, especialmente en su primera hora. Se muestra la guerra como lo que es: una completa barbaridad y un sinsentido. Pasada esa primera hora el ritmo se ralentiza ligeramente pero manteniendo la misma capacidad de estremecer al espectador con las atrocidades que está contemplando.
El filme cuenta la invasión de las tropas japonesas a la ciudad de Nanjing a finales de los años treinta durante la guerra chino-japonesa (entre 1937 y 1945). Relata unos hechos que, por lo visto y a día de hoy, muchos japoneses niegan que hayan ocurrido, lo cual hace más estremecedor todo lo que se cuenta. En sólo aquella batalla por la ciudad hubo 300.000 muertos, a quienes está dedicada la película.
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Antes he comentado que a partir de la segunda hora el ritmo se ralentiza (una de las pegas que le pongo es que me resultó un tanto larga, sin serlo excesivamente, ya que son 130 minutos aproximadamente), donde podremos ver con más detalle a los personajes en los que se centra: un niño de unos ocho años del bando de los chinos y un soldado japonés del que se aprecian en algunos momentos ciertos toques de humanidad, dando así a entender el director que dentro de la propia barbarie, de quienes la cometen, puede existir algo de compasión, aportando a las víctimas algo de esperanza, aunque sea mínima. Por cierto que la película está rodada en blanco y negro por decisión del director para respetar la memoria de las víctimas de la batalla, no quería que se viera la sangre por esa razón.
City of life and death ha obtenido muchas críticas en su país de origen debido a que muestra que algunos soldados japoneses no eran tan bestias como se podía imaginar, le han criticado duramente al director por haberles humanizado. Aunque por lo general, la película ha sido aceptada mayoritariamente.
Una película altamente recomendable que para mi gusto se encuentra entre mis favoritas del Zinemaldi, especialmente en sus opciones a mejor director, o quizá algún premio especial del jurado, precisamente por el gran discurso en contra de la guerra que realiza. Son muchas imágenes duras las que se ven, de estas que a uno le hacen llevarse las manos a la cabeza y pensar que como es posible que haya personas que cometan semejantes actos tan brutales contra otras personas. Matar por matar, la locura de la guerra. Un tipo de películas necesario, más allá del entretenimiento.
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