Minna es una trapichera a la que echan de su casa por no pagar el alquiler. Para obtener dinero, hace unos chanchullos con otra gente y se lleva la pasta, lo cual la meterá en una serie de problemas importantes que pondrán en serio peligro su vida.
Suecia, bajos fondos
Los países escandinavos en los últimos años de brutal crisis económica mundial, han resistido bien económicamente. Con sus políticas sociales (entre otras cosas), el golpe mundial parece haber sido menos fuerte allí... ¿Seguro? Viendo películas como Tjuvheder / Drifters, uno no puede hacer menos que poner todo eso en duda. En la película se ven ambientes y gente muy turbia a la que claramente estos tiempos no han hecho ningún favor: yonkis, trapicheros, ladrones, sin techo, delincuentes de toda índole... Ambientes que asustan. Pero a la vez, que atraen, pues involuntariamente se convierte todo en algo muy cinematográfico.
El director Peter Grönlund presenta su primer largometraje en la sección Nuev@s Director@s del Zinemaldi (su trabajo anterior se remite a tres cortometrajes) y ha resultado ser una grata sorpresa, todo un descubrimiento de esos con los que da gusto toparse en esta sección.
La primera parte de la película tiene un aire casi documental, donde nos ponemos, y de qué manera, en situación. A través de la protagonista Minna (Malin Levanon, musa del director) vamos recorriendo las calles de la ciudad y conociendo a esos personajes sin nada que perder (salvo la vida), así como esos albergues sociales y campamentos donde se hospedan y tratan de sobrevivir como malamente pueden. Viendo esas imágenes a uno realmente se le ponen los pelos de punta.
Después de haber visto y conocido todo ese submundo (o quizá no tan "sub"), nos sumergimos aún más en los bajísimos fondos. De lleno. Empieza otro tipo de película que ya se iba apuntando con anterioridad: un thriller en el que la protagonista debe sobrevivir, así como hacer que gente a la que aprecia no corra peligro, aunque a veces eso no sea su prioridad. Eso sí, seguimos viendo pasar delante nuestro toda una amalgama de personajes secundarios dignos de recordar. Mención especial merece el jefe de la gente que persigue a Minna para recuperar su dinero: un mastuerzo altísimo con una cicatriz en la mejilla y dientes postizos que asusta muchísimo en cada plano que aparece.
Para acabar, comentaré que viendo esta película en no pocas ocasiones me acordé del primer trabajo del hoy afamado Nicolas Winding Refn, Pusher (1996), que por cierto se proyectó en el Zinemaldi aquel año, en la misma sección que Tjuvheder. El caso es que estamos ante un notable thriller plagado de toques sociales que no dejará indiferente a quien guste de ver una realidad más, diferente a la nuestra, tan acomodada por lo general, una realidad de esas que no nos suelen ofrecer en los telediarios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario