Las voces.
Charlie Kaufman, guionista. Decía ayer que este hombre es el responsable de los guiones de varias joyas del cine de los últimos años: Cómo ser John Malkovich y Adaptation - El ladrón de orquídeas (ambas de Spike Jonze, 1999 y 2002, respectivamente), así como de ¡Olvídate de mí! (Michel Gondry, 2004). Más tarde se puso a dirigir y su debut fue con Synecdoche, New York (2008). Pero es con las otras películas mencionadas por las que siempre es recordado. Ahora vuelve tras las cámaras dirigiendo Anomalisa (2015), valiéndole además el Gran Premio del Jurado en el reciente Festival de Venecia. Eso sí, no lo hace en solitario, pues la dirección es a cuatro manos con la ayuda de Duke Johnson, quien debuta en el largometraje tras pasar por cortos y varios episodios de series para televisión. Kaufman también ha escrito el guion de la película, eso sí, él solo.
Metámonos en harina, tras el repaso anterior.
¿Qué es Anomalisa? Bajo el punto de vista de quien está escribiendo esto ahora mismo, es una joya de la animación stop motion (captura de movimientos con muñequitos, fotograma a fotograma). Su animación es perfecta y a veces sorprende lo reales que pueden parecer algunos de sus protagonistas, especialmente el principal. No en vano, Duke Johnson es especialista en manejar esta técnica pues sus trabajos anteriores la usan. Vemos, pues, que Kaufman sabe elegir bien a sus compañeros de viaje.
La sencillez de la historia puede quizá lastrar un poco lo original de todo el planteamiento. Pero no nos engañemos, he ahí precisamente lo bueno y lo bonito de la película: su sencillez. La historia que se nos cuenta, en el fondo, no deja de ser nada del otro mundo, pero uno puede llegar a sentir ese desasosiego, compartirlo con el protagonista. Evidentemente y como con tantísimas otras películas o con el arte en sí, si no se conecta con ello, será difícil disfrutarlo.
¿Qué tiene de original Anomalisa? Evidentemente, la técnica. Pero atendiendo al guion, es la historia del personaje, de sus sueños o pesadillas, temores… y por supuesto la de Lisa. Esa Lisa que se sabe de pé a pá la canción Girls just want to have fun de Cindy Lauper, y cualquiera de sus versiones en otros idiomas. Esa Lisa torpe y tímida, introvertida. Esa Lisa diferente del resto. Esa Lisa, con voz propia. Esa Lisa, única.
Qué bonito es cuando se encuentra a alguien así en la vida. O cuando le encuentran a uno. Esa sensación tan maravillosa, tan irrepetible… Poder sentir esa voz, esa dulce diferencia, disfrutarla mientras dure, llena al ser humano. Quizá todo eso dure sólo una noche, o unos meses, o quizá eternamente. Dependerá de uno mismo, o de los dos, nunca lo sabré, comprobar cuándo volverá el dolor, la monotonía. Cuándo desaparecerá esa voz. La voz.
Que la película empiece con una amalgama de voces, que no dicen nada concretamente, y se cierre de la misma forma, me parece una idea absolutamente genial. Así, enseguida nos meteremos de lleno en todo cuanto siente Michael Stone. Además, los muñecos están realizados de forma que no dejemos de sorprendernos con cualquiera de sus movimientos faciales o corporales (especialmente faciales). Son pura naturalidad. Incluso en toda la variedad de personajes que pasan por pantalla, apreciamos que todos, salvo Lisa, son exactamente iguales. Es, pues, otro de los aciertos para comprender lo que vemos. Y hay más: esos toques surrealistas tan fantásticos que gustan a Charlie Kaufman también están presentes. ¿Serán reales? ¿Serán solo sueños? Son esos trozos de los mejores momentos que se ven en la película, junto a otro que no mencionaré y que es una de las cosas más comentadas tras la proyección de la película.
Puntos a favor, pues, tiene unos cuantos, ya desarrollados. Y en contra, también apuntado: es una historia que no deja de ser sencilla pero que si se siente, si se recibe ese toque desasosegante para compartirlo con el protagonista, no se tendrá demasiado en cuenta.
Una joya.
Una joya.
Anexo informativo: Las voces originales de la película son las de David Thewliss (Michael Stone), Jennifer Jason Leigh (Lisa), y Tom Noonan (todos los demás)
Se nota que te ha llegado al alma, EH? A ver cuándo la puedo ver, hoy creo que era el último pase.
ResponderEliminarKaufman tiene un punto surrealista y una especie de ingenuidad que te atrapa. Pero tienes razón, hay que entrar en su mundo para poder disfrutarlo
Me ha llegado, sí... Espero haberlo podido plasmar bien en el texto :)
EliminarMuchas gracias por tu comentario, Lady Loula! y a ver si puedes ver la peli más adelante, que me da que a ti también te gustará!