Hoy estaba en la ciudad nada menos que Jean Pierre Léaud, un actor muy importante dentro del cine europeo, habiendo participado en muchas de las películas de François Truffaut. Presentaba en la Sección Oficial a concurso la película (la última ya de la competición) Le lion est mort ce soir de Nobuhiro Suwa y ahí ha estado el tío hablando casi sin parar... Padece de verborrea, sin duda.
Pero la imagen del día es, para mí, otra bien distinta: Se ha presentado en el Velódromo lo nuevo de Borja Cobeaga, que ha guionizado también junto a Diego San José (como suele ser habitual): Fe de etarras. La imagen que coloco aquí es una que ha provocado, estúpidamente, una polémica que afortunadamente ya ha pasado al haberse impuesto la cordura y el sentido común.
Tras su anterior largometraje, Negociador (2014), que abordaba el tema del terrorismo de ETA desde un punto serio pero sin perder ese toque de mala leche que caracteriza a Cobeaga, éste vuelve a esa temática con una comedia mucho más blanca, más accesible, más para todos los públicos aunque con algún toque que otro más potente. Toques esos que se pierden un poco entre tanta carcajada que genera todo lo demás.
La historia es la de cuatro etarras, a cada cual más variopinto, que se reúnen en un piso franco para preparar un atentado mientras se disputa el Mundial de fútbol de 2010, que la selección española terminó ganando. Es por tanto un buen caldo de cultivo para que el guión contenga un chiste tras otro sobre el "conflicto vasco" y generar situaciones absurdas que cada uno de los cuatro actores protagonistas hará suya, dependiendo de a quién le toque generar la risa.
Estamos ante una "sitcom" al uso, es decir una comedia de situación donde se van sucediendo los gags, los conflictos y sus respectivos desenlaces. Por tanto la estructura del guión es un poco de "sota-caballo-rey". El asunto está en las líneas de guión, ingeniosas en muchas ocasiones, y no tan acertadas (por explotar algunas de las situaciones más de la cuenta para intentar llevarlas al límite) donde, como he dicho más arriba, cada actor, cada cómico (pues eso es lo que son, cómicos de pura cepa) da lo mejor de sí mismo.
Estos cómicos son Miren Ibarguren, etarra fichada y desconfiada, pero con un punto divertido y tierno, especialmente hacia su compañero de "acciones", Gorka Otxoa, quien lo único que quiere es marcharse a Uruguay para pasar desapercibido y poder continuar con la chica a la que ama. Por otro lado, está el etarra de Albacete, uno de los grandísimos aciertos del film, interpretado por Julián López, una auténtica máquina del humor que ya dio el do de pecho humorístico en una de las películas de Cobeaga, No controles (2010), comiéndose con patatas a sus compañeros de reparto cuando él estaba en pantalla. En esta Fe de etarras no es menos y su personaje es de lo mejor que haya podido crear el tándem Cobeaga-San José. El cuarteto de terroristas lo completa Javier Cámara, etarra riojano que tras un suceso ocurrido hace ya unos años sigue convencido de los objetivos de la banda terrorista y de que él puede ser quien los encauce para lograrlos a toda costa.
Otros actores a los que vemos en la película son Ane Gabarain, Josean Bengoetxea y Ramón Barea (fetiche de Cobeaga), teniendo este último bastante importancia en la historia al interpretar a Artetxe, uno de los líderes de la cúpula de ETA en la película.
En cuanto a la dirección de la peli, es un poco lo mismo que lo comentado sobre el guión y su estructura: no destaca especialmente salvo en el sentido de que tiene la peculiaridad de suceder prácticamente toda la película dentro del piso, con lo cual el manejo en espacios pequeños de Cobeaga y su equipo no está mal.
En resumen, uno se lo pasa muy bien con esta comedia que no pretende más que hacer reír, pues eso es lo que hay que saber hacer con ciertos temas y en ciertos momentos. Eso es algo que tanto Borja Cobeaga como Diego San José controlan perfectamente, lo cual a muchos nos hace estar deseando ver su nuevo proyecto.
Ah, la polémica... La absurda polémica sobre el cartel. Ciertos colectivos se sintieron ofendidos con la tremenda pancarta publicitaria colgada en una de las fachadas de un edificio de Donostia. Que si hería a tal, que si ofendía a cual... Cosas que se dicen casi siempre que uno abre la boca con según qué temas o cada vez que uno le da a la tecla en cualquier red social. El caso es que en mi opinión, estos comentarios han venido muy pero que muy bien a la película y a la plataforma que la ha producido, pues era algo que estaba en boca de todo el mundo desde que se colgó la publicidad. Por tanto, ha sido una campaña excelente para el film. La buena noticia es que la denuncia que se lanzó ha sido archivada al no haber indicio de delito. Lo dicho: se impuso el sentido común.
Negociador es estupenda, y soy fan de Cobeaga y San José por ser capaces de lidiar con temas peliagudos con buen humor y sin caer en lo zafio.
ResponderEliminarEso si, lo del cartelón descomunal huele a maniobra publicitaria muy bien estudiada, porque estaba cantado que crearía polémica, y con ella, publicidad añadida.
Feliz clausura, killoooo!!