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Londres, 7 de Julio de 2005. Atentado terrorista islámico. Muertos y desaparecidos. Víctimas mortales y víctimas que sufren la desaparición de sus seres queridos. De esto trata London river, dirigida por Rachid Bouchareb, aunque va mucho más allá, por eso estamos ante una gran película.
La magnífica Brenda Blethyn interpreta a una mujer cuya hija ha desaparecido en el atentado, y al no poder dar con ella de ninguna forma, sus peores temores comienzan a hacerse realidad. Por otro lado vemos a Sotigui Kouyaté (ganador del Oso de Plata al mejor actor en la pasada Berlinale), en el papel de Ousmane, un hombre musulmán que viaja a Londres tras el atentado desde Francia para intentar averiguar qué ha sido de su hijo, al que no ve desde hace muchos años, temiéndose también lo peor. Por azares del destino, siempre tan cruel y caprichoso, estos dos personajes acaban encontrándose y compartiendo una búsqueda que se les hace terrible a cada minuto que pasa.
El guión de London river puede parecer a priori algo sencillo, sin nada especial que contar salvo el drama de los dos personajes protagonistas, pero como he dicho al principio, va más allá, mostrando la evolución de Brenda Blethyn en su forma de pensar y de ver a las personas, así como hacernos pensar en qué es lo que puede hacer que un hombre que no ve a su hijo desde hace muchos años, quiera saber qué ha sido de él, qué razones le mueven para viajar tantos kilómetros para llegar a un punto donde sabe que no le espera nada bueno, además de conocer que no será especialmente bien recibido en un momento como el que viven, debido a la religión que profesa.
Respecto a Brenda Blethyn, ya sabemos que es una grandísima actriz, como se vio, por ejemplo, en Secretos y mentiras (Mike Leigh) o El jardín de la alegría (Nigel Cole), y aquí no es para menos: su actuación llena de matices y de sentimientos transmite todo el dolor que tiene una madre que puede haber perdido a su hija. Sotigui Kouyaté realiza también una interpretación potente, de las que dejan huella. Con muy pocas frases en toda la película, su forma de mirar y de comunicarse también hacen ver la incertidumbre y el arrepentimiento que carga desde hace tanto tiempo al no haber estado en contacto con su hijo.
La forma en que Rachid Bouchareb dirige la película no es para echar cohetes, pero la película en su conjunto, apoyándose prácticamente en sus actores protagonistas y en el guión, fomentan la reflexión sobre este tipo de actos bárbaros como son los atentados terroristas, enseñándonos que nunca hay causas lo suficientemente justificadas para ello, y que al final, como siempre, lo único que queda es el dolor de las víctimas y de la gente que les quería. Un dolor que une, superando barreras étnicas o religiosas, ya sea en Londres, en Francia, o en Tombuctú.
Un 8.
La magnífica Brenda Blethyn interpreta a una mujer cuya hija ha desaparecido en el atentado, y al no poder dar con ella de ninguna forma, sus peores temores comienzan a hacerse realidad. Por otro lado vemos a Sotigui Kouyaté (ganador del Oso de Plata al mejor actor en la pasada Berlinale), en el papel de Ousmane, un hombre musulmán que viaja a Londres tras el atentado desde Francia para intentar averiguar qué ha sido de su hijo, al que no ve desde hace muchos años, temiéndose también lo peor. Por azares del destino, siempre tan cruel y caprichoso, estos dos personajes acaban encontrándose y compartiendo una búsqueda que se les hace terrible a cada minuto que pasa.
El guión de London river puede parecer a priori algo sencillo, sin nada especial que contar salvo el drama de los dos personajes protagonistas, pero como he dicho al principio, va más allá, mostrando la evolución de Brenda Blethyn en su forma de pensar y de ver a las personas, así como hacernos pensar en qué es lo que puede hacer que un hombre que no ve a su hijo desde hace muchos años, quiera saber qué ha sido de él, qué razones le mueven para viajar tantos kilómetros para llegar a un punto donde sabe que no le espera nada bueno, además de conocer que no será especialmente bien recibido en un momento como el que viven, debido a la religión que profesa.
Respecto a Brenda Blethyn, ya sabemos que es una grandísima actriz, como se vio, por ejemplo, en Secretos y mentiras (Mike Leigh) o El jardín de la alegría (Nigel Cole), y aquí no es para menos: su actuación llena de matices y de sentimientos transmite todo el dolor que tiene una madre que puede haber perdido a su hija. Sotigui Kouyaté realiza también una interpretación potente, de las que dejan huella. Con muy pocas frases en toda la película, su forma de mirar y de comunicarse también hacen ver la incertidumbre y el arrepentimiento que carga desde hace tanto tiempo al no haber estado en contacto con su hijo.
Genial, como siempre, Brenda Blethyn [Clic para ampliar]
La forma en que Rachid Bouchareb dirige la película no es para echar cohetes, pero la película en su conjunto, apoyándose prácticamente en sus actores protagonistas y en el guión, fomentan la reflexión sobre este tipo de actos bárbaros como son los atentados terroristas, enseñándonos que nunca hay causas lo suficientemente justificadas para ello, y que al final, como siempre, lo único que queda es el dolor de las víctimas y de la gente que les quería. Un dolor que une, superando barreras étnicas o religiosas, ya sea en Londres, en Francia, o en Tombuctú.
Un 8.
Los dos grandes intérpretes [Clic para ampliar]
[Nota: La película, tras pasar por la Berlinale, fue presentada en la sección Perlas de Zabaltegi]
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