[Autógrafo de Kieslowski, conseguido en 1994 en el Zinemaldia, Festival de Cine de San Sebastián, cuando el director acudió a presentar la trilogía completa de Tres colores]
UNOS BREVES APUNTES
Allá por el año 2015, el ciclo Nosferatu de Donostia-San Sebastián estuvo dedicado a uno de los cineastas más influyentes de las últimas décadas, especialmente a nivel europeo: Krzystof Kieslowski. El ciclo fue programado junto a diferentes instituciones como la Generalitat Valenciana o el Instituto Polaco de Cultura en Madrid, y lo apoyaron con la publicación de un estupendo libro (como suele ser habitual en la ya longeva colección Nosferatu) coordinado por Joanna Bardzinska y titulado La doble vida de Krzysztof Kieslowski (un clarísimo guiño a una de sus películas más reconocidas y la primera que realizó fuera de su país, Polonia, en 1991: La doble vida de Verónica), que necesariamente será referenciado varias veces durante los textos de este ciclo, así como ser un libro de lectura obligada para toda persona que se quiera acercar a su cine.
En ¡A txiflar! por fin me animo a repasar casi toda su filmografía. A pesar de haber visto, gracias al Nosferatu, prácticamente todas sus películas, no hablaré de todas ellas, de ahí el título de este ciclo: Casi todo Kieslowski. ¿Por qué esto es así? La razón es muy sencilla: quien siga este humilde blog sabrá que a veces tengo momentos más activos y otros, normalmente largos, que no. A veces apetece escribir, y otras no. Esto no quiere decir que las películas de las que no hable no me hayan gustado. Simplemente no he escrito un texto sobre ellas. Además, así te dejo a ti, querida lectora o querido lector, con el misterio de saber si esa película de la que deseas saber una opinión como la mía (si es que esto sirve de algo) estará reseñada o no.
Sí que hay algunos trabajos de Kieslowski que no estarán reseñados por tratarse de películas que no pude ver durante el ciclo, al coincidir con otras cosas como la Semana de Cine Fantástico y de Terror (el mejor festival de cine del mundo, que por supuesto tenía prioridad frente a Kieslowski) o simplemente por otras razones que ahora no vienen al caso por aquí. Estas ausencias son sus primeros cortometrajes documentales, realizados entre 1966 y 1973 (hasta 1968 Kieslowski aún era estudiante de cine), así como tres de los que realizó entre 1974 y 1975, uno de ellos un mediometraje (1). En cuanto a largos, el que no pude ver y por lo tanto tampoco estará reseñado, fue Una corta jornada laboral, realizado en 1981.
KRZYSZTOF KIESLOWSKI: EL CINEASTA DE LA REALIDAD Y DEL AZAR
Pero vamos a lo que nos ocupa de verdad: el cine de Krzysztof Kieslowski. Sin duda fue todo un descubrimiento, y lo seguirá siendo porque un cineasta así merece ser visto y descubierto una y más veces. Probablemente pocos cineastas habrán intentado captar con tanto ahínco eso que es la realidad, a través de los ojos de sus protagonistas, especialmente los de los documentales (que ocupan buena parte de su filmografía, incluso en los trabajos de ficción siempre se ve cierto tono documental), intentando distanciarse de lo que puede ser un reportero al uso. Kieslowski tenía muy clara la diferencia entre un reportero y un documentalista que quiere mostrar la realidad de la vida con su cámara. Y también, cómo no, de esa forma tratará su propia realidad, mostrando en algunos casos algo que puede ser tratado como autobiográfico... y es que la vida en Polonia durante años no resultaba nada fácil dada la situación política y social que vivía el país, y eso es lo que él también quería enseñar. Eso sí, como iremos viendo, nunca se casaba con nadie, nunca se posicionaba del todo, procurando mantener una distancia prudencial con la realidad.
Unas palabras del propio Kieslowski sobre esto mismo de captar, de conocer la realidad:
Otro de los elementos que le gustaba mucho analizar y mostrar en sus películas era lo relacionado con el Destino, el azar, la fortuna. También veremos en unas cuantas películas qué papel juega en sus historias esto. De hecho, una de sus mejores y más significativas películas es El azar (1981). Y es que así es la vida, y así la veía él también: un juego de historias, de hechos fortuitos, de decisiones... cualquier tipo de decisión nos llevará a un lugar o a otro. ¿Cuál es la buena? Imposible saberlo. Será aquello que el azar ponga ante nosotros quien nos lo diga.
En 1996 Krzysztof Kieslowski fallecía a consecuencia de un fallo cardíaco, con lo que no se pudo seguir disfrutando de nuevas obras de una persona tan reconocida ya a esas alturas internacionalmente, con premios en los festivales más importantes del mundo. Sonará tópico, pero su obra siempre va a quedar ahí para revisitarla o descubrirla. Una obra que hace ver que Kieslowski es, sin ninguna duda y tras todo lo comentado, el cineasta de la realidad y del azar.
Unas palabras del propio Kieslowski sobre esto mismo de captar, de conocer la realidad:
Para oponerse a la realidad, para concebir una alternativa, es necesario describirla previamente. Para luchar contra el mal, incluso de manera ineficaz, hay que conocerlo. Para desaprobar algo, hay que saber de qué se trata. (2)Y otro comentario muy similar que deja constancia de lo convencido que estaba sobre esto:
Si has descrito algo, entonces puedes empezar a reflexionar sobre ello. Cuando algo no está descrito, si no existe ningún registro -sea fílmico, sociológico, literario o, incluso, oral- no puedes referirte a ese fenómeno. Primero hay que describirlo, para luego poder afrontarlo (3)
Otro de los elementos que le gustaba mucho analizar y mostrar en sus películas era lo relacionado con el Destino, el azar, la fortuna. También veremos en unas cuantas películas qué papel juega en sus historias esto. De hecho, una de sus mejores y más significativas películas es El azar (1981). Y es que así es la vida, y así la veía él también: un juego de historias, de hechos fortuitos, de decisiones... cualquier tipo de decisión nos llevará a un lugar o a otro. ¿Cuál es la buena? Imposible saberlo. Será aquello que el azar ponga ante nosotros quien nos lo diga.
En 1996 Krzysztof Kieslowski fallecía a consecuencia de un fallo cardíaco, con lo que no se pudo seguir disfrutando de nuevas obras de una persona tan reconocida ya a esas alturas internacionalmente, con premios en los festivales más importantes del mundo. Sonará tópico, pero su obra siempre va a quedar ahí para revisitarla o descubrirla. Una obra que hace ver que Kieslowski es, sin ninguna duda y tras todo lo comentado, el cineasta de la realidad y del azar.
(1) Los cortometrajes que no estarán reseñados en este ciclo son: El tranvía (1966), La oficina (1966), A petición del oyente (1967), La fotografía (1968), De la ciudad de Lodz (1968), Fui soldado (1970), La fábrica (1970), Los obreros '71: Nada sobre nosotros sin nosotros (1971), Antes del rally (1971), Entre Wroclaw y Zielona Góra (1972), Las normas de higiene y seguridad laboral en las minas de cobre (1972), Estribillo (1972), El albañil (1973), La radiografía (1974) y Leyenda (1975). El mediometraje no reseñado es Currículum Vitae (1975). Si nos atenemos a las sesiones que programó Nosferatu, son un total de tres a las que no pude asistir.
(2) Palabras que el director escribió en su artículo En profundidad en vez de a lo ancho, publicado originalmente en la revista Dialog (nº 1), de 1981
(3) Declaraciones recogidas en el libro Krzysztof Kieslowski. O sobie. Editado por Danuta Snok.
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