21 de noviembre de 2019

Casi todo Kieslowski: 'El pasaje subterráneo' + 'El primer amor'

EL PASAJE SUBTERRÁNEO
Przejscie podziemne, 1973


Un hombre busca una tienda en un pasaje subterráneo de Polonia. Al encontrarla... ahí está ella. Una mujer. A ella es a quien buscaba. Qué bella es... la admira, y nos damos cuenta enseguida, como espectadores, de que no es la primera vez que la ve. No sólo porque al ponerse en contacto con ella queda claro, sino por cómo la mira él. Efectivamente, vemos que hay algo más. O al menos, que lo hubo.

Con la cámara durante prácticamente todo el metraje (treinta minutos) siguiendo al personaje masculino, al más puro estilo al que nos tienen acostumbrados hoy día los hermanos Dardenne (nadie inventa nada a estas alturas), asistimos no sólo a una historia de amor y desamor fantástica y desgarradora (así es el amor, así es la vida), sino que parece únicamente la excusa de Kieslowski para mostrarnos la vida de ese pasaje subterráneo, que más allá de lo que sufre durante el día, vemos su vida nocturna: proxenetas, quinquis, policías, diferentes elementos que o bien seguimos directamente con la cámara de Kieslowski, o bien vemos a través de un agujerito hecho en un trozo de periódico. El caso es que asistimos a ello de primera mano para que finalmente, cuando vuelve el día... de nuevo el trajín, de nuevo la desolación, la soledad... De nuevo el adiós.

EL PRIMER AMOR
Pierwsza milosc, 1974


Una joven que aún no tiene cumplidos los dieciocho años confiesa a su médico que está embarazada. Muy asustada, y por consejo del doctor, decide no abortar (consejo claramente conservador, que hace ver el tipo de sociedad de la época, aunque claro, en pleno siglo XXI a veces -más de las que nos gustaría- podamos pensar en que en ciertos aspectos no se ha cambiado demasiado). Por otra parte, el novio de la chica tiene apenas veinte años y es estudiante. Decidir tener el hijo cambiará sus vidas, obviamente, de forma radical.

La película tiene un claro tono documental, tan del gusto de Kieslowski en sus inicios como director (pues es el tipo de historias que quería contar), aunque a veces se pueda llegar a pensar que no es así. El espectador asiste a la vida en común de estos dos chavales, desde los inicios del embarazo y los paseos de enamorados, hasta las conversaciones entre amigos y amigas, acabando con el parto y la vida tras él. La naturalidad de todo es extrema y la forma en que está grabada la película, o mejor dicho, su formato dado que casi parece rodada en Super 8, hace que casi parezca una película de recuerdos familiares, con lo que así toda la naturalidad se incrementa.

Kieslowski juega mucho con el sonido, tanto en esta película como en la anterior. Sonido de papeles, teléfonos, el "clang" de una tetera... pero donde más notoriamente lo usa es al final de la película superponiendo el continuo llanto del bebé a los quehaceres diarios de la pareja. Con este tipo de montaje, en la película se evidencia cuánto han cambiado sus vidas.

El bebé se adormece. La joven pareja le mira, maravillada. Todo se calma y... Fin de la película. Un final más que elocuente: Los nuevos padres empiezan, por fin, a adaptarse.

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