Leo aquí un bailoteo de números y porcentajes que parece, o al menos eso quieren hacernos ver con ello, desalentador al respecto de la pasada edición de la Semana de Cine Fantástico y de Terror de San Sebastián y el balance que sus responsables han realizado.
Dicen varias veces en la noticia (y si no lo dicen, cualquier lector que tenga una mínima noción de matemáticas podrá hacer la resta) y teniendo en cuenta la edición de 2008, que se perdieron espectadores. Varios miles. Un porcentaje alto.
Dicho así efectivamente suena fatal. Las cosas como son: no es una buena noticia para un pequeño festival que a duras penas ha ido sobreviviendo durante veinte años, que conoció tiempos mejores pero que sabe mantenerse gracias al tesón y cabezonería de unos pocos y también de muchos aficionados al género fantaterrorífico. Por otra parte, mucha gente bien de la San Sebastián de siempre (los que aún la llaman con orgullo La Bella Easo), esa rancia que muchos conocemos y tan poco dada a evolucionar se habrá alegrado de la noticia y, frotándose las manos y con una sonrisa maquiavélica entre los dientes, dirá y gritará a los cuatro vientos que por fin, poco a poco, van logrando su objetivo, si no lo han logrado ya.
Todo esto, querido lector, viene porque hay un rumor bastante extendido, y desde hace años, que cuenta que un ente diabólico quiere deshacerse de la Semana de Terror, pero que nunca lo consigue (me ha venido a la cabeza cómo el malvado jefe de la organización M.A.D. nunca conseguía destruir al inspector Gadget y al final de cada capítulo, mientras huía, siempre gritaba que algún día conseguiría su objetivo). Este rumor incluye que a dicho ser malvado le gustan más otros festivales de cine que se realizan en la ciudad, en otras fechas (digo yo que siendo en fechas diferentes y conviviendo como conviven todos estos festivales sin molestarse unos a otros... ¿por qué hay tanto problema y molestia?).
Todo es un rumor, así que vaya usted a saber. Que malas lenguas hay en todos lados, oiga.
Lo que no es un rumor es lo que me ha incitado a escribir esto. El balance ese. Vamos a ver si me explico: Que la Semana iba a tener menos espectadores era algo completamente evidente. Eso ya se sabía desde el mismo momento en el que se publicó la programación. ¿Las razones? Debido a la crisis económica, había menos proyecciones tanto en el Teatro Principal como en el Victoria Eugenia, se suprimió el teatro de calle, que siempre atraía a un buen número de gente, y además la clausura fue de nuevo en el Principal, como hace años, en lugar de ser en el Auditorio Kursaal (550 localidades frente a 1800, aproximadamente). El hecho de haber menos proyecciones en ambos teatros y que la clausura no fuera en el Kursaal supone la evidente reducción de espectadores y de venta de entradas.
No quisiera extenderme mucho más sobre este tema, pero me gustaría indicar que un balance adecuado sería aquel que mencionase datos económicos, es decir, algo así como "la Semana de Terror ha costado en su vigésima edición tanto dinero y se ha recaudado este otro tanto". Con ello, calculadora en mano, se podrían hacer cálculos y estudiar de mejor manera este tipo de noticias.
PD: El dossier realizado por Donostiakultura sobre la Semana de Terror lo puedes leer pinchando aquí.
Dicen varias veces en la noticia (y si no lo dicen, cualquier lector que tenga una mínima noción de matemáticas podrá hacer la resta) y teniendo en cuenta la edición de 2008, que se perdieron espectadores. Varios miles. Un porcentaje alto.
Dicho así efectivamente suena fatal. Las cosas como son: no es una buena noticia para un pequeño festival que a duras penas ha ido sobreviviendo durante veinte años, que conoció tiempos mejores pero que sabe mantenerse gracias al tesón y cabezonería de unos pocos y también de muchos aficionados al género fantaterrorífico. Por otra parte, mucha gente bien de la San Sebastián de siempre (los que aún la llaman con orgullo La Bella Easo), esa rancia que muchos conocemos y tan poco dada a evolucionar se habrá alegrado de la noticia y, frotándose las manos y con una sonrisa maquiavélica entre los dientes, dirá y gritará a los cuatro vientos que por fin, poco a poco, van logrando su objetivo, si no lo han logrado ya.
Todo esto, querido lector, viene porque hay un rumor bastante extendido, y desde hace años, que cuenta que un ente diabólico quiere deshacerse de la Semana de Terror, pero que nunca lo consigue (me ha venido a la cabeza cómo el malvado jefe de la organización M.A.D. nunca conseguía destruir al inspector Gadget y al final de cada capítulo, mientras huía, siempre gritaba que algún día conseguiría su objetivo). Este rumor incluye que a dicho ser malvado le gustan más otros festivales de cine que se realizan en la ciudad, en otras fechas (digo yo que siendo en fechas diferentes y conviviendo como conviven todos estos festivales sin molestarse unos a otros... ¿por qué hay tanto problema y molestia?).
Todo es un rumor, así que vaya usted a saber. Que malas lenguas hay en todos lados, oiga.
Lo que no es un rumor es lo que me ha incitado a escribir esto. El balance ese. Vamos a ver si me explico: Que la Semana iba a tener menos espectadores era algo completamente evidente. Eso ya se sabía desde el mismo momento en el que se publicó la programación. ¿Las razones? Debido a la crisis económica, había menos proyecciones tanto en el Teatro Principal como en el Victoria Eugenia, se suprimió el teatro de calle, que siempre atraía a un buen número de gente, y además la clausura fue de nuevo en el Principal, como hace años, en lugar de ser en el Auditorio Kursaal (550 localidades frente a 1800, aproximadamente). El hecho de haber menos proyecciones en ambos teatros y que la clausura no fuera en el Kursaal supone la evidente reducción de espectadores y de venta de entradas.
No quisiera extenderme mucho más sobre este tema, pero me gustaría indicar que un balance adecuado sería aquel que mencionase datos económicos, es decir, algo así como "la Semana de Terror ha costado en su vigésima edición tanto dinero y se ha recaudado este otro tanto". Con ello, calculadora en mano, se podrían hacer cálculos y estudiar de mejor manera este tipo de noticias.
PD: El dossier realizado por Donostiakultura sobre la Semana de Terror lo puedes leer pinchando aquí.
¡Vaya! por lo que explicas, que para algunos no queda bonito que haya un festival de este tipo en Donosti... lo que no saben es que precisamente el género fantástico y de terror es el que consigue apilar a un mayor número de fans tan incondicionales como testarudos.
ResponderEliminarEsperemos que "la semana" dure muchos años.
Un saludo.
Hola Carles, efectivamente, eso es lo que todos esperamos y estoy de acuerdo contigo en eso que dices de los fans incondicionales y sobre todo testarudos :)
ResponderEliminarPrueba de que un festival como este gusta es que las entradas de muchas de las sesiones se agotan enseguida en cuanto salen a la venta, pero hay gente que no quiere ver, o mejor dicho aceptar, este tipo de cosas, en fin.
¡Saludos!
Solo hay que fijarse en el programa del 2008 y el del 2009. En el Victoria Eugenia en 2008 había 3 proyeccciones diarias, y este año solo ha habido 1. Y por otro lado, en el Principal casi todas las películas siempre se agotan, y muchos no podemos comprar entradas para las pelis "buenas", las que vienen a concurso. ¿Por qué no ponen otra sala en el Kursaal por ejemplo para que todo el que quiera pueda ver las pelis?
ResponderEliminarHola Jiguar: Bueno, lo del Kursaal supondría un pastizal... alquilar por un día el recinto es mucho dinero, así que imagínate lo que puede costar pillarlo la semana entera...
ResponderEliminarSe me ha ocurrido que podrían hacer algo similar a lo que hacen en Sitges (si no en el Kursaal, en algún otro recinto o cine predispuesto a ello): una vez acabada la Semana, proyectar en un maratón las 3 ó 4 pelis que más puntuación hayan obtenido. Seguro que eso les reporta más beneficios todavía porque estoy convencido de que habría peña que querría verlas por no haberlo podido hacer durante el festival.
Un saludo, Jiguar.