Parece que me he colado en el título del post... pero viendo la película de la que voy a hablar a continuación, el título no anda en absoluto desencaminado... Se trata de Millenium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres. Dirige Nils Arden Oplev y está basada en la primera entrega de la trilogía Millenium de Stieg Larsson, película de la que ya hice un avance aquí.
Entro en harina...
Sinopsis aproximada: Hace cuarenta años una joven desaparece en circunstancias extrañas. El tío de aquella chica no aguanta más y como sospecha que fue asesinada, decide emprender una exhaustiva investigación, contratando a un periodista para ello. En su camino se cruza una hacker con un pasado oscuro que le ayudará a desvelar (o no) los misterios del caso que les ocupa.
La película está llena de intriga pero desarrollada de un modo convencional que en mi opinión poco nuevo ofrece al espectador. Según transcurren los minutos uno puede llegar a saber en qué momento los protagonistas van a descubrir algún nuevo indicio que redirija sus investigaciones, no porque el argumento sea previsible, que considero que no lo es, sino porque uno sabe que cada cierto tiempo, en la película, toca hallar una nueva pista, a lo cual la banda sonora, típica también de este tipo de películas, ayuda, haciendo ver que se está en algún momento clave del metraje.
De todas formas, y aunque lo dicho en el párrafo anterior suene un tanto malo para la película, he de decir que uno se deja llevar por lo sórdido de la trama y los personajes. Inicialmente pensaba que iba a ver algo cercano al estilo de El código Da Vinci (Ron Howard, 2006) o la reciente Ángeles y demonios pero no ha sido así, me he encontrado con algo más del estilo de El silencio de los corderos (1991), en el sentido de trama sórdida, oscura, evidentemente sin llegar al nivel de la película de Jonathan Demme, la cual está a un nivel muy superior. Los personajes de la película tienen mucho que ver en esto.
El personaje masculino, el periodista Mikael Blomkvist, está interpretado por Michael Nyqvist, a quien no conocía pero que me ha gustado su forma de mirar, su ritmo pausado y hasta su forma de andar. Un personaje escéptico, con pinta de estar de vuelta de todo… Hasta que se topa con Lisbeth Salander, a quien da vida Noomi Rapace, actriz que también ejerce muy creíblemente su papel de joven emo, llena de tics, con un pasado del que no se dan grandes detalles y del que desconozco realmente porqué actúa como actúa, al no haber leído la novela original de Stieg Larsson en la que se basa, ni su continuación (este mismo mes además se publica la tercera entrega de la trilogía). Imagino que en las dos entregas literarias restantes se darán amplios detalles del personaje, por lo tanto o leo los libros o espero a la realización completa de las películas de la trilogía para conocer más a Lisbeth. Con ello, estos dos actores se encuentran con unos personajes realmente jugosos, consiguiendo desprender química, especialmente en momentos íntimos.
Me atrevería a decir que la estrella y en gran parte la que ha provocado el éxito de la trilogía Millenium es el personaje de Lisbeth, por lo tanto en la película me pareció ver dos historias diferentes: Por un lado la convencional, la de la investigación de la desaparición de la chica hace cuarenta años, y por otro, la de la propia historia de Lisbeth. Aunque claro, como ya he dicho, a pesar de durar dos horas y media, no se dice gran cosa a este respecto, pero algo se menciona. Por último estaría la relación entre ambos personajes, que hace de nexo de unión entre ambas historias y que le hace ganar bastantes puntos a la película.
Hace un par de años en el Festival de Cine de San Sebastián se realizó un ciclo dedicado al nuevo cine nórdico (titulado Fiebre helada: El nuevo cine nórdico), donde se pudieron ver las obras de autores como Lars Von Trier, Thomas Vinterberg o Simon Staho (quien dirigió precisamente a Noomi Rapace en una extraña y dura película llamada Daisy Diamond), entre otros. Si Nils Arden Oplev hubiera realizado antes esta película que nos ocupa, seguro que hubiera estado seleccionada entre las que se programaron para el ciclo, ya que en Millenium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres se observan los parajes helados de Suecia, se palpa el frío que se respira así como el polvo existente en amplias habitaciones, se nota también el calor que una chimenea desprende en el interior de una casa… En resumen: la dirección de Nils Arden Oplev me ha parecido buena, y la fotografía, magnífica, tanto en exteriores como en interiores.
Una buena película, a pesar de que no deja de ser un whodunit más (nota: whodunit es el término coloquial utilizado para el subgénero que consiste en averiguar quién lo hizo, vamos, que no se sabe quién es el malo, o la mala, o los malos y malas, etc.).
La puntúo con un 6’5 / 7
Recordemos su trailer:
A continuación algunas imágenes (haz clic sobre ellas si quieres ampliarlas):
Entro en harina...
Sinopsis aproximada: Hace cuarenta años una joven desaparece en circunstancias extrañas. El tío de aquella chica no aguanta más y como sospecha que fue asesinada, decide emprender una exhaustiva investigación, contratando a un periodista para ello. En su camino se cruza una hacker con un pasado oscuro que le ayudará a desvelar (o no) los misterios del caso que les ocupa.
Póster de la película (uno de tantos)
La película está llena de intriga pero desarrollada de un modo convencional que en mi opinión poco nuevo ofrece al espectador. Según transcurren los minutos uno puede llegar a saber en qué momento los protagonistas van a descubrir algún nuevo indicio que redirija sus investigaciones, no porque el argumento sea previsible, que considero que no lo es, sino porque uno sabe que cada cierto tiempo, en la película, toca hallar una nueva pista, a lo cual la banda sonora, típica también de este tipo de películas, ayuda, haciendo ver que se está en algún momento clave del metraje.
De todas formas, y aunque lo dicho en el párrafo anterior suene un tanto malo para la película, he de decir que uno se deja llevar por lo sórdido de la trama y los personajes. Inicialmente pensaba que iba a ver algo cercano al estilo de El código Da Vinci (Ron Howard, 2006) o la reciente Ángeles y demonios pero no ha sido así, me he encontrado con algo más del estilo de El silencio de los corderos (1991), en el sentido de trama sórdida, oscura, evidentemente sin llegar al nivel de la película de Jonathan Demme, la cual está a un nivel muy superior. Los personajes de la película tienen mucho que ver en esto.
El personaje masculino, el periodista Mikael Blomkvist, está interpretado por Michael Nyqvist, a quien no conocía pero que me ha gustado su forma de mirar, su ritmo pausado y hasta su forma de andar. Un personaje escéptico, con pinta de estar de vuelta de todo… Hasta que se topa con Lisbeth Salander, a quien da vida Noomi Rapace, actriz que también ejerce muy creíblemente su papel de joven emo, llena de tics, con un pasado del que no se dan grandes detalles y del que desconozco realmente porqué actúa como actúa, al no haber leído la novela original de Stieg Larsson en la que se basa, ni su continuación (este mismo mes además se publica la tercera entrega de la trilogía). Imagino que en las dos entregas literarias restantes se darán amplios detalles del personaje, por lo tanto o leo los libros o espero a la realización completa de las películas de la trilogía para conocer más a Lisbeth. Con ello, estos dos actores se encuentran con unos personajes realmente jugosos, consiguiendo desprender química, especialmente en momentos íntimos.
Esta es Lisbeth... Una muchacha incomprendida
Me atrevería a decir que la estrella y en gran parte la que ha provocado el éxito de la trilogía Millenium es el personaje de Lisbeth, por lo tanto en la película me pareció ver dos historias diferentes: Por un lado la convencional, la de la investigación de la desaparición de la chica hace cuarenta años, y por otro, la de la propia historia de Lisbeth. Aunque claro, como ya he dicho, a pesar de durar dos horas y media, no se dice gran cosa a este respecto, pero algo se menciona. Por último estaría la relación entre ambos personajes, que hace de nexo de unión entre ambas historias y que le hace ganar bastantes puntos a la película.
Por si no has visto bien antes a la chica...
aquí va un primer plano. ¿Acojona?
aquí va un primer plano. ¿Acojona?
Hace un par de años en el Festival de Cine de San Sebastián se realizó un ciclo dedicado al nuevo cine nórdico (titulado Fiebre helada: El nuevo cine nórdico), donde se pudieron ver las obras de autores como Lars Von Trier, Thomas Vinterberg o Simon Staho (quien dirigió precisamente a Noomi Rapace en una extraña y dura película llamada Daisy Diamond), entre otros. Si Nils Arden Oplev hubiera realizado antes esta película que nos ocupa, seguro que hubiera estado seleccionada entre las que se programaron para el ciclo, ya que en Millenium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres se observan los parajes helados de Suecia, se palpa el frío que se respira así como el polvo existente en amplias habitaciones, se nota también el calor que una chimenea desprende en el interior de una casa… En resumen: la dirección de Nils Arden Oplev me ha parecido buena, y la fotografía, magnífica, tanto en exteriores como en interiores.
Una buena película, a pesar de que no deja de ser un whodunit más (nota: whodunit es el término coloquial utilizado para el subgénero que consiste en averiguar quién lo hizo, vamos, que no se sabe quién es el malo, o la mala, o los malos y malas, etc.).
La puntúo con un 6’5 / 7
Recordemos su trailer:
A continuación algunas imágenes (haz clic sobre ellas si quieres ampliarlas):
Romance a tutiplén...
Intriga sin descanso...
Paseos por bonitos parajes suecos...
Para los más románticos
también hay otro tipo de... ¿amor?
también hay otro tipo de... ¿amor?
Supongo que la estética de la protagonista ayuda a que su personaje resulte tan misterioso y carismático.
ResponderEliminarVeo le das muy buena puntuación a la pelicula, Jon. Por tanto, habrá que verla ;-)
Jejeje Ouiser, tampoco te fíes mucho de mis puntuaciones eh! ;-) El caso es que me mantuvo entretenido, resumiendo, que me gustó, que es lo que cuenta. Sin duda el personaje de Lisbeth atrae mucho, además lo saben rodear, como supongo que ocurre en las novelas, de todo ese misterio que tiene.
ResponderEliminarCualquiera que no sepa de que va y se fije en el cartel de la película, pensará que es una especie de Aeon Flux vampírica o algo así (x lo menos es lo q me pasó a mi jajaja). Yo estoy deseando verrrrla!!
ResponderEliminarJejeje Rosebud, pues cuando la veas pásate de nuevo por aquí y cuentas qué tal, vale? Muy bueno lo de Aeon Flux vampírica...
ResponderEliminar¡Un saludo!