En esta ocasión vengo a comentar tres cortos y un mediometraje, que aunque alguno de ellos no tenga demasiado para comentar, deja ver las ganas que Kieslowski tenía por captar la realidad con la cámara, ejerciendo de documentalista y mostrando aquello que pasa no por delante de sus ojos, sino por los de sus protagonistas, con sus ideas, ya que el director perseguía también recoger las ideas de quienes tenía delante.
NO LO SÉ
NO LO SÉ
Nie wiem, 1977
Un hombre hablando durante casi cuarenta y cinco minutos, contando su historia laboral, cómo llegó a la dirección de una empresa y cómo lo destituyeron, comenzando así su caída en picado, no sólo profesionalmente, sino también personalmente.
Mientras este hombre nos cuenta todo lo mencionado, cada cierto tiempo Kieslowski inserta planos de la calle (si se fija uno bien, se aprecia que están ligeramente ralentizados), pudiéndose entender que es la zona donde vive el hombre: un edificio suburbial alrededor del cual pasan las horas sin gran cosa que ofrecer, porque la sociedad es la que es. Ahora bien, quién sabe si en los pisos colindantes al que vive el hombre, no está sucediendo, o incluso también contándose, una historia similar... (esto nos hace pensar en su serie Decálogo, donde nos mostrará diez historias diferentes ambientadas en una misma zona urbana)
A eso es a lo que llega este mediometraje, a contarnos no una sino probablemente muchas historias que se parecen entre ellas, pero con un sólo narrador (que no protagonista), con un rótulo que reza que todo lo que hemos escuchado no es más que una historia particular, pero que si se produce en muchas más personas, llega a convertirse en un fenómenos social. Y así es, precisamente, cómo estaba Polonia en ese momento: con el Partido acechando. Con ellos, o contra ellos. Con trabajo estable, o hundido en el dolor y en la miseria... Muy actual todo, ¿verdad?
Como curiosidad, comentar el punto que supone que cada vez que el protagonista menciona un nombre en su narración, éste es censurado mediante sonido por encima. Podría decirse que es una especie de rápido tecleo... o de una metralleta disparando.
SIETE MUJERES DE DIFERENTES EDADES
Siedem kobiet w róznym wieku, 1978
Poca idea que comentar sobre este cortometraje: Kieslowski nos enseña durante siete días en una escuela de baile, comentarios y el día a día de siete alumnas, de diferentes edades cada una. Estupenda idea que, aunque no va más allá de lo que se ve, es cierto que lo bueno es ver cómo cada bailarina es mayor que la anterior. Asistimos también, aunque brevemente, a la forma de reaccionar ante las clases de cada una de ellas.
Como digo, no es mucha más cosa que la que se ve, aparte del original planteamiento.
LA ESTACIÓN
Dworzec, 1980
Si en el cortometraje anterior no se iba más allá de mostrar las clases de baile de siete mujeres, en este corto lo que Kieslowski nos muestra es toda la vida que puede haber en una estación de tren. Nada más. Y nada menos. Megafonías varias, gente corriendo, gente despidiéndose, gente comprando el billete o preguntando horarios... gente, gente, gente. Una estación. La estación Central de Varsovia. De nuevo, la realidad ante la cámara.
Lo mejor de todo es que a nivel personal he podido llegar a verlo casi como un corto de ciencia ficción, pues en varias ocasiones vemos cómo esa vida en la estación está siendo captada y grabada por cámaras de videovigilancia. Planos que nos hacen pensar en el Gran Hermano de Orwell que unidos a la megafonía parece que en cualquier momento se va a escuchar algo del estilo "OBEDECED AL LÍDER". De hecho, el plano final, además, es el de las televisiones en las que se ve lo que las cámaras ven. Sin duda, alguien les (nos) observa...
Como curiosidad acerca de la realidad que consigue captar Kieslowski con esta película, sucedió que la policía solicitó al director la cinta para supervisarla ya que estaban buscando a una delincuente y creían que con las grabaciones de la película podrían dar con ella, con lo que requisaron el filme. Esto a Kieslowski no le gustó nada...
CABEZAS PARLANTES
Gadajace glowy, 1980
Estamos ante la mejor de este cuarteto de películas cortas, pues es la que tiene un planteamiento más original y atractivo. Se trata de una encuesta a personas cuyas edades van desde un año hasta los cien, respondiendo todas las personas a las mismas preguntas: quiénes son y qué esperan de la vida.
La película es de 1980 y como he comentado, empieza con un bebé de apenas un año en 1979, para ir yendo hacia atrás en el tiempo hasta acabar con una señora centenaria, que además logra dejarnos con una sonrisa en la cara. Sin duda, lo mejor es ir viendo todos esos diferentes puntos de vista sobre la vida. Ya pueden tenerse únicamente cinco años de vida u ochenta, que todos compartimos lo mismo: la vida misma. Desde el indiferente absoluto hasta la persona más comprometida; desde existencialistas hasta gente a la que sólo le queda esperar a la muerte...
En resumen, nos encontramos ante una asombrosa idea de la que Kieslowski nos muestra, en apenas catorce minutos cien realidades distintas, cien actitudes y cien formas de ver la vida.
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