19 de marzo de 2019

dFeria 2019: Danza. Kukai + Compañía Lava


Poder ser. Poder hacer. Poder. Todo lo que esa palabra conlleva ha sido el leit motiv de la edición 25 de dFeria, el festival de artes escénicas de Donostia-San Sebastián, reflejándose en su cartel y siendo representado por la pierna de una bailarina en alto, quizá gritando, seguro en movimiento. También el poder, de una forma o de otra, se ha visto en muchas de las propuestas escénicas de este año en la feria. Una gran variedad de disciplinas artísticas se han podido ver y disfrutar, y de algunas de ellas hablaré en este artículo y algunos más. No he podido ver todo lo que quisiera, claro, pero lo que he tenido oportunidad de ver, en su gran mayoría, me ha dejado bastante satisfecho.

Comienzo el repaso a lo que he visto, con los espectáculos de danza:

ERRITU (Kukai Dantza)


Cuando uno entra al teatro donde Kukai mostrará su talento (una vez más), lo primero que ve es que los bailarines ya están en escena, parece que calentando sus cuerpos, saludando, a su manera, a cada persona que entra. El caso es que el rito, el ritual, ya ha comenzado. Porque ir al teatro mismamente ya es un ritual y merece ser representado como tal. Con todo ello y ante la atónita mirada de cada espectador, empieza lo que se puede considerar un troleo máximo, que afortunadamente dura lo que tiene que durar, para pasar a otros derroteros, a otros rituales. Ese troleo consiste en ver a los personajes ejecutar una y otra vez los mismos movimientos, sin apariencia de tener fin. Puede ser en grupo o solamente uno, pero ejecutando una y otra vez las mismas pautas. Un ritual.

Y eso será lo que veremos una y otra vez en el espectáculo: rituales. Después del shock inicial (que para más inri contiene luces estroboscópicas que provocan aún más la reacción del espectador) iremos viendo diferentes fases de la vida de unos personajes en conjunción con la naturaleza y los sobre todo los sonidos (espectaculares los cantos de David Azurza, en solitario o junto a todo un coro de mujeres). Danzas que acompañan en la soledad de la persona o con más gente, bellas e inteligentes coreografías a las que acostumbra hacer Kukai, esta vez aliados con Sharon Fridman, reconocido coreógrafo. Amor, muerte, juegos, soledad... Todo forma parte de un ritual. Erritu. Kukai.

BENDING THE WALLS + BEYOND (Compañía de Danza Lava)


Nunca he visto nada de la compañía Lava, por tanto desconocía completamente el nombre de su director Daniel Abreu, así como la trayectoria de esta insigne compañía. Ahora que he visto dos espectáculos en uno (pues ambos son de corta duración, habiendo descanso entre ellos), he comprobado por qué tiene el buen nombre que tiene. 

Si nos centramos en Bending the walls, estamos ante una obra llena de metáforas y de mensajes frente a la vida, la psicología, la ruptura de muros evidentes, la incomunicación, la felicidad y la falta de ella... Todo con unas coreografías (obra de Fernando Hernando Magadan) contemporáneas espectaculares, con esos bailarines que son auténticas estatuas en movimiento, con momentos bellísimos y muy inspirados que parecen no tener límite en cuanto a creación y movimientos (destaco especialmente aquel en el que los bailarines parecen convertirse en una especie de coral, de fauna marina). Un espectáculo muy bello que sin embargo, debido a su enorme carga simbólica quizá pueda parecer un tanto espeso para el espectador.

En cuanto a Beyond, que dirige La intrusa (tándem formado por Virginia García y Damián Muñoz), lo que uno puede ver es una historia de ciencia ficción, en la que aparentemente puede no haber esperanza para los tripulantes (para la Humanidad, por tanto) de una nave espacial comandada por una computadora que rige y regula cada momento de esas personas a bordo. Cada una es diferente pero debe ejecutar lo ordenado sí o sí. La computadora, mientras tanto, va estudiando a cada elemento, va aprendiendo... Hasta que por fin llega lo mejor de todo: cuando completa su ciclo de aprendizaje, muere. Y lo hace para que ahora sean los humanos quienes aprendan. La computadora les ha enseñado lo que debía enseñarles. A partir de ahí, todo dependerá de ellos. En resumen, estamos ante una fantástica historia de ciencia ficción.

En lo que a la coreografía se refiere, de nuevo tenemos grandes danzas, más orientadas a mostrar espacios reducidos y minimalistas como pueden ser los que nos llevan a una nave espacial, con los bailarines impresionantes llegando a ver perfectamente las características de cada uno de sus personajes en base a sus movimientos y comportamientos. Es sin duda una gran experiencia la de poder sentir y ver cosas así, y más si uno es fan de este tipo de historias, ya que se disfrutará más.


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