En mi post anterior he comentado diez razones para no ver los Goya. Todo (o casi) tiene su cara y su cruz, así que ahora intentaré dar otras diez razones, pero que hacen que merezca la pena haberlos visto y verlos una vez más en la próxima edición.
1.- Karra Elejalde premiado. Ya iba siendo hora de que a este gran actor le fuera reconocido todo el talento que tiene. Su papel en También la lluvia es, y será, de lo más recordado.
2.- Bandas sonoras originales. Los cuatro nominados a la mejor banda sonora original son unos verdaderos maestros, no hay más que escuchar sus trabajos. Roque Baños (Balada triste de trompeta), Gustavo Santaolalla (Biutiful), Víctor Reyes (Buried) y Alberto Iglesias (También la lluvia). Cuatro bandas sonoras magníficas pero solo un premiado que fue Alberto Iglesias, nada menos que su noveno (¡noveno!) Goya. Da gusto ver y oír a este hombre y ver la sencillez y la emoción con la que habla siempre.
3.- La introducción a la gala. Si bien este año la repetición de Andreu Buenafuente como maestro de ceremonias no ha sido tan lúcida como la del año pasado, el vídeo que daba inicio a la gala no estuvo mal del todo. Muchas cosas cogidas con pinzas y apariciones de famosetes del mundillo también con pinzas, pero entretenido y con algunos buenos chistes. Dos ejemplos: Fernando Trueba riéndose una vez más de su peculiar mirada y Buenafuente emulando a Ryan Reynolds en un ataúd en el que se veía un plano típico de USTED ESTÁ AQUI, con el dibujo correspondiente del ataúd bajo tierra.
4.- Rosa María Sardá. Junto a Juanjo Puigcorbé protagonizó un simpático diálogo antes de presentar el premio al mejor director, con una parodia sobre el trabajo de los directores. Tener a la Sardá es ir sobre seguro (no en vano sus presentaciones en anteriores Goya aún son muy recordadas) y siempre aporta mucho humor al evento (cosa que hacía buena falta a esas alturas de la gala ya que estaba siendo excesivamente larga... y aburrida).
5.- El discurso de Alex de la Iglesia. Hay que ver cuánto se ha comentado este discurso, el último como presidente de la Academia de Cine española. Muchas opiniones en contra y otras tantas a favor. Casi se hablaba más sobre esto al día siguiente que sobre los premiados. Un discurso certero, implacable en algunos momentos, y que dejaba claro la opinión del director de Balada triste de trompeta sobre todo el asunto de la ley Sinde e Internet. Se puede estar de acuerdo con él o no, pero fue al grano y le echó huevos. Por las caras que la que dice ser la ministra de cultura ponía, no tiene pinta de que le hiciera mucha gracia el asunto. Aunque lo que yo creo que pensaba era algo así como "tú di lo que quieras, que lo que yo pretendía ya lo tengo más que aprobado en el Congreso de los diputados, así que me la sopla lo que digas". Puedes leer el discurso íntegro aquí.
6.- Niños premiados. Esto no suele fallar en las ediciones de los Goya donde hay niños nominados de por medio. Casi siempre acaban siendo premiados, y si no, hagamos memoria (aun a riesgo de equivocarme): Juanjo Ballesta (El bola), Ivana Baquero (El laberinto del fauno), Nerea Camacho (Camino)... y ahora los dos jovenzuelos de Pa negre, Marina Comas y Francesc Colomer como actriz y actor revelación, respectivamente. Aunque esto quizá podría ponerse como pega de los Goya (me refiero al hecho de que niño y Goya vayan tan de la mano), es bonito y gracioso ver cómo se emocionan y casi siempre lloran cuando recogen el premio.
7.- Jorge Drexler. Quien fuera tratado de mala manera en los Oscar (en Hollywood no quisieron que él mismo cantara su propia canción de Diarios de motocicleta en la ceremonia de los Oscar, aduciendo -o eso se dice- que al no ser conocido no tendría gancho, poniendo a Antonio Banderas en su lugar, y haciendo una versión un tanto... curiosa) recogió su premio a la mejor canción original (“Que el soneto nos tome por sorpresa” de la película Lope) cantando a pelo. Al igual que hizo cuando recogió el Oscar por aquella película. Un tío majo y sencillo, por cierto. [Nota: Aquí está la versión de Banderas de la canción Al otro lado del río, y aquí la voz original de Jorge Drexler. Compare usted, compare...]
8.- Euskera. O mejor dicho el amago de euskera que hubo. La ganadora del Goya al mejor corto de ficción fue para Una caja de botones, de María Reyes Arias González, quien se crió en la comarca guipuzcoana denominada Goierri, con lo cual y tras varios intentos de calmarse y de querer agradecer el premio, quiso cantar una canción popular del Goierri, pero no acertó a hacerlo, sólo pudo decir un par de frases. Lástima, porque la canción es bien bonita.
9.- Espontáneos. Un tal Jimmy Jump, conocido por sus irrupciones e interrupciones de eventos conocidos y televisados, quiso tener su momento de protagonismo en la gala y cuando se iba a hacer entrega del premio al mejor actor, hizo honor a su supuesto apellido y saltó a escena, tranquilamente y ante la perplejidad de todo el mundo. El tío es un tanto impresentable, sí, vale, pero no hizo daño a nadie, no robó nada (al menos que se sepa) y a mí hasta me pareció gracioso. Quizá por gente como yo él y los que son como él siguen haciendo lo que hacen, pero qué se le va a hacer. Las actrices que entregarían el premio se quedaron completamente bloqueadas, o esa impresión dan, y las caras de los actores nominados también eran de foto, claramente. Entre la incredulidad, la risa y la vergüenza ajena.
10.- La película ganadora: Pa negre. Vaya por delante que de las cuatro películas nominadas a la mejor del año, que además eran las que más candidaturas tenían, es la que menos me ha gustado, sin ser mala película. Porque no lo es, a pesar de ser una historia ya vista (una historia de posguerra donde muchas personas guardan unos cuantos secretos que es mejor que no salgan a la luz) está muy bien realizada y no digamos ya interpretada (casi todo el plantel de actores nominados se ha llevado su premio correspondiente, sólo faltaron dos grandes como Sergi López y Eduard Fernández para completarlo). Un premio a Agustí Villaronga, su director, que hasta ahora se le había tenido como bicho raro dentro de la cinematografía española y que de esta forma es reconocido por su trabajo. Otra de las cosas que ha sorprendido es que es una película rodada enteramente en catalán, convirtiéndose así en la primera rodada en este idioma que se lleva el gato al agua en los Goya.
[Extras]
E.1.- Carlos Areces, uno de los protagonistas de Balada triste de trompeta y componente del genial grupo cómico del programa de TV Muchachada Nui, salió a entregar junto a Loles León los premios a mejor guion original y al mejor adaptado. En cada uno de los premios, Areces hizo mención a su no-nominación como actor por Balada triste de trompeta: "Quince nominaciones que tiene la película... y ninguna es la mía", comentó antes de anunciar quién era el premiado.
1.- Karra Elejalde premiado. Ya iba siendo hora de que a este gran actor le fuera reconocido todo el talento que tiene. Su papel en También la lluvia es, y será, de lo más recordado.
2.- Bandas sonoras originales. Los cuatro nominados a la mejor banda sonora original son unos verdaderos maestros, no hay más que escuchar sus trabajos. Roque Baños (Balada triste de trompeta), Gustavo Santaolalla (Biutiful), Víctor Reyes (Buried) y Alberto Iglesias (También la lluvia). Cuatro bandas sonoras magníficas pero solo un premiado que fue Alberto Iglesias, nada menos que su noveno (¡noveno!) Goya. Da gusto ver y oír a este hombre y ver la sencillez y la emoción con la que habla siempre.
3.- La introducción a la gala. Si bien este año la repetición de Andreu Buenafuente como maestro de ceremonias no ha sido tan lúcida como la del año pasado, el vídeo que daba inicio a la gala no estuvo mal del todo. Muchas cosas cogidas con pinzas y apariciones de famosetes del mundillo también con pinzas, pero entretenido y con algunos buenos chistes. Dos ejemplos: Fernando Trueba riéndose una vez más de su peculiar mirada y Buenafuente emulando a Ryan Reynolds en un ataúd en el que se veía un plano típico de USTED ESTÁ AQUI, con el dibujo correspondiente del ataúd bajo tierra.
4.- Rosa María Sardá. Junto a Juanjo Puigcorbé protagonizó un simpático diálogo antes de presentar el premio al mejor director, con una parodia sobre el trabajo de los directores. Tener a la Sardá es ir sobre seguro (no en vano sus presentaciones en anteriores Goya aún son muy recordadas) y siempre aporta mucho humor al evento (cosa que hacía buena falta a esas alturas de la gala ya que estaba siendo excesivamente larga... y aburrida).
5.- El discurso de Alex de la Iglesia. Hay que ver cuánto se ha comentado este discurso, el último como presidente de la Academia de Cine española. Muchas opiniones en contra y otras tantas a favor. Casi se hablaba más sobre esto al día siguiente que sobre los premiados. Un discurso certero, implacable en algunos momentos, y que dejaba claro la opinión del director de Balada triste de trompeta sobre todo el asunto de la ley Sinde e Internet. Se puede estar de acuerdo con él o no, pero fue al grano y le echó huevos. Por las caras que la que dice ser la ministra de cultura ponía, no tiene pinta de que le hiciera mucha gracia el asunto. Aunque lo que yo creo que pensaba era algo así como "tú di lo que quieras, que lo que yo pretendía ya lo tengo más que aprobado en el Congreso de los diputados, así que me la sopla lo que digas". Puedes leer el discurso íntegro aquí.
6.- Niños premiados. Esto no suele fallar en las ediciones de los Goya donde hay niños nominados de por medio. Casi siempre acaban siendo premiados, y si no, hagamos memoria (aun a riesgo de equivocarme): Juanjo Ballesta (El bola), Ivana Baquero (El laberinto del fauno), Nerea Camacho (Camino)... y ahora los dos jovenzuelos de Pa negre, Marina Comas y Francesc Colomer como actriz y actor revelación, respectivamente. Aunque esto quizá podría ponerse como pega de los Goya (me refiero al hecho de que niño y Goya vayan tan de la mano), es bonito y gracioso ver cómo se emocionan y casi siempre lloran cuando recogen el premio.
7.- Jorge Drexler. Quien fuera tratado de mala manera en los Oscar (en Hollywood no quisieron que él mismo cantara su propia canción de Diarios de motocicleta en la ceremonia de los Oscar, aduciendo -o eso se dice- que al no ser conocido no tendría gancho, poniendo a Antonio Banderas en su lugar, y haciendo una versión un tanto... curiosa) recogió su premio a la mejor canción original (“Que el soneto nos tome por sorpresa” de la película Lope) cantando a pelo. Al igual que hizo cuando recogió el Oscar por aquella película. Un tío majo y sencillo, por cierto. [Nota: Aquí está la versión de Banderas de la canción Al otro lado del río, y aquí la voz original de Jorge Drexler. Compare usted, compare...]
8.- Euskera. O mejor dicho el amago de euskera que hubo. La ganadora del Goya al mejor corto de ficción fue para Una caja de botones, de María Reyes Arias González, quien se crió en la comarca guipuzcoana denominada Goierri, con lo cual y tras varios intentos de calmarse y de querer agradecer el premio, quiso cantar una canción popular del Goierri, pero no acertó a hacerlo, sólo pudo decir un par de frases. Lástima, porque la canción es bien bonita.
9.- Espontáneos. Un tal Jimmy Jump, conocido por sus irrupciones e interrupciones de eventos conocidos y televisados, quiso tener su momento de protagonismo en la gala y cuando se iba a hacer entrega del premio al mejor actor, hizo honor a su supuesto apellido y saltó a escena, tranquilamente y ante la perplejidad de todo el mundo. El tío es un tanto impresentable, sí, vale, pero no hizo daño a nadie, no robó nada (al menos que se sepa) y a mí hasta me pareció gracioso. Quizá por gente como yo él y los que son como él siguen haciendo lo que hacen, pero qué se le va a hacer. Las actrices que entregarían el premio se quedaron completamente bloqueadas, o esa impresión dan, y las caras de los actores nominados también eran de foto, claramente. Entre la incredulidad, la risa y la vergüenza ajena.
10.- La película ganadora: Pa negre. Vaya por delante que de las cuatro películas nominadas a la mejor del año, que además eran las que más candidaturas tenían, es la que menos me ha gustado, sin ser mala película. Porque no lo es, a pesar de ser una historia ya vista (una historia de posguerra donde muchas personas guardan unos cuantos secretos que es mejor que no salgan a la luz) está muy bien realizada y no digamos ya interpretada (casi todo el plantel de actores nominados se ha llevado su premio correspondiente, sólo faltaron dos grandes como Sergi López y Eduard Fernández para completarlo). Un premio a Agustí Villaronga, su director, que hasta ahora se le había tenido como bicho raro dentro de la cinematografía española y que de esta forma es reconocido por su trabajo. Otra de las cosas que ha sorprendido es que es una película rodada enteramente en catalán, convirtiéndose así en la primera rodada en este idioma que se lleva el gato al agua en los Goya.
[Extras]
E.1.- Carlos Areces, uno de los protagonistas de Balada triste de trompeta y componente del genial grupo cómico del programa de TV Muchachada Nui, salió a entregar junto a Loles León los premios a mejor guion original y al mejor adaptado. En cada uno de los premios, Areces hizo mención a su no-nominación como actor por Balada triste de trompeta: "Quince nominaciones que tiene la película... y ninguna es la mía", comentó antes de anunciar quién era el premiado.
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