Un hombre americano, una mujer siria y una joven senegalesa juntos. Este plano de The visitor dura poco en un momento concreto de la película pero creo que resume perfectamente lo que busca su director, Thomas McCarthy: reivindicar la interculturalidad entre las personas, sin hacer distinciones entre raza, cultura o credo.
Un hombre solo, melómano y con cierto toque de amargado (Richard Jenkins) debe acudir a su pesar a una conferencia en Nueva York, donde se hospedará en un antiguo piso del que es poseedor. Al llegar se encontrará, para su sorpresa, con que el piso está habitado por dos jóvenes: una chica senegalesa llamada Zainab (Danai Jesekai Gurira) que vende pulseras y adornos artesanales en un mercadillo y su pareja, un chico sirio llamado Tarek (Haaz Sleiman). quien toca el tambor africano (djembé) en un local.
La película comienza con una presentación inmejorable del personaje principal: en aproximadamente quince minutos ya conocemos a qué se dedica, cuáles son sus frustraciones y cómo se comporta ante ciertas situaciones o personas. Luego podemos pensar que nos encontramos ante un dramita ligero, que quizá el argumento es predecible, con algún toque muy pequeño de comedia. Lo cual no quita que tenga algunas escenas excelentes, como cualquiera en la que se ve a Richard Jenkins aprendiendo a tocar el tambor o incluso llegando a tocarlo en un parque junto a otros músicos callejeros, a los que por cierto también podría decirse que el director homenajea, especialmente con un gran momento como ese.
Pero la película no va por ahí… De repente nos damos cuenta de que estamos ante algo serio, donde no sólo, como ya he dicho antes, se reivindica la interculturalidad y la relación entre personas de diferentes razas, sino que también se nos muestra que la paranoia de la amenaza terrorista tras el 11-S aún persiste, y que además está bien dentro de la sociedad americana, obligando a muchas personas a que eso tan manido del sueño americano se convierta en una de sus peores pesadillas.
En referencia a la mezcla de culturas, muchas de las localizaciones de la película no son casuales ya que en la película, por poner algún ejemplo, vemos cómo la madre de Tarek (una estupenda Hiam Abbass, a quien pudimos ver el año pasado en Los limoneros, de Eran Riklis) y la novia de éste, Zainab, se sientan en la mesa de una cafetería donde una de sus paredes tiene un cartel de las regatas de Barcelona de 1929. En otro momento en el que Richard Jenkins y Hiam Abbass caminan por la calle podemos observar también que cruzan al lado de un centro islámico. También aparece un camarero egipcio, y el compañero de Zainab en el puesto del mercadillo también es de otra nacionalidad… El hijo del protagonista, además, se encuentra en Londres.
Obligada mención la de Richard Jenkins, quien estuvo nominado al Oscar de mejor actor principal en los últimos Oscar y ciertamente, con pleno merecimiento. Si en algún momento la película puede parecer repetitiva (en lo que a temática se refiere, es la pega que le veo), basta con un primer plano del actor para que apreciemos que estamos ante una gran actuación sin ninguna duda. No sólo es estupendo verle cuando se pone realmente serio, la forma de mirar que tiene, con la que podemos imaginarnos la cantidad de cosas que le pueden estar pasando por la cabeza, sino que también es genial verle sonreír, y sobre todo disfrutar, especialmente cuando logra sacar ritmos al tambor, ya sea para gozar de su ritmo, o para descargar sentimientos de ira y rabia. Golpeando con fuerza.
No somos niños indefensos... Se dice en la película. Si al inicio de este texto mencionaba el que en mi opinión es un plano clave de la película, esta es, pues, otra frase clave y uno de sus mejores momentos, en alusión al problema, a la temática sobre la que gira la película. No somos niños, ya somos mayorcitos y debemos ser capaces de reaccionar ante hechos como el que se nos cuenta, dejando de lado la indiferencia (evidenciada por algunos en el momento en el que se dice la frase), que probablemente sea uno de los peores sentimientos que existen.
Un 8 sobre 10.
Póster, imágenes y trailer [Haz clic si deseas ampliar las imágenes]:
Un hombre solo, melómano y con cierto toque de amargado (Richard Jenkins) debe acudir a su pesar a una conferencia en Nueva York, donde se hospedará en un antiguo piso del que es poseedor. Al llegar se encontrará, para su sorpresa, con que el piso está habitado por dos jóvenes: una chica senegalesa llamada Zainab (Danai Jesekai Gurira) que vende pulseras y adornos artesanales en un mercadillo y su pareja, un chico sirio llamado Tarek (Haaz Sleiman). quien toca el tambor africano (djembé) en un local.
La película comienza con una presentación inmejorable del personaje principal: en aproximadamente quince minutos ya conocemos a qué se dedica, cuáles son sus frustraciones y cómo se comporta ante ciertas situaciones o personas. Luego podemos pensar que nos encontramos ante un dramita ligero, que quizá el argumento es predecible, con algún toque muy pequeño de comedia. Lo cual no quita que tenga algunas escenas excelentes, como cualquiera en la que se ve a Richard Jenkins aprendiendo a tocar el tambor o incluso llegando a tocarlo en un parque junto a otros músicos callejeros, a los que por cierto también podría decirse que el director homenajea, especialmente con un gran momento como ese.
Aprendiendo
Pero la película no va por ahí… De repente nos damos cuenta de que estamos ante algo serio, donde no sólo, como ya he dicho antes, se reivindica la interculturalidad y la relación entre personas de diferentes razas, sino que también se nos muestra que la paranoia de la amenaza terrorista tras el 11-S aún persiste, y que además está bien dentro de la sociedad americana, obligando a muchas personas a que eso tan manido del sueño americano se convierta en una de sus peores pesadillas.
En referencia a la mezcla de culturas, muchas de las localizaciones de la película no son casuales ya que en la película, por poner algún ejemplo, vemos cómo la madre de Tarek (una estupenda Hiam Abbass, a quien pudimos ver el año pasado en Los limoneros, de Eran Riklis) y la novia de éste, Zainab, se sientan en la mesa de una cafetería donde una de sus paredes tiene un cartel de las regatas de Barcelona de 1929. En otro momento en el que Richard Jenkins y Hiam Abbass caminan por la calle podemos observar también que cruzan al lado de un centro islámico. También aparece un camarero egipcio, y el compañero de Zainab en el puesto del mercadillo también es de otra nacionalidad… El hijo del protagonista, además, se encuentra en Londres.
Richard Jenkins
Obligada mención la de Richard Jenkins, quien estuvo nominado al Oscar de mejor actor principal en los últimos Oscar y ciertamente, con pleno merecimiento. Si en algún momento la película puede parecer repetitiva (en lo que a temática se refiere, es la pega que le veo), basta con un primer plano del actor para que apreciemos que estamos ante una gran actuación sin ninguna duda. No sólo es estupendo verle cuando se pone realmente serio, la forma de mirar que tiene, con la que podemos imaginarnos la cantidad de cosas que le pueden estar pasando por la cabeza, sino que también es genial verle sonreír, y sobre todo disfrutar, especialmente cuando logra sacar ritmos al tambor, ya sea para gozar de su ritmo, o para descargar sentimientos de ira y rabia. Golpeando con fuerza.
No somos niños indefensos... Se dice en la película. Si al inicio de este texto mencionaba el que en mi opinión es un plano clave de la película, esta es, pues, otra frase clave y uno de sus mejores momentos, en alusión al problema, a la temática sobre la que gira la película. No somos niños, ya somos mayorcitos y debemos ser capaces de reaccionar ante hechos como el que se nos cuenta, dejando de lado la indiferencia (evidenciada por algunos en el momento en el que se dice la frase), que probablemente sea uno de los peores sentimientos que existen.
Un 8 sobre 10.
Póster, imágenes y trailer [Haz clic si deseas ampliar las imágenes]:
Estupenda reseña, maestro.
ResponderEliminarSí, señor.
Una pequeña joya de película.
Mis respetos,
El Guardián
Gran película, de lo mejor de la temporada, pero claro, como no tiene publicidad no la verá ni el tato, y encima mucha gente la calificará de cutre y cosas así. Cierto que el conflicto de la película tarda un poquito demás en llegar, pero lo demás es magnífico, comenzando por un Richard Jenkins que realiza una de las mejores underperformances que he visto (clara rivalidad con otras antológicas como el Billy Bob Thornton de The Man Who Wasn´t There). Además está Hiam Abbass, un excelente apoyo para Jenkins.
ResponderEliminarEl guión de McCarthy está muy bien ponderado para no marcar demasiado las tintas y no convertirlo en una telenovela, lo que fácilmente podría haber ocurrido con otro director.
¡Saludos!
Yo solo se que no se nada..... y me encanto la pelicula.
ResponderEliminarbuen analisis de la pelicula, me quito el sombrero y la txapela.
d.
No había oído hablar de ella y a juzgar por el trailer, y sobre todo por lo que nos cuentas, estamos ante una película que parece bastante interesante en su planteamiento. Y si además cuenta con tan buenas actuaciones, estoy convencida de que merece la pena verla. Una vez más, enhorabuena por ésta estupenda entrada. Hay que ver que bién escribes, chiquillo ;-)!
ResponderEliminarBesitos!!
... por cierto, parece que McCarthy puede ser un director interesante y muy a tener en cuenta ¿no?
ResponderEliminarGuardián: ¡Siempre tan exagerado! Comparto lo de que es una pequeña joya, una peli a tener en cuenta sin duda.
ResponderEliminarJorge: Estrenar una peli de Oscar después de los Oscar es lo que tiene, y si encima no se ha llevado ningún premio (en este caso el premio ya que sólo optaba si no recuerdo mal, Richard Jenkins) pues aún la verá menos gente. En este caso lo que tiene que funcionar es esa cosa famosa llamabda 'bocaoreja'. El tema principal tarda en llegar, sí, pero bueno, se va viendo la evolución de los personajes, sorbe todo del principal, cosa que no he comentado demasiado en la reseña porque no quería extenderme más de la cuenta, pero es otro de los grandes aciertos de la peli: mostrar sentimientos y provocarlos en el espectador, así como cierta empatía con los personajes, sobre todo con el principal. Sobre el guión, hubiera sido un detalle haberlo nominado también a los Oscar, pero qué se le va a hacer.
David: déjate la txapela juasjuas. O mejor, quítatela, sí, y déjate un bombín, juasjuas. Gracias por pasarte por aquí de nuevo. Normal que te encantara la peli, es que se deja querer ;-)
Ouiser: No exageres, jaja, uno hace lo que puede y me cuesta no pocos esfuerzos! Te la recomiendo y entonces comprobarás que sin ser una obra maestra, deja una parte de ella en tu corazoncito (dios, qué cursi me ha quedado), por su temática, por sus actuaciones, por la empatía que se crea como he comentado un poquito más arriba. Sí, merece la pena.
Sobre el director, Thomas McCarthy, hace años dirigió su primera peli, 'The station agent - Vías cruzadas', que estuvo en el Zinemaldi y que aún no tengo vista pero que por lo visto debe de ser también algo que merezca la pena ver. Por tanto, sí, habrá que seguirle la pista a este McCarthy...
JON:
ResponderEliminarSí, merece la pena "Station Agent", pero no es una peli redonda como ésta. Por cierto, sale un actor que me encanta, Peter Dinklage. Es un tipo muy interesante y siempre, a pesar de su tamaño, engrandece sus papeles.
Ya me contarás qué te ha parecido cuando la veas, maestro.
Mis respetos,
El Guardián
http://elguardiandelafila8.blogspot.com