20 de septiembre de 2025

Zinemaldia 2025 - "Nouvelle vague" (Richard Linklater)

PERLAK


Richard Linklater es uno de los directores más versátiles del cine de las últimas décadas. Uno de esos directores a los que se les puede llamar “todoterreno”. Lo mismo te hace comedias (Movida del 78, Escuela de rock, Bernie…) que animación (A scanner darkly, Apollo 10 ½), una trilogía que ya es de culto (Antes del amanecer, Antes del atardecer, Antes del anochecer), u otras más personales (Boyhood, Todos queremos algo). Le falta el terror, para ya ser lo más de lo más. El caso es que con esa filmografía queda claro que cada proyecto que hace, lo más seguro es que sorprenda al espectador para que pueda decir “mira con qué sale ahora Linklater, no me lo hubiera esperado ni en cien años”.

Y, para no variar, eso es lo que sucede con la película que nos ocupa, Nouvelle vague (que por cierto, este año es la segunda película que ha exhibido, ya que también tiene pendiente de estrenar otra titulada Blue Moon y que presentó en el festival de Berlín). Estamos ante una película del estilo “homenaje total al Cine”. Pero claro, ya lo dice el propio título de la película, no se rinde homenaje a cualquier tipo de cine, sino que lo hace a la Nueva Ola francesa. Ese nuevo cine que rompió las reglas del juego a la hora de crear películas a nivel mundial. Una ola que los críticos de la revista Cahiers du Cinema tomaron para crear algo diferente, algo que cautivó al mundo entero… Esos críticos estaban encabezados por Claude Chabrol, François Truffaut, Suzanne Schiffman, y cómo no, Jean-Luc Godard (un Guillaume Marbeck que clava el personaje), el gran protagonista del film de Linklater junto a los actores Jean Seberg (estupendamente interpretada por Zoey Deutch) y Jean-Paul Belmondo (Aubry Dullin, quien capta muy bien esa socarronería que tenía el carismático actor), y toda la gente que ayudó a rodar en 1959 la que probablemente sea la segunda película más emblemática de todas las creadas por la Nouvelle vague: Al final de la escapada (À bout de souffle).


Nouvelle vague consiste en ver todo lo que sucede alrededor del rodaje de la mítica película de Godard. Es decir, es un making off (apreciación personal: yo seguiré llamando toda la vida a estas cosas "cómo se hizo") en toda regla. Ficcionado, sí, pero si nos atenemos a lo que hace Richard Linklater con muchas de sus películas, seguro que lo que ha rodado es mayormente fiel a lo que Godard opinaba y a lo que aconteció mientras rodaban todo, es decir, no ha puesto las cosas ahí porque sí, o los personajes no dicen las cosas que dicen porque sí. En la película vemos cómo Godard asiste al éxito de la gran película de Truffaut Los cuatrocientos golpes, queriendo ser él también director de cine, pero no uno cualquiera ni a cualquier precio, sino siendo totalmente libre. Y esa libertad a algunos divierte y a otros exaspera, como por ejemplo al productor (siendo varios de sus momentos alivios cómicos muy de agradecer), o a la misma Jean Seberg, quien sin duda tiene unas cuantas de las mejores secuencias de la película al verse cómo planta cara a Godard con esa libertad que tanto quiere, así como terminando por comprender que está formando parte de algo único y rompedor en ese momento.

Pareciendo muchas veces que la película que estamos viendo está efectivamente hecha en 1959, uno se deja llevar por la presencia de personajes bien conocidos dentro de la Nouvelle Vague, casi quedándose con pena de que no tengan más frases, incluso de gente que no formó parte de ella pero a quienes sus componentes admiraban, como Roberto Rossellini o Jean-Pierre Melville, estando todos los actores están fantásticamente caracterizados. Una de las cosas que más gracia puede hacer es que se van diciendo frases lapidarias sobre el cine continuamente, una tras otra. Así eran estos chavales de los "cahiers". Ojo, que eso también puede resultar un problema en el guion, porque da la impresión de que, como decía antes, Linklaer tiene tan estudiada la Nouvelle Vague que ha querido meter en su historia, aunque a veces parezcan estar con calzador, frases que este grupo de gente pronunciaba o escribía (en sus artículos, en sus memorias).

Para la gente que no tiene conocimiento de lo que la Nouvelle Vague supuso para el cine o quiénes formaron parte de ella, es muy posible que esta película no les diga gran cosa. Bien por no conocerles, o bien por lo mencionado antes de las citas sobre el cine, que al espectador medio ni le van ni le vienen… Ahora bien, para quien conoce todo ello, la verdad es que es un festín y una gozada, pues Linklater trata todo con muchísimo mimo, y a todos los personajes les tiene el mismo cariño. No hay nadie que caiga mal, todo el mundo colabora, todos son simpáticos de cara al espectador, haciendo que éste tenga ganas de saber aún más cosas, más curiosidades sobre Al final de la escapada y sus protagonistas. Además, se asiste a eso que se puede llamar “la magia del cine”, pues se enseña cómo con total falta de medios y espacios, se pudo sacar una película de este calibre adelante.

Si eres fan de la Nouvelle vague, que no te quepa duda de que esta película te gustará. Está hecha para ti. Si no lo eres… puedes verla si te gusta lo que hace Richard Linklater, pero como digo, lo más seguro es que no la disfrutarás.




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