NEW DIRECTORS
En la presentación de la película Bad apples, realizada en la sala Kursaal 2
del Festival de Cine de Donostia-San Sebastián se nos ha dicho,
tanto por parte de los presentadores como del director de la película
(Jonatan Etzer) que íbamos a asistir a una comedia y que nos íbamos
a reír… Ha empezado la proyección y personalmente no veía la
comedia por ningún lado, de hecho estaba asistiendo a algo que en
principio resultaba ser bastante dramático: un niño,
preadolescente, es muy violento, tiene ataques de ira y este
comportamiento está afectando a todo el mundo, llevando por la calle
de la amargura tanto a sus compañeros de su clase como a,
especialmente, su profesora María (Saoirse Ronan). Durante los
primeros minutos de la pelúcula uno parece estar asistiendo a una
película pedagógica sobre cómo tratar estos casos en gente tan
joven. Uno piensa que llevarán a chaval al psiquiara, que le
medicarán, y todo ello atenderá a ciertos clichés de cine
dramático que hemos visto mil veces ya.
Ahora bien, llega un
punto en el que la trama toma un giro bastante inesperado, y la
película se transforma en otra cosa. De repente la temática empieza
a tornarse hacia la pregunta de “¿y tú qué habrías hecho?”,
pero no de una forma condescendiente como muchas veces se hace, sino
viendo cómo los personajes que parecían estar definidos de cierta
manera, empiezan a estarlo de otra, sorprendiendo con sus acciones.
Gira tanto la cosa que incluso si esta historia la coge algún
director aficionado al cine de terror, te la transforma en algo de
ese estilo en un abrir y cerrar de ojos. Pero claro, no va por ahí
la cosa.
La comedia, que decíamos al inicio, llega por esos
comportamientos que uno no podía esperar… ¿o quizá sí? Allá
cada cual con la decisión que hubiera querido tomar con lo que pasa
en la peli. Comedia hay, sí, pero con ese tono que te hace reírte
de forma nerviosa ya que te estás riendo de algo que es un tanto
turbio...

Una de las virtudes
del guion (obra de Jess O’Kane) es que en un momento logra que tú,
como espectador, empatices con un personaje, y en la siguiente
secuencia lo hagas con otro porque ahora sientes algo de desprecio
hacia el de antes… Pero al rato se vuelven a cambiar las tornas,
con lo que baraja muy bien ese tipo de cosas sin caer en lo zafio ni
en lo molesto, está lanzándote todo el rato esa pregunta de “qué
harías tú” pero sin ser explícito, como sí hacen muchos otros
trabajos. Es decir, los personajes no miran a cámara, planteándonos
el reto como personas, de debatir internamente si lo que hemos visto
nos hace tomar una decisión que nos hará ser mejores o peores
personas… Lo hace de forma muy inteligente.
La actriz Saoirse
Ronan está siempre bien haga lo que haga (bueno, en The host -2013- estaba todo, y digo todo, mal) y en esta ocasión no es
diferentes, interpretando a esa profesora sobrepasada por su
situación personal y laboral que lleva de forma muy natural. La
película está realizada de forma bastante correcta y creo que hay
que tener bastante en cuenta lo que su director pueda hacer en un
futuro (esta es su segunda película). Además, también cabe
destacar la banda sonora (compuesta por Chris Roe), llena de flautas
y de golpes de efecto que hace que todo lo que sucede en pantalla se
convierta en algo, diría yo, más claustrofóbico.




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