Póster de The devil's rock [Clic para ampliar]
Segunda Guerra Mundial. Víspera del desembarco de Normandía. Nazis en una isla y un par de aliados que llegan a ella para ver qué están tramando exactamente (nada bueno, como es lógico) y tratar de desviar la atención de los nazis frente al famoso desembarco. Pronto se descubrirá que eso es... ¡la roca del diablo!
Paul Campion dirige su primera película, nada menos que con toques y presencias demoníacas en su argumento, con un resultado justito en lo que a medios se refiere pero con algún que otro acierto elegante.
Paul Campion dirige su primera película, nada menos que con toques y presencias demoníacas en su argumento, con un resultado justito en lo que a medios se refiere pero con algún que otro acierto elegante.
Toda la película, salvo el inicio, está desarrollada dentro de la fortaleza nazi a la que han llegado los aliados, donde los dos protagonistas no hacen más que, como los chicos de Livide, subir y bajar escaleras, un ir y volver continuo a una de las dependencias donde se oyen ruidos altamente extraños y que hace que el espectador se pregunte qué leches tienen los nazis ahí. Este es, pues, uno de los aciertos, ya que la intriga y las ganas de saber qué hay ahí son importantes. El problema es que hasta que por fin se ve, se dan muchos rodeos, con mucha (demasiada) conversación cara a cara entre el nazi y el aliado.
Conversando tranquilamente [Clic para ampliar]
La segunda mitad de la película hace que la misma deje de tener intriga para pasar a ser algo así como terror psicológico, con apariciones estelares del demonio, que uno espera ver en todo su esplendor, ya que además la actriz que lo interpreta, Gina Varela, lo merece. Pero aquí llega el otro lastre de la película, que quizá podría interpretarse como el mismo comentado anteriormente: se hace repetitiva, con el dilema del protagonista sobre cómo actuar frente a todo lo que sus ojos ven. Asistimos pues, a un desarrollo que es un "que sí, que no" cansino (salvado únicamente, como he dicho, por los momentos en los que sale el demonio), hasta llegar por fin a su desenlace, que por supuesto no desvelaré.
¡Demonios! [Clic para ampliar]
Por tanto, una interesante y original propuesta que se pierde con tanto rodeo en las dos partes diferenciadas de la película, pero que cuando por fin pone las cartas sobre la mesa, claramente sube de nivel.
Un 6.
PD: Los efectos de maquillaje, realmente fantásticos y mereciendo mucho la pena (¡y sobre el cuerpo de Gina Varela más aún!), están hechos por la gente de Weta Workshop, compañía neozelandesa responsable de toda la maravillosa parafernalia creada para la trilogía de El señor de los anillos, entre muchas otras películas (entre las que destaco Black sheep - Ovejas asesinas, ya que ésta me encantó...)
Gina Varela en plena transformación [Clic para ampliar]
¡Extra, extra!
Presentación de la actriz Gina Varela (que se quedó varios días en Donosti y disfrutó de las proyecciones y del ambiente que en ellas se vive) en el Teatro Principal. Guapa, ¿verdad?. Pobrecilla, qué mal lo pasó... Y eso que con el demonio no hay que andarse con jueguecitos. O quizá sí, no sé.
Muy de acuerdo con la nota. Una peli que con mimbres sencillos y parquedad de medios consigue un resultado muy digno, aunque desde luego tampoco de los que harán temblar los cimientos del cine. Pero desde que Indiana Jones nos enseñara que a los a los putos nazis esto del ocultismo se les daba mucho mejor que las relaciones públicas, el tema como mínimo siempre interesa.
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